El PP evita comprometerse para el 23-M en Vitoria

Aun a riesgo de utilizar una frase muy manida, Vitoria es una de las tres claras joyas de la corona del PP vasco en estas elecciones (las otras dos son Álava y Getxo). Sin embargo, ese objetivo puede hacerle necesario tener que llegar a un pacto y las posibilidades solo son dos: o PSE o PNV. Y su aspirante a la alcaldía vitoriana, Javier Maroto, ha evitado esta mañana de forma explícita comprometerse o siquiera apuntar una preferencia en una u otra vía. "No tengo miedo a ningún tipo de pacto", ha dicho Maroto en un desayuno ...

Aun a riesgo de utilizar una frase muy manida, Vitoria es una de las tres claras joyas de la corona del PP vasco en estas elecciones (las otras dos son Álava y Getxo). Sin embargo, ese objetivo puede hacerle necesario tener que llegar a un pacto y las posibilidades solo son dos: o PSE o PNV. Y su aspirante a la alcaldía vitoriana, Javier Maroto, ha evitado esta mañana de forma explícita comprometerse o siquiera apuntar una preferencia en una u otra vía. "No tengo miedo a ningún tipo de pacto", ha dicho Maroto en un desayuno informativo del Fórum Europa-Tribuna Euskadi en Bilbao.

Los populares vascos decidieron ya hace meses ?y en eso coinciden con los socialistas? que no van a trasladar de forma generalizada a Ayuntamientos y Diputaciones el pacto que les liga al PSE para sostener al lehendakari, Patxi López. Y mantienen la puerta abierta a acuerdos con el PNV, tanto donde les pudiera resultar interesante para propiciar cambios en las alcaldías ?el ejemplo más obvio es San Sebastián? como para normalizar y asentar el viaje al centro que marca la estrategia de Antonio Basagoiti y los suyos desde que llegaron a la dirección del partido en julio de 2008.

Tras repetir el mensaje obligado de cualquier candidato cuando antes de unas elecciones se le pregunta por pactos ?"mi principal pacto es con los ciudadanos"?, Maroto ha recordado que, cuando fue concejal de Hacienda y luego teniente de alcalde con Alfonso Alonso al frente del Ayuntamiento vitoriano (1999-2007), se entendió "bien e igual" tanto con socialistas como con el PNV a la hora de elaborar, por ejemplo, los presupuestos locales. Y "la regla general es acordar y pactar" en unas ciudades que, como las principales de Euskadi, apenas han visto mayorías absolutas en sus consistorios, ha abundado.

Eso sí, el candidato ha recalcado: "Se sabe lo que opinamos. Que los demás hagan lo mismo". Conocer los proyectos de sus rivales, ha añadido, permitiría hablar mejor de acuerdos.

Para ese futuro, Maroto puede chocar con dos escollos. Por un lado, su falta de sintonía con el actual alcalde y candidato a la reelección, Paxti Lazcoz, con quien ha mantenido muy duras polémicas a lo largo del mandato que ahora termina; por otro, la dificultad que se le plantearía al PP de explicar que llega a acuerdos relevantes con un PNV alavés al que ha presentado en los últimos meses como "enfangado" en la corrupción por la supuesta trama de corrupción urbanística del caso De Miguel.

Largamente presentado por Alonso, quien fue su número dos ha aprovechado para detallar las prioridades de su oferta y de la ciudad que quiere poner en marcha. Y casi al mismo nivel que la apuesta prioritaria por crear empleo en una ciudad que supera los 18.500 parados y sus dos principales iniciativas de regeneración urbanística ?un parque empresarial en Betoño y un nuevo anillo verde interior en la capital? ha situado la necesidad de endurecer la normativa para la concesión de ayudas sociales.

Desde que el propio Basagoiti adelantase la idea hace escasamente un mes, los principales candidatos populares, y Maroto en especial, han repetido que una de las soluciones frente al fraude en esas ayudas pasa por elevar de los seis meses actuales a cinco años el plazo mínimo de empadronamiento necesario para solicitarlas. Si no se toman medidas así, "en poco tiempo podemos ver peligrar el sistema público de ayudas sociales", ha sostenido, dada la repetición de situaciones de fraude que "producen sonrojo a todos, menos a algunos políticos que esconden la cabeza", a los que no ha llegado a identificar.

En materia de empleo, Maroto se ha comprometido, si llega a la alcaldía, a incluir a Vitoria en el Foro de Ciudades por el Empleo que abandera el alcalde de Madrid, su correligionario Alberto Ruiz-Gallardón, y a reclamar que los Ayuntamientos tengan más financiación y competencias para sus políticas de empleo propias. Y para ello ha defendido la necesidad de modificar el actual marco institucional.

Sus dos grandes proyectos de desarrollo económico y urbanístico, incluidos en el que denomina Vitoria-Gasteiz Master Plan, son convertir el área de pabellones industriales de Betoño, en la periferia norte de la capital alavesa, en un parque de innovación empresarial y el nuevo anillo verde interior. El primer proyecto consiste en levantar sobre 173.000 metros cuadrados de esa zona degradada un parque empresarial urbano que sumaría usos terciarios, viviendas y zonas verdes. Su núcleo serían dos nuevos Centros de Investigación Cooperativa (CIC), uno dedicado al medio ambiente y otro a la investigación médica. La previsión de los populares es que serviría para crear mil puestos de trabajo directos y otros cinco mil indirectos.

Las plusvalías que generaría la zona residencial allí prevista, que Maroto ha cifrado en 17 millones de euros, servirían, entre otras cuestiones, para financiar su segunda idea. Sin esperar a que avance el varias veces retrasado compromiso interinstitucional sobre el soterramiento del ferrocarril en la ciudad, que será mayor reforma urbanística de la capital alavesa en toda su historia, el candidato popular propone iniciar de inmediato tras el 22-M ese nuevo anillo verde interior, actuando sobre la Avenida de Gasteiz y la calle de Los Herrán. La propuesta sería compatible más adelante con el soterramiento.

Y su último compromiso ha sido corregir la decisión de poner en marcha el BAI Center, el centro de congresos, exposiciones, artes escénicas y auditorio que se ha convertido en una de las principales apuestas de Lazcoz y que toda la oposición vitoriana rechaza.