El hula hoop cumple 50 años

El juguete se convirtió rápidamente en un fenómeno de masas.- La URSS lo prohibió al considerarlo un símbolo de "la vacuidad de la cultura imperialista"

La idea no podía ser más sencilla: un simple aro. Los nativos norteamericanos ya lo usaron como juguete, igual que sucedió en las primeras civilizaciones del mediterráneo. Pero el 19 de junio de 1958, los empresarios Richard Kerr y Arthur Melin le dieron un nuevo sentido al lanzarlo al mercado con el nombre de Hula hoop.

El nuevo juguete tomó su nombre de una popular danza hawaiana (hula) y de la palabra aro en inglés (hoop) y, cuatro meses después de su lanzamiento, ya rodaba en las cinturas de más de 25 millones de personas. Un año más tarde, la compañía Wham-O, fundada por Ker...

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La idea no podía ser más sencilla: un simple aro. Los nativos norteamericanos ya lo usaron como juguete, igual que sucedió en las primeras civilizaciones del mediterráneo. Pero el 19 de junio de 1958, los empresarios Richard Kerr y Arthur Melin le dieron un nuevo sentido al lanzarlo al mercado con el nombre de Hula hoop.

El nuevo juguete tomó su nombre de una popular danza hawaiana (hula) y de la palabra aro en inglés (hoop) y, cuatro meses después de su lanzamiento, ya rodaba en las cinturas de más de 25 millones de personas. Un año más tarde, la compañía Wham-O, fundada por Kerr y Melin, celebraría la mágica cifra de 100 millones de unidades vendidas. El precio: 1,98 dólares.

El aro bailarín era todo un signo de su tiempo, los años dorados del capitalismo. Fabricado en marlex, una variante del plástico de invención reciente, medía 71 centímetros de diámetro y sus tonos brillantes se avanzaron a la explosión de color con que irrumpiría el movimiento hippie en las sociedades occidentales pocos años después.

Prohibido por la URSS

El fenómeno de masas en que se convirtió debe mucho a la expansión de la Televisión. El hula hoop entró en los hogares, de Sudáfrica a Noruega y de Japón a Argentina, a través de los nuevos monitores en blanco y negro, que mostraban las más variopintas exhibiciones y competiciones con el nuevo aro.

Pero sobre todo, mostraban el papel preponderante de EE UU y la cultura americana en la nueva cultura de masas. Tanto que la URSS no podía soportarlo y prohibió el aro, símbolo de "la vacuidad de la cultura imperialista".

Pero no fue la condena de Moscú, sino el agotamiento que acompaña a todo fenómeno de masas lo que hizo que los hula hoops dejaran de girar. Por entonces, Wham-O, que no pudo patentar el juego, por no ser novedoso, pero sí el nombre, ya disfrutaba de los ingresos que le aportaba otro juguete igual de rudimentario: el frisbee.

El hula hoop, eso sí, aún tendría otros episodios de gloria. En 1965, Wham-O reanudó la producción agregando bolas de cojinete en el interior del tubo del aro, lo que provocaba un sonido rítmico con el giro de caderas, brazos o piernas.

Del plástico a los aros virtuales

50 años después de su nacimiento, el éxito del hula hoop no ha pasado desapercibido para los creadores de video juegos. Este mismo año, Nintendo Wii ha lanzado una versión virtual del popular juego. Algo que no podrán ver los padres del juguete. Merlin falleció en 2002 y Kerr a principios de este mismo año.

Para quienes se animen con la nueva versión virtual, ahí van las marcas a superar. Dos nombres ilustres de la historia del hula hoop: Roxan Rose (EE UU) mantuvo el aro en movimiento durante 90 horas en 1987 y Jin Linlin (China) consiguió mantener 105 aros en movimiento simultáneamente el año pasado.

A sus marcas, cabe añadir las de Betty Hoops, que recorrió 10 kilómetros con el aro en movimiento en 1 hora, 43 minutos y 11 segundos; y Paul Hips, que ostenta el récord en categoría masculina con 1h 6m y 35s. Aunque para superar a éstos habrá que recurrir a la simplicidad de lo clásico. Al aro de plástico de 71 centímetros de diámetro que gira alrededor de la cintura.

El hula hoop nació en 1958 y se popularizó rápidamente en todo el mundo occidental a través de las televisiones en blanco y negro.AP
La sencillez del juguete no impidió que se convirtiera en un fenómeno de masas entre niños y adultos. Tanto, que el popular golfista Sam Snead no pudo resistirse.AP

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