Cartas al director

29-M: ‘mantenella y no enmendalla’

Cuando el día 29, al mediodía, oí las declaraciones de Luis de Guindos y de la Sra. Báñez en TV española, referidas a que fuese cual fuese el balance de las movilizaciones y alcance de la huelga general, no modificarían ni un ápice la Ley de Reforma Laboral, constaté, una vez más, como millones de ciudadanos el “espíritu negociador y dialogante hasta la extenuación” del nuevo gobierno conservador.

Es increíble que cuando todavía no se habían producido las manifestaciones más numerosas, como la de Madrid, que se produjo a la 6,30 de la tarde con un notable éxito en cuanto a número y civi...

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Cuando el día 29, al mediodía, oí las declaraciones de Luis de Guindos y de la Sra. Báñez en TV española, referidas a que fuese cual fuese el balance de las movilizaciones y alcance de la huelga general, no modificarían ni un ápice la Ley de Reforma Laboral, constaté, una vez más, como millones de ciudadanos el “espíritu negociador y dialogante hasta la extenuación” del nuevo gobierno conservador.

Es increíble que cuando todavía no se habían producido las manifestaciones más numerosas, como la de Madrid, que se produjo a la 6,30 de la tarde con un notable éxito en cuanto a número y civismo de manifestantes de toda edad y condición, la arrogancia y prepotencia del exdelegado de Lehman Brothers en España Sr. Guindos, nos golpeara sin escrúpulo alguno en la cara con tanta desfachatez.

Es verdad, que el nuevo gobierno está ampliamente legitimado en las urnas desde su victoria electoral el pasado 20-N, pero eso no quiere decir que tengan un cheque en blanco durante los próximos cuatro años de legislatura.

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Si no queremos vaciar la actual democracia de todo su contenido, con la consiguiente desafección del electorado, no sólo hay que acusarse mutuamente en el Parlamento de no dialogar con los interlocutores sociales, sino poner en práctica lo que retórica, demagógicamente y reiteradamente se predica y no se cumple. Tomamos nota.— Agustín Arroyo Carro.

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