Cartas al director

El futuro de los jubilados

Esta crisis que venimos arrastrando desde 2008 y que, en lugar de vislumbrarse su posible reconducción, tiene todas las trazas de acentuarse cada vez más y prolongarse en el tiempo, zarandea especialmente a las clases más desfavorecidas. No a los ricos ni a aquellos que hicieron dinero especulando y que ahora pueden hacerse con bienes a precio de saldo, sino a jóvenes y no tan jóvenes que no han encontrado aún un puesto de trabajo. También a trabajadores que han perdido el empleo y no lo van a encontrar en mucho tiempo debido a su edad o a las dificultades del sector profesional en el que trab...

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Esta crisis que venimos arrastrando desde 2008 y que, en lugar de vislumbrarse su posible reconducción, tiene todas las trazas de acentuarse cada vez más y prolongarse en el tiempo, zarandea especialmente a las clases más desfavorecidas. No a los ricos ni a aquellos que hicieron dinero especulando y que ahora pueden hacerse con bienes a precio de saldo, sino a jóvenes y no tan jóvenes que no han encontrado aún un puesto de trabajo. También a trabajadores que han perdido el empleo y no lo van a encontrar en mucho tiempo debido a su edad o a las dificultades del sector profesional en el que trabajaban, a parados de larga duración y a jubilados.

Hay actualmente en España muchos jubilados con una pensión media-baja que, junto al presupuesto para atender las obligaciones de mantenimiento de sus propios hogares, deben hacer frente a las necesidades de otras familias: las de sus hijos, en paro y sin casa propia o, en el mejor de los casos, que viven bajo un techo gracias al aval que les facilitaron sus padres en un momento en que en España todos los ciudadanos parecían ricos.

Ahora, el Gobierno les hace pagar parte de las medicinas, que les son necesarias, junto a una efectiva congelación de sus pensiones. Eso, de momento.

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Por si fuera poco, el FMI pide bajar las pensiones ante el riesgo de vivir más de lo esperado.— Fernando Ruiz Cerrato.

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