Cartas al director

Más sobre Assange y Pinochet

En su artículo Julián Assange: fraude al Estado de derecho, Ana Palacio se equivoca al afirmar que Garzón se contradice a sí mismo al aplicar en el “caso Assange” un criterio “contrario” al aplicado en el “caso Pinochet”, oponiéndose a la extradición en el segundo caso tras haberla defendido en el primero. ¿No se da cuenta la señora Palacio de la absoluta coherencia de ambas actuaciones de Garzón? Por supuesto que debe extraditarse a un dictador responsable de crímenes de Estado. Y por supuesto que no deb...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En su artículo Julián Assange: fraude al Estado de derecho, Ana Palacio se equivoca al afirmar que Garzón se contradice a sí mismo al aplicar en el “caso Assange” un criterio “contrario” al aplicado en el “caso Pinochet”, oponiéndose a la extradición en el segundo caso tras haberla defendido en el primero. ¿No se da cuenta la señora Palacio de la absoluta coherencia de ambas actuaciones de Garzón? Por supuesto que debe extraditarse a un dictador responsable de crímenes de Estado. Y por supuesto que no debe extraditarse a un ciudadano que ha puesto en riesgo su vida por denunciar delitos y crímenes de Estado cometidos por distintos gobiernos. La Justicia debe ser implacable contra los crímenes de Estado, sean quienes sean sus autores, dictaduras o democracias, derechas o izquierdas.— Fernando Trueba. Madrid. (Fernando Rodríguez Trueba)

Resulta esclarecedor el artículo de opinión de la admirable Ana Palacio publicado el pasado 22 de agosto en este diario acerca del caso de Julian Assange y, complementado por el del prestigioso Miguel Ángel Bastenier, pone pie en pared frente a ese movimiento favorable al “periodista”, aprovechado por el siempre populista juez Garzón y otros presidentes del mismo perfil que no respetan la libertad informativa y aún está por demostrar que gobiernan democracias tan estables como las de Occidente.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El hecho de que Assange haya recibido algún reconocimiento por su tarea como periodista, no justificaría que ningún medio le pudiera hacer el juego en esta rocambolesca maniobra. Es de agradecer a este períódico su postura al no tener en cuenta esto, ni cualquier distracción que desvíe la atención del necesario e innegociable respeto por el derecho internacional al que alude doña Ana.— Daniel Rodríguez Lombardero.

Archivado En