SAP vive en una nube: así se ha convertido la empresa de tres exinformáticos de IBM en la tercera más valiosa de Europa

El negocio del ‘cloud’ y la inteligencia artificial impulsan las ventas de la compañía alemana y atraen a muchos inversores

Christian Klein, director ejecutivo de SAP, en la ciudad alemana de Mannheim, el pasado mayo.Marijan Murat (dpa / picture alliance / Getty Images)

La economía alemana no carbura, pero a algunas de sus empresas les va de maravilla. SAP es un claro ejemplo. El gigante del software vuela en Bolsa. Sus acciones se han revalorizado un 56% este año y el valor de mercado supera los 268.000 millones de euros. Esta euforia sitúa a la compañía como la tercera con mayor capitalización bursátil de Europa, tan solo por detrás del grupo danés Novo Nordisk y del conglomerado francés LVMH. La bonanza en el parqué de SAP podría ser mayor si no se hubiese activado un cortafuegos impuesto por la Bolsa de Fráncfort: ningún valor puede tener una ponderación superior al 15% en el índice DAX. Este límite hace que muchos fondos pasivos, que replican la composición de los índices, tan de moda, tengan que vender títulos de la empresa cuando supera dicho umbral.

La buena evolución en Bolsa está respaldada por unos números muy convincentes. El pasado 21 de octubre la compañía presentó sus resultados del tercer trimestre, que se situaron por encima de las expectativas del mercado. Entre julio y septiembre los ingresos crecieron un 9%, hasta los 8.470 millones de euros y el beneficio neto mejoró un 13%, situándose en 1.441 millones. “A la luz de las sólidas cifras trimestrales, hemos decidido elevar nuestras previsiones para el conjunto de 2024″, avanzó el consejero delegado de SAP con motivo de la presentación de las cuentas. Christian Klein destacó la buena evolución de los servicios de cloud computing o servicios en la nube —esta división aportó el 51% de los ingresos totales en el trimestre— y los “progresos significativos” en el campo de la inteligencia artificial (IA) aplicada al mundo de la empresa. “Una gran parte de los nuevos contratos en la nube incluyen aplicaciones de IA”, destacó Klein.

SAP ahora goza del viento de cola, pero no siempre fue así en su pasado más reciente. La empresa está presente en 157 países y tiene una plantilla formada por 107.000 trabajadores. En los últimos años, sus gestores han aplicado una estrategia basada en dos pilares: fuertes inversiones en tecnología y una reestructuración de su fuerza laboral que afecta hasta a 10.000 puestos de trabajo. Hace cuatro años, Klein anunció que la compañía se iba a centrar en el traslado del software de sus ordenadores fijos a la nube. Eso implicaba eliminar plantilla en algunas áreas para potenciar a sus especialistas en temas relacionados con la IA.

SAP invirtió mucho dinero en la conversión de sus programas, y la Bolsa castigó la falta de beneficios entonces con un desplome del precio de la acción en 2022. Sin embargo, la nube y la inteligencia artificial, dos áreas en las que SAP quiere y necesita seguir creciendo, parecen haberse convertido ahora en una receta de éxito.

“La voluntad de los clientes de pasarse a la nube es claramente evidente en sus decisiones de hacer un upgrade [mejora] de sus contratos, lo que respalda la transformación de SAP para convertirse en una empresa basada en la nube”, explica Michael Briest, analista de UBS, sobre las causas de este éxito. “Los márgenes están mejorando y SAP ofrece ahora una combinación de crecimiento de dos dígitos y márgenes en expansión”.

Entre sus principales puntos fuertes, Briest destaca la gran fidelidad de los clientes con su software. “Es muy raro que los clientes cambien de proveedor de tecnología de back office y, en particular, tiene una gran capacidad para prestar servicios a industrias complejas en el sector manufacturero”, comenta. “Además, tienen una amplia cartera, lo que significa que a medida que los clientes actualizan su solución básica existe una buena oportunidad para la venta cruzada de soluciones de gestión de la cadena de suministro, capital humano y planificación y análisis, por ejemplo”, añade.

SAP, fundada en 1972 en la pequeña localidad de Walldorf, en el sur de Alemania, por cinco antiguos empleados de IBM que querían desarrollar un software estandarizado para las empresas que integrara todos los procesos operativos y permitiera procesar los datos en tiempo real, cuenta con una base de clientes consolidada. Ofrece modernas herramientas, como programas de alquiler de la nube, combinadas con herramientas técnicas de última generación en el ámbito de la inteligencia artificial. Esto permite a SAP crecer, por un lado, y trabajar de forma más rentable, por otro.

Pero, por encima de todo, SAP parece estar convenciendo a sus clientes para que den el paso a la nube de datos, lo que implica decir adiós a su propio centro de datos, algo que para la gran empresa tecnológica es prácticamente inevitable ya que las nuevas aplicaciones de IA se ejecutan en la nube, por lo que para poder disfrutar de ellas hay que estar en la nube. Además, esto agiliza la instalación de innovaciones.

“Hace cuatro años, empezamos a centrarnos totalmente en la nube. Tuve que soportar muchas críticas por ello. Cuatro años después, podemos ver que estamos en el buen camino. El precio de las acciones está ahora en máximos históricos”, explicó Klein en una entrevista hace un par de meses con el diario Süddeutsche Zeitung.

Jugar en primera

SAP es la única firma tecnológica de Europa que juega en la primera liga de las big tech de renombre mundial. Sin embargo, su buena evolución, al menos en Bolsa, podría llevarla a morir de éxito debido al anteriormente mencionado límite de ponderación del 15% impuesto por los gestores del parqué germano. Esta dura normativa, que tiene por objetivo que el índice principal de la Bolsa de este país no dependa en exceso de dos o tres grandes conglomerados y que a su evolución contribuyan muchas compañías, es visto como un inconveniente por los grandes inversores institucionales. Y es que los fondos pasivos tendrán que ajustar su exposición a SAP cada vez que supere el umbral del 15%.

La pregunta de si la compañía tecnológica es demasiado grande para la Bolsa alemana no para de resonar en los círculos financieros. A pesar de todo, la empresa no se plantea de momento abandonar el país como centro financiero. Linde, que era la empresa alemana más valiosa del DAX hasta hace unos meses, dio este paso en marzo del pasado año y ahora sólo cotiza en la Bolsa de Nueva York. Esto provocó que se elevara el tope del 10% al 15% de ponderación en la Bolsa alemana en la primavera de 2024 tras largos debates. Según Archibald Preuschat, del Frankfurter Allgemeine Zeitung, el parqué germano no podrá evitar modificar de nuevo este límite. “En el mejor de los casos, antes de que SAP dé la espalda a Alemania como centro financiero”, advierte este experto. De momento, la gran esperanza tecnológica de Europa sigue viviendo en la nube.



Más información

Archivado En