La periodista que se gana la vida haciendo las invitaciones de Boda de Tamara Falcó o José Luis Martínez-Almeida

Rocío Huerta, fundadora de El Tintero, ofrece servicios artesanales y personalizados de caligrafía para eventos y campañas de grandes marcas como Chanel, Carolina Herrera, Chandon, Mahou, Tiffany, Dior o Guerlain

Rocío Huerta, emprendedora y propietaria de la empresa El Tintero.MANI GARCÍA CAVALIERI

Rocío Huerta, la fundadora de El Tintero, creció rodeada de los útiles de encuadernación con los que trabajaba su madre y que, probablemente, marcaron su vena creativa. Esta abogada de formación y periodista de profesión, en momentos bajos de su vida laboral, decidió dar otro rumbo a su vida. Comenzó un curso básico de caligrafía, que, según sus palabras, la dejó pillada. Completó su formación con maestros profesionales, mientras fantaseaba con sus compañeras de trabajo en convertir la caligrafía en su nueva profesión. “Comencé haciendo invitaciones de boda para amigos. Luego hice las de la mía y a partir de ahí todo fue un correr la voz”. En 2017 cambió definitivamente el ordenador por la plumilla y la tinta. Desde entonces dedica su vida profesional a la caligrafía, un arte que parece parado en el tiempo y para el que, en su opinión, se necesita paciencia y ganas.

Sin necesidad de inversión inicial, y sin planteamientos, por el momento, de solicitar un crédito o una ronda de financiación, la empresa, explica Huerta, ha ido creciendo a demanda y ahora cuenta con cinco empleados. Las bodas fueron su punto de partida, para las que diseña toda la papelería a medida (invitaciones, tarjetones, marcasitios…) y de forma personalizada, con precios que rondan desde los dos euros por sobre caligrafiado. Con más de 1.000 bodas en su haber entre las que se cuentan la de Tamara Falcó o la del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, sus invitaciones han llegado hasta Australia, Estados Unidos o México. Después empezó con los contratos para las campañas de grandes marcas como Chanel, Carolina Herrera, Chandon, Mahou, Tiffany, Dior o Guerlain. “La boda se hace una vez, pero estas marcas igual hacen seis, siete u ocho campañas al año. Muchas veces son trabajos de hoy para mañana y nadie sabe las noches que he echado como un monje escriba. Me lo he currado mucho, porque crea fidelidad y me ha funcionado”, dice con orgullo esta madrileña de 38 años. Recuerda cómo su trabajo más difícil y minucioso, pero muy bonito, fue el que hizo con el disco de oro Cuando el río suena, de la cantante Rozalén, en 2017. La discográfica le pidió que dibujara, junto al disco, un árbol de la vida y caligrafiara en las raíces y en las ramas frases de sus canciones.

Rocío Huerta realiza uno de sus trabajos. MANI GARCÍA CAVALIERI

Además de sus trabajos de caligrafía sobre papel, también practica la técnica del engraving, que consiste en caligrafiar sobre superficies como metal o vidrio. “Vivimos en la era de la personalización, y a la gente le encanta ver su nombre grabado, por ejemplo, en un bote de perfume”. Un servicio que hace con vistas al público, en el que, describe Huerta, apenas tarda tres minutos y aporta un valor añadido al producto. También ha ampliado mercado y acude como calígrafa a fiestas privadas de empresas o de Navidad. Un crecimiento que convirtió a El Tintero en una agencia desde la que proporciona a las empresas calígrafos y artistas para realizar sus campañas. Hoy cuenta con más de 30 calígrafos y más de 60 artistas como floristas o acuarelistas. “Tuve que aprender a delegar, no lo podía hacer todo yo sola. Si solo hubiera caligrafiado no habría crecido y seguiría con el cuello agachado y con la plumilla en la mano”. Una diversificación que en 2023 le reportó una facturación de 352.245 euros con unas previsiones de alcanzar los 450.000 euros en 2024.



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