Cartas al director

¿Es que no podemos hacer nada?

En el mismo diario y el mismo día. En EL PAÍS del 19 de junio aparecía una foto, casi a página completa de un desahucio. La imagen era tristísima. En primera línea, la cara de tristeza y de impotencia del expropietario. Al fondo, borrosos, los policías ejecutadores.

Unas páginas más allá, la descripción de la indemnización que el expresidente de Bancaja se va a llevar: 7,5 millones.

Y el pensamiento que me asalta es que hemos perdido toda capacidad de reacción. Somos de corcho. Al desahuciado se le está arrojando a la calle. Se le deja sin nada y encima todavía deberá algo que no...

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En el mismo diario y el mismo día. En EL PAÍS del 19 de junio aparecía una foto, casi a página completa de un desahucio. La imagen era tristísima. En primera línea, la cara de tristeza y de impotencia del expropietario. Al fondo, borrosos, los policías ejecutadores.

Unas páginas más allá, la descripción de la indemnización que el expresidente de Bancaja se va a llevar: 7,5 millones.

Y el pensamiento que me asalta es que hemos perdido toda capacidad de reacción. Somos de corcho. Al desahuciado se le está arrojando a la calle. Se le deja sin nada y encima todavía deberá algo que no puede pagar. Quizás incluso acabe yendo a la cárcel. Su pecado: haber trabajado tanto como ha podido y haber confiado en otras personas.

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Al “banquero”, en cambio, se le premia con una cantidad estratosférica de dinero, que, me pregunto, de dónde va a salir puesto que esta entidad está nacionalizada. Su mérito: haber hundido la entidad para la que trabajaba y haber engañado a miles de personas como el desahuciado.

¿Es que no podemos hacer nada? Hemos dejado la política en manos de ineptos e incompetentes y ahora pagamos las consecuencias. La retirada de las personas “normales” de ese entorno tan degradado ha propiciado la aparición de todo tipo de vividores que han estado, y por lo que se ve, siguen estando, llevándose el dinero a manos llenas de las arcas públicas (véase caso Crespo en Cataluña). Y los políticos no hacen nada.— Juan Casanova Muñoz.

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