Cartas al director

Las disculpas del juez Castro

A cualquiera que haya leído los 18 folios del auto del juez Castro en el que imputa a la infanta Cristina, aun no siendo experto en derecho, le dará la sensación de que el magistrado, más que emplear conceptos jurídicos, lo que hace es pedir disculpas por haber adoptado esa decisión. El mismo juez llega a considerar que muchos indicios son por sí mismos irrelevantes como conductas delictivas que justificaran la imputación. Y quizá por eso se considera obligado a tejer una larga resolución de 18 folios cuando, según los expertos, solo le hubieran bastado dos. También deja entrever que adopta la...

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A cualquiera que haya leído los 18 folios del auto del juez Castro en el que imputa a la infanta Cristina, aun no siendo experto en derecho, le dará la sensación de que el magistrado, más que emplear conceptos jurídicos, lo que hace es pedir disculpas por haber adoptado esa decisión. El mismo juez llega a considerar que muchos indicios son por sí mismos irrelevantes como conductas delictivas que justificaran la imputación. Y quizá por eso se considera obligado a tejer una larga resolución de 18 folios cuando, según los expertos, solo le hubieran bastado dos. También deja entrever que adopta la decisión de imputar a la infanta por la presión social, lo cual es un craso error, pues un juez no se tiene que sentir mediatizado por nada ni por nadie. De aceptar esa tesis habría que considerar que la infanta es imputada precisamente por ser quien es, para evitar que la gente piense que no se la imputa por la misma circunstancia. ¡Nada más lejos de una recta interpretación de la justicia! Si la infanta Cristina firmaba como vocal las actas de Nóos, tiene el 50% de Aizoon, y todos los miembros del Consejo de Administración de la primera sociedad están imputados, el juez Castro bien podía haber dictado su auto de imputación hace un año. Esos hechos concretos ya eran de sobra conocidos, aunque el juez diga que es ahora cuando han aparecido nuevos indicios que motivan su cambio de actitud. Si es verdad que los hechos y los indicios son tan concluyentes, al juez Castro le sobraban las “disculpas”.— Carlos Luis Ruiz Alcaide.

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