La voz de Batasuna durante los 80

Jon Idígoras había sido sustituido en los últimos años por la nueva generación de dirigentes de la izquierda 'abertzale'

Jon Idígoras Gerrikabeitia fue fundador de Herri Batasuna y uno de los principales dirigentes de esta formación política. Durante muchos años fue el rostro y la voz de la izquierda abertzale hasta que, a principios de los años noventa, comenzó a ser desplazado por nuevas generaciones de dirigentes. Una enfermedad respiratoria terminó de apartarlo de la primera fila de la política, aunque ocasionalmente comparecía en actos públicos para expresar su apoyo a HB.

Nacido en Amorebieta (Vizcaya) el 3 de mayo de 1936, Idígoras fue obrero metalúrgico. Entró a trabajar con 14 años en la ...

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Jon Idígoras Gerrikabeitia fue fundador de Herri Batasuna y uno de los principales dirigentes de esta formación política. Durante muchos años fue el rostro y la voz de la izquierda abertzale hasta que, a principios de los años noventa, comenzó a ser desplazado por nuevas generaciones de dirigentes. Una enfermedad respiratoria terminó de apartarlo de la primera fila de la política, aunque ocasionalmente comparecía en actos públicos para expresar su apoyo a HB.

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Nacido en Amorebieta (Vizcaya) el 3 de mayo de 1936, Idígoras fue obrero metalúrgico. Entró a trabajar con 14 años en la fábrica de Izar de la localidad, donde inició su actividad laboral como aprendiz. En su juventud también fue novillero, debutando como subalterno en la cuadrilla del Duque de Boroa. Todavía en la etapa franquista participó en diversos movimientos obreros clandestinos. A partir de 1970 fue detenido en varias ocasiones a causa de su militancia en estos movimientos laborales vascos y permaneció encarcelado durante dos años, tras lo que marchó al exilio en el sur de Francia.

En 1976 regresó a Euskadi y participó en la fundación del sindicato LAB. Dos años más tarde, en 1978, también estuvo presente en la creación de Herri Batasuna, formación que se constituyó formalmente el 19 de octubre de ese año en el salón de actos de la UNED de localidad guipuzcoana de Bergara. En 1979 fue detenido otra vez tras haber entrado en la Diputación Foral de Vizcaya en compañía de varios militantes de la coalición HB recién nacida. Parlamentario vasco en la primera y segunda legislatura, el 4 de febrero de 1981 fueron uno de los once representantes de HB que protagonizaron el escándalo de la Casa de Juntas de Gernika, entonando el Eusko Gudariak (canción del soldado vasco) al iniciar el Rey su discurso y siendo expulsados de la sala por hertzianas. Aunque fue procesado por injurias, salió absuelto.

Presente siempre en el órgano de dirección, la Mesa Nacional, de HB, de la que sido su portavoz y cara durante la década de los ochenta, desde 1986 Idígoras fue elegido diputado por esta formación en tres legislaturas. El 20 de noviembre de 1989, en una cena de los parlamentarios electos y otros miembros de HB que estaban en Madrid para recoger sus credenciales fueron tiroteados. En el atentado fue asesinado el diputado de la coalición Josu Muguruza y resultaron heridos otros miembros de HB, aunque Idígoras salió ileso porque la pistola de unos de los asesinos se encasquilló cuando pretendía dispararle.

Como portavoz habitual de HB en la década de los ochenta se vio inmersos en numerosas querellas por sus declaraciones, especialmente ante el Tribunal Supremo que llegó a tramitar hasta cuatro causas simultáneamente contra él. También visitó numerosos juzgados para declarar sobre su relación con ETA. Nunca se le aplicaron medidas cautelares que le privaran de libertad en esa época.

En los años noventa, con la llegada a la Mesa Nacional de una nueva generación de dirigentes, como Rufi Etxebarria, Floren Aoiz, Gorka Martínez o Karmelo Landa, comenzó a perder protagonismo. El nuevo equipo dirigente protagonizó otro conflicto con la justicia en 1996 al intentar ceder los espacios electorales que la coalición tenía en televisión para difundir un vídeo con una entrevista a miembros de ETA. Ello provocó la detención y condena por el Supremo de todos los miembros de la Mesa Nacional que permanecieron durante un año en prisión, hasta que el Tribunal Constitucional anuló la sentencia, en julio de 1999.

El "error de la tregua"

Idígoras, fue detenido en febrero del 96, y quedó ingresado en la enfermería de la prisión de Alcalá de Henares debido a los problemas respiratorios que padecía. Cuatro meses después y tras pagar una fianza de cinco millones de las antiguas pesetas fue puesto en libertad. Tras la condena, volvió a ingresar en la cárcel de Basauri (Vizcaya), desde donde fue trasladado al hospital de Cruces en varias ocasiones. En mayo de 1998, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Bilbao le concedió la libertad condicional atendiendo a la gravedad de la enfermedad respiratoria que sufría.

El encarcelamiento de este grupo de dirigentes abrió el paso a una nueva Mesa Nacional encabezada por Arnaldo Otegi y Joseba Permach, que incorporó a Idígoras tras su salida de la cárcel. Desde allí, participó en el nacimiento de Euskal Herritarrok y, posteriormente, de Batasuna, si bien en un papel ya cada vez más secundario. Aunque Idígoras llegó a tachar de "gran error" la ruptura de la tregua de ETA, en 2000 fue nuevamente acusado de apología del terrorismo por su intervención en un acto de homenaje organizado por HB a cuatro etarras muertos días antes.

En los últimos años había pasado a ser considerado como un dirigente histórico de la izquierda abertzale y su presencia pública se había limitado a artículos de opinión y alguna aparición en manifestaciones y ruedas de prensa, sobre todo tras la ilegalización de Batasuna. En 1999 publicó su propio libro autobiográfico: El hijo de Juanita Gerrikabeitia.

Idígoras, durante un acto de la coalición en 2000.EFE

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