El sueño americano del encantador de perros

César Millán, presentador del popular programa que emite Cuatro y mexicano de nacimiento, consigue la nacionalidad estadounidense

A pesar de que, gracias a su trabajo de convertir a perros feroces en dóciles animalitos de compañía, está acostumbrado a lidiar con situaciones difíciles, hasta el jueves existía una que César Millán aún no había solucionado: aún no lograba la nacionalidad estadounidense.

Sin embargo, tras una emotiva ceremonia de juramento a la bandera norteamericana, el presentador de El encantador de perros se convirtió ayer en un ciudadano más de aquel país, a pesar de haber nacido y crecido en México. Junto a su mujer, Ilusión, y sus hijos Andre y Calvin, de 14 y 10 años respectivamente, Mi...

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A pesar de que, gracias a su trabajo de convertir a perros feroces en dóciles animalitos de compañía, está acostumbrado a lidiar con situaciones difíciles, hasta el jueves existía una que César Millán aún no había solucionado: aún no lograba la nacionalidad estadounidense.

Sin embargo, tras una emotiva ceremonia de juramento a la bandera norteamericana, el presentador de El encantador de perros se convirtió ayer en un ciudadano más de aquel país, a pesar de haber nacido y crecido en México. Junto a su mujer, Ilusión, y sus hijos Andre y Calvin, de 14 y 10 años respectivamente, Millán alcanzó su sueño, como él mismo le llama.

"Esta es la culminación última de hacer realidad el sueño americano", ha declarado mediante un comunicado, que cita la revista People. "Convertirme en ciudadano de Estados Unidos había sido mi meta desde los primeros días que pasé en este gran país, al que tengo tanto que agradecer. Todo el éxito que me ha entregado a mí y a mi familia hace que hoy me sienta orgulloso de ser de aquí".

Y es que su historia es la de un inmigrante como muchos otros. Millán, hoy de 39 años, llegó a Estados Unidos cruzando ilegalmente la frontera cuando era sólo un adolescente. Con su trabajo de entrenador de perros empezó a oler la fama cuando tuvo clientes de la talla de Jada Pinkett y su marido, Will Smith, o la mismísima Oprah Winfrey, y se obtuvo la residencia legal recién en 2000.

Hoy en día, el encantador de perros es presidente de un imperio que incluye su programa, varias veces nominado a los Emmy, tres libros que han formado parte de la lista de los más vendidos en Estados Unidos y una fundación sin fines de lucro que acoge a perros abandonados o que han sido víctima de malos tratos.

AP