Un chute de ilusión

El PSC destina a la fundación contra el Alzheimer lo que obtenga del libro con fotos de Maragall de entre 2001 y 2003

El entorno político socialista que rodea al ex presidente Pasqual Maragall se inyectó ayer una buena dosis de alegría e ilusión. En eso se convirtió la presentación del libro Pasqual Maragall sense protocol, formado por 150 fotografías tomadas entre 2001 y 2003 durante las visitas realizadas por Maragall a más de 200 localidades catalanas.

El libro ha sido editado por el PSC a través de la Fundación Rafael Campalans y recoge una selección de instantáneas tomadas por Pepa Álvarez, la fotógrafa que recibió el encargo de acompañar a Maragall cuando éste ejercía como líder de la oposición a...

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El entorno político socialista que rodea al ex presidente Pasqual Maragall se inyectó ayer una buena dosis de alegría e ilusión. En eso se convirtió la presentación del libro Pasqual Maragall sense protocol, formado por 150 fotografías tomadas entre 2001 y 2003 durante las visitas realizadas por Maragall a más de 200 localidades catalanas.

El libro ha sido editado por el PSC a través de la Fundación Rafael Campalans y recoge una selección de instantáneas tomadas por Pepa Álvarez, la fotógrafa que recibió el encargo de acompañar a Maragall cuando éste ejercía como líder de la oposición al último Gobierno de Jordi Pujol.

Maragall acudió al acto, celebrado en el Palau de la Vierreina, junto con su esposa, Diana Garrigosa, y otros familiares. Entre los asistentes, unas 150 personas, predominaban los colaboradores más inmediatos del ex presidente durante aquella etapa, desde el chófer hasta el intendente, pasando por los cerebros grises que se ocupaban de redactar discursos. Había tres miembros del actual Gobierno de la Generalitat: la consejera Montserrat Tura y los consejeros Antoni Castells y Ernest Maragall, y tres ex consejeros: Carme Figueras, Josep Maria Rañé y Jordi Williams Carnes. Estaban también allí el presidente del PSC, Isidre Molas; la vicepresidenta, Manuela de Madre, y el viceprimer secretario, Miquel Iceta.

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No era un acto para muchos discursos, aunque Molas habló de catalanismo, federalismo, unidad civil e igualdad de derechos, y Carnes recordó que la tarea de recorrer Cataluña de norte a sur y de este a oeste perseguía "explicar que otra visión de Cataluña era posible" en un momento en que mucha gente creía que la única forma de entender el país era la del pujolismo.

Pero más que esos breves parlamentos, el tono político vino a marcarlo la propia fotógrafa. En vez de un pronunciar un discurso, pasó un centenar de fotografías en dos grandes pantallas, una mezcla de las publicadas en el libro y otras que no pudieron entrar. En todo caso, un reflejo claro de las virtudes de Maragall como personaje que transmite ternura, proximidad humana y emoción.

La fotógrafa dio luego las gracias a todos "por aquellos momentos de alegría e ilusión", en los que ella también había podido participar. Y fue en ese punto, cuando Pepa Álvarez citó la alegría y la ilusión, cuando se hizo el contraste entre lo que se acababa de ver y el ánimo más bien pesimista que impera en las filas socialistas en la actualidad.

Maragall habló poco. Sólo para decir que estaba emocionado y recordar que "todo es fruto de unas amistades, una familia y unos colaboradores". La recaudación por la venta del libro se destinará a la Fundación Alzheimer International Pasqual Maragall.

El ex presidente, con la fotógrafa Pepa Álvarez, autora del libroTEJEDERAS