Cartas al director

Ganar la mano o perderla

Últimamente, el hecho de asomarse a mirar una partida de tute se convierte en causa de implicarse en tremendas discusiones, lo de menos es el contar los tantos que te corresponden. Ganar la mano o perderla no es prioritario. Contarse los avatares de las necesidades de los hijos, la bajada de pensiones, las subidas de productos alimentarios, recibos de luz y de agua, desahucios o preferentes suele desencadenar una ira colectiva, que ya lleva tiempo desencadenando por los actos de corrupción. Años atrás, por estas fechas, las discusiones siempre versaban sobre el disfrute de las vacaciones de Im...

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Últimamente, el hecho de asomarse a mirar una partida de tute se convierte en causa de implicarse en tremendas discusiones, lo de menos es el contar los tantos que te corresponden. Ganar la mano o perderla no es prioritario. Contarse los avatares de las necesidades de los hijos, la bajada de pensiones, las subidas de productos alimentarios, recibos de luz y de agua, desahucios o preferentes suele desencadenar una ira colectiva, que ya lleva tiempo desencadenando por los actos de corrupción. Años atrás, por estas fechas, las discusiones siempre versaban sobre el disfrute de las vacaciones de Imserso. ¿Cómo cambió el cuento? ¿Y la partida? Los tramposos que se aprovechan de la coyuntura, ¿siempre ganan? El club de jubilados se nos está convirtiendo en un foro permanente de valoración de políticos y banqueros presuntamente corruptos. Algunos la valoración la hacen sin el término “presuntamente”.— José Balsa Pena.

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