Urkullu contrapone un PNV "honesto" a las listas con imputados de PSOE y PP

Los peneuvistas intentan distanciarse de los escándalos que les afectan en Álava

De una forma u otra, la sombra de los casos De Miguel y Tellería, las supuestas tramas de corrupción y espionaje que afectan al PNV alavés, sigue pesando sobre la formación nacionalista a menos de tres meses de las elecciones. Y ello aunque su presidente, Iñigo Urkullu, logró soltar lastre en enero pasado al conseguir que los principales imputados entregasen los carnés del partido, tras medio año exigiéndolos y teniendo que vencer resistencias internas.

Aunque ambas causas siguen abiertas tanto en un juzgado de Vitoria como en sendas comisiones de investigación ?una en el Parlamento vas...

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De una forma u otra, la sombra de los casos De Miguel y Tellería, las supuestas tramas de corrupción y espionaje que afectan al PNV alavés, sigue pesando sobre la formación nacionalista a menos de tres meses de las elecciones. Y ello aunque su presidente, Iñigo Urkullu, logró soltar lastre en enero pasado al conseguir que los principales imputados entregasen los carnés del partido, tras medio año exigiéndolos y teniendo que vencer resistencias internas.

Aunque ambas causas siguen abiertas tanto en un juzgado de Vitoria como en sendas comisiones de investigación ?una en el Parlamento vasco, otra en las Juntas Generales alavesas?, Urkullu se esfuerza en alejar aquella sombra en el territorio en el que más difícil tiene de partida seguir gobernando tras el 22-M. Ayer lo volvió a demostrar en el acto en Vitoria en que el PNV presentó a su candidato a la reelección como diputado general alavés, Xabier Agirre, y al aspirante a la alcaldía de Vitoria, Gorka Urtaran.

Urkullu contrapuso a un PNV cuyos valores enumeró ?el trabajo y la honestidad, la transparencia y la ética, "por encima de todo"? frente a un PSOE y un PP cuyas listas electorales se encuentran "llenas de imputados por corrupción". Sin citar en ningún momento las causas que salpican a su partido, el líder peneuvista resaltó: "Nosotros hemos demostrado el compromiso con hechos. No se nos ha respetado ni la presunción de inocencia, pero hemos respondido", en aparente alusión a que tanto Alfredo de Miguel como Aitor Tellería, los principales exdirigentes de su partido imputados en estas causas, hayan dejado la militancia.

En presencia de Agirre y del jefe de filas del PNV alavés, Iñaki Gerenabarrena, distanciados en los últimos meses precisamente por la gestión del escándalo, Urkullu dejó una ambigua reflexión. Nada más hablar de honestidad y transparencia apuntó: "Elevémonos de nuestras relaciones diarias con nosotros mismos".

Recordando la relación que EL PAÍS publicó el pasado lunes de imputados por corrupción que PSOE y PP mantienen en sus listas en comunidades como Galicia, Madrid, Valencia, Extremadura o Baleares, Urkullu exigió a ambas formaciones que no den lecciones al PNV, porque "su credibilidad es cero". Y unió en esta materia a sus dos rivales bajo "un pacto de hierro del silencio y de la desvergüenza".

Gerenabarrena pasó casi de largo por el caso De Miguel e instó a no "perder medio minuto" con los intentos de socialistas y populares de "enredar" a su formación "en temas de comisiones ilegales". Al contrario, les acusó de intentar hacer de Álava una "comisión inmoral", ya que, a su entender, el PSE estaría ahora dispuesto a "pagar" a los populares el precio de recuperar la Diputación a cambio del respaldo que dieron a Patxi López para llegar a Ajuria Enea.

Agirre sí reconoció que el caso que le obligó a destituir a su diputado de Administración Local y mano derecha, Alfredo de Miguel, generó "cierta conmoción" en su Ejecutivo, aunque consideró que su Gabinete ha salido reforzado de la "crisis" tras actuar con una "transparencia absoluta". Incluso se confesó "orgulloso" de la actuación de su Gobierno y aseguró que no conoce "institución alguna al sur de los Pirineos que haya reaccionado con tanta honestidad" ante una situación similar.

Más allá de las sombras, Urkullu puso un reto a los suyos de cara al 22 de mayo: lograr "un voto más que la suma PSE-PP", en Vitoria, en Álava y en Euskadi. El líder peneuvista sigue aprovechando casi cada comparecencia pública para presentar a un PSE y un PP unidos en simbiosis y apoyando un Gobierno, el de Patxi López, para cuya gestión el PNV solo tiene suspensos.

Urkullu dio por sentado que la misma noche del 22-M López "se ofrecerá" a pagar al PP la deuda de no haberle ayudado para gobernar en Álava. Y reconoció indirectamente el desafío que se les presenta a los suyos en Álava: "Aquí se está jugando mucho más. Aquí nos jugamos el futuro de muchas cosas en Euskadi".