Obama y Gillard estrechan lazos... ¿solo diplomáticos?

La excelente relación entre los dos jefes de Estado genera comentarios en medio mundo

Besos, roces, miradas cómplices y halagos mutuos. Aunque no lo parezca, así se describe una relación entre dos jefes de Estado. Y uno de ellos el hombre más poderoso del planeta. No hay otras palabras para describir el buen trato que han demostrado mantener Barack Obama y la primera ministra australiana, Julia Gillard, en la visita que el mandatario estadounidense realiza al país que ella gobierna. Las buenas señales son tantas y tan seguidas, que han generado multitud de co...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Besos, roces, miradas cómplices y halagos mutuos. Aunque no lo parezca, así se describe una relación entre dos jefes de Estado. Y uno de ellos el hombre más poderoso del planeta. No hay otras palabras para describir el buen trato que han demostrado mantener Barack Obama y la primera ministra australiana, Julia Gillard, en la visita que el mandatario estadounidense realiza al país que ella gobierna. Las buenas señales son tantas y tan seguidas, que han generado multitud de comentarios en la prensa de los gigantes del norte y del sur.

"Julia Gillard y Barack Obama son una pareja delicada", escribe un columnista en el periódico australiano Herald Sun. "Sus manos, como formas incorpóreas de vida propia, buscan la espalda y los hombros del otro. Gillard se sonroja, como una colegiala que, después de mucho tiempo, ha logrado capturar la mirada del capitán del equipo de fútbol".

Y, aunque parezca exagerado, el comentarista no miente. Basta echar un vistazo a las numerosas fotos y vídeos de la visita para confirmar que entre ambos mandatarios hay chispa, por mucho que lo suyo solo sea una (buena) relación profesional. "En compañía de Obama, Gillard se ve como si estuviera en una cita con George Clooney", continúa el Herald Sun. E incluso especula: "Ella ha añadido una pizca de coquetería, si no flirteo, a las relaciones entre Estados Unidos y Australia. El trato ha evolucionado".

Lo cierto es que a Obama se le vio mucho más cómodo cuando se refirió a Gillard como "mi amiga Julia". Momentos antes, en el mismo discurso, había intentado la formalidad llamándola "señora primera ministra", pero quedaba claro que su gesto perdía naturalidad. No hay que olvidar que se trata de una de las reuniones políticas más importantes del mundo, por lo que las buenas vibras se agradecen internacionalmente.

"En mi amiga Julia vemos las cualidades que más admiramos", dijo Obama. "Una persona con los pies en la tierra, fácil de palabra y que dice las cosas como son, directamente". La visita del presidente estadounidense a Australia es fruto de su tercer intento. Las dos anteriores tuvo que cancelarlas por emergencias políticas que a última hora le obligaron a permanecer en Washington.

Pero la relación personal con Gillard ya era buena antes de esta visita. El portal británico Wales Online habla de una estrecha amistad entre ambos jefes de Estado, que incluso se mandaron regalos para sus últimos cumpleaños (ambos hicieron 50 en 2011). "Tu vida ha sido extraordinaria hasta ahora, pero estoy segura de que lo mejor aún no ha llegado", escribió Gillard en la nota que acompañaba al suyo.

La amistad quedó claramente demostrada ante el mundo a la llegada de Obama a tierras australianas. "¿Es de buen gusto que el líder del mundo libre bese públicamente a una mujer que no es la suya y que, de paso, gobierna un país?", se preguntan ahora en el influyente portal económico estadounidense International Business Times. La respuesta queda abierta.

El presidente de Estados Unidos, barack Obama, y la primera ministra de Australia, Julia Gillard, se besan durante un discurso ante las tropas estadounidenses en Australia, el 17 de noviembre de 2011SAUL LOEB (AFP)
La primera ministra australiana, Julia Gillard, sale de una sala de conferencias en el Parlamento de Canberra junto al presidente estadounidense Barack Obama, el 16 de noviembre de 2011CHARLES DHARAPAK (AP)

Archivado En