Centenares de ganaderos atentan contra inmuebles de la empresa láctea Leite Río

Cortes de tráfico con importantes retenciones, barricadas, derribo de vallas y lanzamiento de leche y huevos fueron algunos de los episodios de tensión que se vivieron esta mañana en las inmediaciones de una de las factorías de Leite Río en el polígono industrial de O Ceao en Lugo.

Los ganaderos, unos 3.000, acudieron al punto de concentración atendiendo a una convocatoria del sindicato Uniósn Agrarias (UU.AA.) para protestar por el descenso "unilateral" que marcan las industrias en el precio de la leche en origen y, "de forma especial", la empresa hoy boicoteada que recoge en torno a ...

Cortes de tráfico con importantes retenciones, barricadas, derribo de vallas y lanzamiento de leche y huevos fueron algunos de los episodios de tensión que se vivieron esta mañana en las inmediaciones de una de las factorías de Leite Río en el polígono industrial de O Ceao en Lugo.

Los ganaderos, unos 3.000, acudieron al punto de concentración atendiendo a una convocatoria del sindicato Uniósn Agrarias (UU.AA.) para protestar por el descenso "unilateral" que marcan las industrias en el precio de la leche en origen y, "de forma especial", la empresa hoy boicoteada que recoge en torno a un 30% de la leche que se produce en Galicia y que aplicó unos descuentos que rondan los 9 céntimos de euro por litro, según remarcó el secretario de general de UU.AA., Roberto García.

La primera medida fue cortar el tráfico en uno de los puntos estratégicos de entrada a la ciudad desde la autovía A-6, justo a la altura de la factoría láctea. Posteriormente fue el propio García quien se digirió a los movilizados, entre los que también se encontraban ganaderos llegados desde Castilla-León y Asturias, quien justificó la movilización ante una de las sedes de Río, por haber sido "la única empresa que bajó 9 céntimos el litro de leche", al mismo tiempo que recriminó la ausencia de otros sindicatos como Xóvenes Agricultores (XX.AA.) o el Sindicato Labrego Galego (SLG), ya que, insistió, "hay razones para estar aquí".

El sindicalista precisó que unos 1.500 ganaderos gallegos percibirán unos 600 euros menos al mes de lo que les quedaba libre con anterioridad por esta reducción de precios en origen, lo que constituye, criticó, "una práctica de actuación inaceptable".

García, apeló a la libertad de su sindicato para protestar frente "a cualquier empresa que nos meta la mano en el bolsillo, sea española, francesa o gallega". "Somos tan gallegos como el que más, pero nunca nos envolveremos en la bandera gallega para justificar decisiones unilaterales", agregó el sindicalista en alusión a la condición de gallego del propietario y administrador único de Leite Río, Jesús Lence.

La arenga de García caló entre los concentrados, aunque no su mensaje de intentar que la noticia no fueran los daños en las instalaciones, sino, apostilló, "el daño que él (Lence), nos hace recortándonos más de 6.000 euros por explotación". Y es que justo cuando acabó de hablar se sucedieron los incidentes. Primero se lanzaron hacia el interior del recinto empresarial decenas de cartones de leche, que previamente habían adquirido, y huevos. Luego tardaron muy poco en romper los cristales de la cabina de entrada y destruyeron una a una las letras de un cartel de aluminio. Poco después ardió una barricada con ruedas de goma, en la que también se quemó un antiguo carro de vacas del país, que era todo un símbolo de la factoría.

Las fuerzas antidisturbios desplegadas en lugar tampoco pudieron impedir que los manifestantes derribaran una gran valla de hierro móvil y que más tarde hicieran lo propio con parte de la valle metálica que rodea las dos centros transformadores (Leyma y Río), en el polígono de O Ceao.

Lo que no consiguieron los manifestantes fue entrar en el interior del recinto y hubieron de deponer su actitud tras una leve carga policial, por lo que hubieron de conformarse con seguir derribando metros de valla por todo el perímetro empresarial.

La llamada a la calma de uno de los responsables de UU.AA. y el paso del tiempo fueron los mejores aliados para acabar con una mañana tensa en la que los ganaderos dejaron constancia de que se encuentran "totalmente desesperados" por la pérdida de renta.