‘FINANCIAL TIMES’

Héroes explotados

Cuando arranca la Liga inglesa de Primera División, sus estrellas se ven perseguidas con tenacidad por comparaciones desfavorables con los atletas de la Olimpiada de Londres. Comparados con esos héroes de Corinto, reza el argumento, los futbolistas están pagados en exceso, se comportan de mala manera y, si son ingleses, son unos fracasados en serie. Esta visión aumenta con cada nuevo escándalo sexual, escaramuza racial o gran acuerdo de dinero.

Pero este desprecio no resiste al escrutinio. Los futbolistas ganan mucho porque su deporte genera mucho. Los seguidores, de forma voluntaria, c...

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Cuando arranca la Liga inglesa de Primera División, sus estrellas se ven perseguidas con tenacidad por comparaciones desfavorables con los atletas de la Olimpiada de Londres. Comparados con esos héroes de Corinto, reza el argumento, los futbolistas están pagados en exceso, se comportan de mala manera y, si son ingleses, son unos fracasados en serie. Esta visión aumenta con cada nuevo escándalo sexual, escaramuza racial o gran acuerdo de dinero.

Pero este desprecio no resiste al escrutinio. Los futbolistas ganan mucho porque su deporte genera mucho. Los seguidores, de forma voluntaria, compran entradas, productos con su marca y abonos a la televisión, y una gran parte de estos ingresos va a las estrellas más que a sus propietarios y directores. Lo que en cualquier otra industria se aplaudiría. No hay ninguna conspiración para mantener a otros deportes en la pobreza. Simplemente no atraen el mismo interés y a menudo reciben subsidios del monedero público o de la lotería.

(...) En cuanto al supuesto fracaso del equipo inglés, hay que considerar la competencia a la que se enfrenta. El fútbol es el juego nacional de casi todos los otros países en Europa, Suramérica y África. El remo, el ciclismo o la equitación se disputan con menos fervor. (...)

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En su espectacular remuneración, la naturaleza cosmopolita de su industria y la rabia ciega que provocan, los futbolistas se parecen mucho a los banqueros. Así como la City merece ser defendida, también lo merece esa otra historia de éxito global, la Premier League. Por algo será que el mundo la sintoniza este fin de semana.

Londres, 18 de agosto de 2012

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