Editorial

Consejo poco austero

El órgano de gobierno de los jueces debe ser ejemplar en su combate contra la opacidad y el secretismo

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), órgano de gobierno de los jueces, no goza, como todo lo referente al mundo de la justicia, de una opinión en exceso benevolente entre los ciudadanos. Muchos desconocen cuáles son sus funciones y tienen dudas sobre su utilidad. Si en momentos de austeridad y de estricto control presupuestario trasciende que sus miembros —20 vocales y su presidente— se resisten no solo a reducir sus gastos sino a que sean conocidos por los ciudadanos, su imagen se deteriorará aún más.

Uno de sus vocales planteó a sus compañeros la necesidad de un plan de auste...

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El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), órgano de gobierno de los jueces, no goza, como todo lo referente al mundo de la justicia, de una opinión en exceso benevolente entre los ciudadanos. Muchos desconocen cuáles son sus funciones y tienen dudas sobre su utilidad. Si en momentos de austeridad y de estricto control presupuestario trasciende que sus miembros —20 vocales y su presidente— se resisten no solo a reducir sus gastos sino a que sean conocidos por los ciudadanos, su imagen se deteriorará aún más.

Uno de sus vocales planteó a sus compañeros la necesidad de un plan de austeridad, sobre todo en viajes, a los que se destinó en 2011 casi medio millón de euros del presupuesto del Consejo. En ese plan se contemplaba que esos viajes o desplazamientos se hicieran públicos, así como la actividad concreta que los motivaba. La propuesta no solo fue rechazada por la mayoría sino que algunos vocales la consideraron “insultante”.

La exigencia de austeridad y transparencia en la actividad que realizan los vocales del Consejo a cuenta del presupuesto público es algo que la institución debería haber perseguido con mayor ahínco desde su creación hace 32 años. Por eso, el rechazo a viajar menos y a aclarar los motivos de los desplazamientos puede ser sentido como un insulto por ciudadanos que sufren las estrecheces y las penurias del momento presente. Es escandaloso, y más en el actual contexto social, que algunos vocales con residencia fuera de Madrid viajen a sus domicilios todos los días o de jueves a martes en clase preferente a costa del contribuyente, justificando ese largo fin de semana de asueto como visitas a juzgados de la zona que no han sido programadas oficialmente.

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Si el CGPJ sigue optando por la opacidad y el secretismo —acaba de avalar que las sanciones a los jueces permanezcan secretas—, seguirá alejándose cada vez más de los ciudadanos.

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