Cartas al director

Una patada a los opositores

Cuando aprendí las respuestas me cambiaron las preguntas. Esto es lo que acaba de ocurrir con los opositores a profesores de Secundaria. Pocas son las oportunidades de trabajo de los jóvenes de hoy. Una de ellas es el acceso a la docencia. Preparar unas oposiciones de este tipo requiere uno o dos años de trabajo. El pasado mes de noviembre el Gobierno anterior decidió cambiar el temario, lo cual, independientemente de si su contenido es mejor o peor, resulta un despropósito por hacerlo con el curso empezado y a siete meses de las oposiciones. Pero, como dice el sabio refrán castellano “pronto ...

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Cuando aprendí las respuestas me cambiaron las preguntas. Esto es lo que acaba de ocurrir con los opositores a profesores de Secundaria. Pocas son las oportunidades de trabajo de los jóvenes de hoy. Una de ellas es el acceso a la docencia. Preparar unas oposiciones de este tipo requiere uno o dos años de trabajo. El pasado mes de noviembre el Gobierno anterior decidió cambiar el temario, lo cual, independientemente de si su contenido es mejor o peor, resulta un despropósito por hacerlo con el curso empezado y a siete meses de las oposiciones. Pero, como dice el sabio refrán castellano “pronto vendrá quien bueno te hará”. Efectivamente, el Gobierno actual, tras tres meses en los que los opositores han estado readaptando temas para acomodarlos al nuevo temario, decide el 9 de febrero, a cuatro meses del examen, volver al viejo temario, dilapidando así el esfuerzo de tres meses de trabajo de los aspirantes a profesores.

Esto no puede ser fruto más que de una ineptitud o del sectarismo político o de ambas cosas a la vez. No se trata de valorar las virtudes de uno u otro temario; a mi juicio ambos temarios son bastante cuestionables. Pero lo que no se puede hacer es cambiar las reglas del juego una vez que este ha comenzado y menos, en dos ocasiones. El nuevo Gobierno ha querido con esa medida dar una patada al anterior, pero la ha dado en el trasero de los sufridos opositores. Actitudes como ésta suponen una frivolidad y una falta de respeto al trabajo y al estudio de miles de personas, lo que cuadra muy mal con la supuesta preocupación por el problema del paro y la supuesta potenciación del esfuerzo y el estudio que tantas veces hemos oído pregonar en boca de los políticos de uno y otro signo.— Francisco Flores Tristán. Catedrático de Geografía e Historia del IES Alixar de Castilleja de la Cuesta, Sevilla.

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