Juan Lladó Arburúa (Técnicas Reunidas): “Vamos a doblar los resultados y volveremos al Ibex 35″

Lladó explica que la estrategia de la compañía, que tuvo que ser rescatada por el Estado tras la covid, pasa por centrarse en la ingeniería y apostar por la transición energética

Juan Lladó, presidente de Técnicas Reunidas, en su sede en Madrid.Pablo Monge

Juan Lladó Arburúa (Madrid, 1961) preside desde 2020 Técnicas Reunidas, una empresa nacida en el distrito madrileño de Chamberí hace 60 años y que ahora dispone de una grande y moderna sede en las afueras de la capital y 6.500 empleados, la mayoría ingenieros, que desarrollan proyectos en medio mundo. Lladó, hijo del dos veces ministro de Suárez José Lladó Fernández-Urrutia, segundo de cinco hermanos, se incorporó a la dirección de Técnicas Reunidas en 1998. De la banca —Citibank y Argentaria— a la construcción y la ingeniería. Un salto. A Lladó le ha tocado gestionar una mala racha. En 2022, Técnicas Reunidas tuvo que ser rescatada por el Estado con 340 millones de euros a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Dos años después, la compañía, clave en el desarrollo del sistema energético del país —nucleares y centrales de gas—, trabaja para participar en el negocio de la transición energética —”una revolución”, señala Lladó—. La estrategia de la firma, explica su presidente, es “volver a la ingeniería pura y dura para pasar de ser una empresa de construcción y servicios a una empresa esencialmente de servicios”. El compromiso: multiplicar 2,5 veces su beneficio operativo (ebit) en los próximos cinco años —hasta 360 millones de euros— y repartir dividendos en 2026; el objetivo: volver al Olimpo de la Bolsa, el Ibex 35, de donde salió en 2019.

“Hemos pasado por una mala racha”, reconoce Lladó. “El recorrido de la pandemia, para nosotros, fue más largo que para otros. Se paró el mercado en 2020 y fueron dos años, 2020 y 2021, que nos provocaron una lesión muy grave. Pero el que es capaz de gestionar una mala racha también es mejor gestor y tiene mejor empresa”. Lógicamente, no se pueden obtener mejores resultados con las mismas estrategias. Lladó lo sabe. “En los últimos cuatro años nuestra estrategia ha sido defensiva; y con estrategias defensivas se puede ganar alguna batalla, pero no se ganan guerras. Vamos a pasar a la ofensiva para crecer en lo que somos buenos y crear una unidad muy potente de servicios de ingeniería”. Si se cumplen los planes de Lladó y de su consejero delegado Eduardo San Miguel, de esa fuente manará al menos el 10% de la facturación en 2028.

Ofensiva

Las baterías para la ofensiva de Técnicas Reunidas las distribuye una hoja de ruta que la compañía ha bautizado como SALTA. El plan contempla un nuevo modelo organizativo con cinco unidades de negocio: ingeniería y servicios; energía; Norteamérica; Europa, y Oriente Próximo-Asia Pacífico. Con la nueva organización, el grupo espera situar el margen de beneficio bruto en el 8% en 2028, frente al 4% alcanzado a cierre de 2023. El doble de rentabilidad con un flujo de caja estable. Los resultados acompañan. Los del primer tramo del ejercicio —1.003 millones de facturación (un 13% más), 10.000 millones en proyectos y 333 millones en la caja— han superado las previsiones de la mayoría de los analistas. Según Renta 4, “confirman que la recuperación de márgenes vista desde 2022 es estructural”.

“Queremos ser mejores”, asegura el presidente de Técnicas Reunidas, “por eso hemos anunciado que doblaremos los resultados en 2028. Estoy seguro de que vamos a volver al Ibex 35. En estos momentos de transición y revolución energética [el Ibex] necesita una empresa tecnológica como la nuestra. No es una ambición. Es una seguridad”. Las claves del momento son, sobre todo, la transición energética y la búsqueda de negocio en EE UU. En los últimos cuatro años, la compañía ha contratado en transición energética 300 millones de horas hombre. Traducido, supone el trabajo de 1.000 ingenieros especialistas en el cambio de modelo energético. La propuesta para la transición energética —descarbonización y respeto al medio ambiente— se llama TRACK. Técnicas Reunidas participa en el desarrollo de proyectos relacionados con el hidrógeno y el amoniaco en España y en Noruega.

Hay nuevos horizontes, pero no hay un cambio radical de montura. La compañía construye en Alemania la primera regasificadora del país y, junto a RWE, proyecta ciclos combinados viables también para el hidrógeno, y en el puerto de Amberes (Bélgica) trabaja en la planta petroquímica más grande de Europa junto a la británica Ineos. “Somos la única empresa de ingeniería que trabaja con los cuatro tecnólogos de turbinas de gas”. Son Ansaldo, Jena Electric, Mitsubishi y Siemens. Ya se sabe: quien tiene un buen socio, tiene un tesoro. Con esa idea, Técnicas formalizó el pasado año una alianza con el gigante chino Sinopec Engineering Group para ejecutar proyectos de refino, petroquímica, gas natural y transición en todo el mundo. La asociación ha dado buenos frutos en Oriente Próximo, el área geográfica que facilitó el crecimiento de la compañía entre 2006 y 2015 y que aún es clave en la generación de caja.

“El de Sinopec no es un acuerdo de inversión y no es un acuerdo de intercambio tecnológico”, explica Lladó, “es ofertar juntos en mercados que podamos ser complementarios”. No todos lo son. Hoy, la chincheta roja que señala el punto de crecimiento está sobre EE UU. Técnicas Reunidas trabaja en el país para dos gigantes —Exxon y Conoco—; tiene grandes planes —y próximos anuncios— en la zona industrial del golfo de México (Luisiana y Texas), y grandes expectativas en los negocios de la descarbonización.

El horizonte puede ser prometedor, pero no está completamente despejado. Técnicas Reunidas afronta reclamaciones de clientes y proveedores de Argelia, Arabia Saudí, el Reino Unido y Finlandia por importe de 1.553 millones. “La cifra alarma por su cuantía”, admite el directivo, “pero no alarma a los auditores, ni a los abogados; tampoco nos alarma a nosotros. En nuestro negocio, con proyectos grandes, siempre caben las reclamaciones alarmantes. No significa que lo sean; eso sí, las tenemos que publicar. En la historia, todos nuestros litigios los hemos resuelto”.

Cuestión de confianza y también de experiencia. La familia Lladó es el primer accionista de la compañía (más del 30%) desde los inicios, junto a inversores como Cobas (5,2%), la gestora de Francisco García Paramés. “No somos una empresa familiar al uso”, aclara Lladó. El fundador, José Lladó, nunca tuvo más de un 37%. El control lo tenían los bancos. Primero el Banco de Bilbao y el Banco Urquijo, y después el Santander y el BBVA. “La empresa”, explica su presidente, “siempre fue auditada y transparente. Nunca fue percibida como una empresa familiar. El futuro pasa por ser una compañía más profesional, con una gestión independiente y despersonalizada”. Y, sobre todo, con ingenieros. Técnicas Reunidas presume de cantera. “Cuando nos unificamos con Initec (SEPI) [año 2000] éramos 1.000, pero crecimos y formamos bien”. Hoy, la compañía emplea a 6.500 trabajadores. Es la segunda empresa de España en contratación de ingeniería.

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