El 'mosso' que mató a tiros a un esquizofrénico violento alega que temió por su vida

El agente disparó en mayo de 2007 a Antonio A., que le atacó con un pico

El Mosso d'Esquadra que mató a tiros a un esquizofrénico que intentaba agredirle con un pico frente a su casa en Malgrat de Mar (Barcelona) ha asegurado hoy que disparó el arma porque "temió por su vida" y le era "imposible" hacer otra cosa para defenderse.

En la Audiencia de Barcelona se ha iniciado hoy el juicio contra el agente, Miguel L., de 28 años, para quien la Fiscalía pide la absolución alegando que actuó en legítima defensa, aunque la acusación particular que ejerce la familia del fallecido reclama que se le condene a once años de prisión por homicidio y lesiones imprudentes....

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El Mosso d'Esquadra que mató a tiros a un esquizofrénico que intentaba agredirle con un pico frente a su casa en Malgrat de Mar (Barcelona) ha asegurado hoy que disparó el arma porque "temió por su vida" y le era "imposible" hacer otra cosa para defenderse.

En la Audiencia de Barcelona se ha iniciado hoy el juicio contra el agente, Miguel L., de 28 años, para quien la Fiscalía pide la absolución alegando que actuó en legítima defensa, aunque la acusación particular que ejerce la familia del fallecido reclama que se le condene a once años de prisión por homicidio y lesiones imprudentes.

El Mosso d'Esquadra mató a tiros en mayo de 2007 a Antonio A., un joven esquizofrénico que le atacaba con un pico, cuando acudió junto a una decena de agentes y dos unidades del Servicio de Emergencias Médicas (SEM) para proceder a su ingreso involuntario, dado que la víctima había sufrido un brote de agresividad derivado del trastorno de personalidad que presentaba.

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En el tiroteo, uno de los disparos alcanzó al padre del esquizofrénico, que según la Fiscalía se encontraba a unos veinte metros del mismo, por lo que el hombre tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. La policía, avisada por los servicios médicos, acudió hacia las 05.00 horas al domicilio de la víctima en Malgrat de Mar, donde el esquizofrénico, acompañado de su perro pastor alemán, se abalanzó sobre los agentes enarboando en las manos un pico de grandes dimensiones.

El procesado asegura que vio claramente cómo la víctima levantaba la herramienta, "con la intención clara de golpear a un compañero", ante lo que todos los agentes presentes se dispusieron a montar sus armas y a gritar al esquizofrénico: "tira el arma, tira el arma".

Según la versión del acusado, ante esa situación, Antonio A. se abalanzó corriendo sobre él, con el pico en la mano, por lo que el agente le disparó un primer tiro "al bulto", sin fijarse a qué parte del cuerpo alcanzaba, y echó a correr. Al percatarse de que el esquizofrénico seguía persiguiéndole con el pico en la mano, el procesado volvió a efectuar varios disparos contra Antonio A. mientras seguía reculando, apuntando "al cuerpo en general".

En total, el procesado acabó descerrajando entre ocho y diez disparos al esquizofrénico, según su versión porque "temió por su vida" y porque no veía otra posibilidad para defenderse ante el ataque de Antonio A. "Lo hice en último extremo", ha insistido el mosso, tras admitir que cuando disparó era consciente de que incluso podía alcanzar a otro policía, ya que el propio jefe del dispositivo había exclamado instantes antes "fuego cruzado", una expresión con la que se advierte a los agentes del riesgo de herir a un compañero si hacen uso de su arma.

En la primera jornada del juicio han declarado los miembros del equipo sanitario que acudieron al lugar, quienes han respaldado la versión del procesado de que era "lo único que podía hacer" y han explicado que, tras el suceso, le agradecieron su actuación porque "les había salvado la vida". En un procedimiento poco habitual en un juicio, durante la vista oral se ha utilizado una maqueta del lugar de los hechos para reconstruir el suceso, con miniaturas de las víctimas, los agentes y los sanitarios implicados.