Las pensiones de los emigrantes retornados
La Agencia Tributaria reclama a los emigrantes retornados (como mi madre) la declaración del IRPF desde el año 2008 si tienes dos pagadores. Resulta que mi madre, sumando los “dos pagadores”, no supera ni mucho menos la cantidad exigida para declarar. Y ella no se imaginaba que le iba a pasar esto. Lejos de su intención defraudar a nadie: siempre estuvo convencida de que no tenía que hacer la declaración. Preguntó varios años en la Agencia, obteniendo la misma respuesta: si no supera el tope exigido, no. Y ella nunca lo superó.
¿Cómo vamos a confiar en nuestros gobiernos o Estados, si n...
La Agencia Tributaria reclama a los emigrantes retornados (como mi madre) la declaración del IRPF desde el año 2008 si tienes dos pagadores. Resulta que mi madre, sumando los “dos pagadores”, no supera ni mucho menos la cantidad exigida para declarar. Y ella no se imaginaba que le iba a pasar esto. Lejos de su intención defraudar a nadie: siempre estuvo convencida de que no tenía que hacer la declaración. Preguntó varios años en la Agencia, obteniendo la misma respuesta: si no supera el tope exigido, no. Y ella nunca lo superó.
¿Cómo vamos a confiar en nuestros gobiernos o Estados, si no conocen la realidad social de sus ciudadanos? Muchos han estado trabajando toda su vida para que al final les den esta estocada.
Mi madre, con 80 años, tiene serias dificultades para leer o interpretar cada una de las leyes que salgan y que puedan afectar a sus intereses. ¿No sería lógico que la Agencia les informara de cualquier cambio a los que, por desgracia, tuvieron que echarse el macuto al hombro para subsistir?
He oído por ahí que un país, una Europa, se hace desde sus bases: sus ciudadanos, medios-altos, altos de todo, muy altos, medios-bajos, bajos de todo. A estos últimos les están dejando sin ilusión y, sobre todo, sin sus mínimos ahorros para seguir subsistiendo como al principio de su emigración, en los años 50 y 60. Se les está expoliando descaradamente. Si la justicia es un pilar básico en la Constitución, hay que reflexionar sobre este tema, que de justo no tiene nada de nada.— Miguel Álvarez.