Reforma laboral
Hace unos días en uno de tantos programas de debate en una cadena de televisión, el senador del PP, Francisco Granados, dijo que la reforma laboral no creaba empleo. Eso lo sabíamos hasta el último de los mortales y sin ser senador.
Ahora quiero que me expliquen para qué la han hecho, porque si es para que las empresas hagan y deshagan a su antojo, acabáramos. Ya me dirán el señor Granados y doña Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social, cómo va a hacer el Gobierno al que ambos pertenecen para que baje el número de desempleados si la tan cacareada reforma no sirve, según pala...
Hace unos días en uno de tantos programas de debate en una cadena de televisión, el senador del PP, Francisco Granados, dijo que la reforma laboral no creaba empleo. Eso lo sabíamos hasta el último de los mortales y sin ser senador.
Ahora quiero que me expliquen para qué la han hecho, porque si es para que las empresas hagan y deshagan a su antojo, acabáramos. Ya me dirán el señor Granados y doña Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social, cómo va a hacer el Gobierno al que ambos pertenecen para que baje el número de desempleados si la tan cacareada reforma no sirve, según palabras del primero.
Y que no me vengan con lo de siempre, que toda la culpa del paro la tiene el Gobierno anterior.
Deberían probar su propia medicina y cuando un lunes cualquiera se presentaran en su puesto de trabajo, la empresa les dijera que de acuerdo a la nueva reforma laboral, se iban a la calle con un ERE temporal, sin derecho a indemnización, aunque, eso sí, si eran admitidos de nuevo lo serían con menos sueldo y sin los derechos adquiridos anteriormente.— Honorino García Hernández.