Cartas al director

El futuro como amenaza

Ayer, al ver la portada de EL PAÍS y leer el artículo sobre la generación nimileurista, no he podido evitar indignarme y entristecerme, al mismo tiempo que me han asaltado las dudas y la preocupación.

Tengo 18 años y soy estudiante de Bioquímica. El miedo al futuro y la desorientación son el denominador común entre casi toda la gente de mi generación, y probablemente no sea la única que hoy lee los testimonios de los nimileuristas y cree estar viéndose a sí misma dentro de algunos años.

Mi vocación es la investigación; sin embargo, dada la situación actual en Es...

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Ayer, al ver la portada de EL PAÍS y leer el artículo sobre la generación nimileurista, no he podido evitar indignarme y entristecerme, al mismo tiempo que me han asaltado las dudas y la preocupación.

Tengo 18 años y soy estudiante de Bioquímica. El miedo al futuro y la desorientación son el denominador común entre casi toda la gente de mi generación, y probablemente no sea la única que hoy lee los testimonios de los nimileuristas y cree estar viéndose a sí misma dentro de algunos años.

Mi vocación es la investigación; sin embargo, dada la situación actual en España y teniendo en cuenta los recortes y la precariedad, cada día veo más lejos poder ejercerla en mi propio país. Pienso que en todos los aspectos, no solo en el I+D, un país que no confía en los trabajadores jóvenes está negándose a sí mismo. Cuidar su situación laboral es el verdadero futuro. Un futuro que últimamente es más una amenaza que una promesa de autorrealización, que es lo que tantos jóvenes esperábamos de él.— Ángeles Arzalluz Luque. 

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