La heroína británica
Parece ser que los héroes ya no van vestidos de policías, ni de bomberos o de dirigentes políticos. De hecho, en muchos casos, ya no se trata ni de hombres.
Es una muestra actual de ello Ingrid Loyau-Kennett. La mujer que se encaró a los agresores islámicos que decapitaron al soldado británico que murió el pasado miércoles en Londres. Madre de familia de 48 años, dio un gran ejemplo de valentía y ciudadanía, tratando de entretener a los terroristas hasta que llegasen las autoridades. Una muestra de sangre fría y de racionalidad en situaciones extremas, que tendría que servir de guía par...
Parece ser que los héroes ya no van vestidos de policías, ni de bomberos o de dirigentes políticos. De hecho, en muchos casos, ya no se trata ni de hombres.
Es una muestra actual de ello Ingrid Loyau-Kennett. La mujer que se encaró a los agresores islámicos que decapitaron al soldado británico que murió el pasado miércoles en Londres. Madre de familia de 48 años, dio un gran ejemplo de valentía y ciudadanía, tratando de entretener a los terroristas hasta que llegasen las autoridades. Una muestra de sangre fría y de racionalidad en situaciones extremas, que tendría que servir de guía para todos. Especialmente, para los cuerpos policiales y de seguridad que, en muchas ocasiones, son acusados de no implicarse suficientemente en su trabajo.
No obstante, por otro lado, es también un ejemplo real que calla a todos los que dicen: “Hay lugares donde una mujer no puede ir”, o la famosa frase: “Esto una mujer no puede hacerlo”. Pues resulta que ahora es una mujer quien se ha enfrentado a un terrorista armado lleno de sangre. Mientras, en España, hombres como los ministros José Ignacio Wert o Alberto Ruiz-Gallardón, que cargan el futuro de millones de personas a sus espaldas, se empeñan en imponer políticas que nos hacen retroceder 60 años.— Georgina Garriga.