Dos años y medio para unos padres que azotaban a su hijo

El tribunal valora que las heridas no fueron graves y rechaza las torturas

La Audiencia de Barcelona ha condenado a sendas penas que suman dos años y medio a un matrimonio por dos delitos de maltrato cometidos contra su hijo de diez años, al que aplicaron continuos castigos físicos para corregir su mal comportamiento. El tribunal considera probado que estos castigos consistían en golpear al menor en distintas partes del cuerpo con un cable de televisión cada vez que el padre o la esposa consideraban que era necesario. Los castigos se prolongaron durante un período de tiempo indeterminado y en una ocasión, el 26 de julio de 2008, su progenitor agredió al menor en los ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La Audiencia de Barcelona ha condenado a sendas penas que suman dos años y medio a un matrimonio por dos delitos de maltrato cometidos contra su hijo de diez años, al que aplicaron continuos castigos físicos para corregir su mal comportamiento. El tribunal considera probado que estos castigos consistían en golpear al menor en distintas partes del cuerpo con un cable de televisión cada vez que el padre o la esposa consideraban que era necesario. Los castigos se prolongaron durante un período de tiempo indeterminado y en una ocasión, el 26 de julio de 2008, su progenitor agredió al menor en los muslos con un cuchillo de cocina que había calentado previamente para producirle quemaduras. El motivo que desencadenó la agresión fue que el niño había orinado de pie y el padre consideró que merecía un escarmiento.

Más información

Durante el juicio celebrado en la Sección Sexta de la Audiencia de Barcelona la fiscalía acusó a los padres de un delito de torturas y reclamó 12 años de cárcel para cada uno de ellos, pero el tribunal ha reducido los hechos a dos delitos de maltrato.

La pareja se casó en Guinea-Conakry en régimen de poligamia y en 2006 se trasladaron a vivir a Calaf, con dos hijos del primer matrimonio del hombre y una niña de apenas unos meses. Los padres negaron los hechos durante el juicio e incluso dijeron que ignoraban las lesiones y cicatrices que presentaba el menor. Sin embargo, el tribunal concede verosimilitud a las declaraciones que prestó el niño durante la investigación de los hechos y que evitaron que volviera a testificar en el juicio.

Los jueces explican que, a la vista de los informes de los forenses y "pese a la aparatosidad del procedimiento empleado, posiblemente respondiendo a un ritual cultural para castigar una conducta determinada que se escapa a nuestro entendimiento, lo cierto es que necesitaron de una única asistencia facultativa" y la prescripción de una pomada para acelerar la cicatrización de las heridas.

Archivado En