Carlos Stilianopoulos (Beka Finance): “Soy bastante manitas, disfruto arreglando cosas en casa”

A base de adquisiciones, Beka Finance se ha hecho un hueco relevante en la industria de servicios financieros. Carlos Stilianopoulos (Madrid, 57 años) es el consejero delegado de una entidad que ya tiene 25.000 millones de euros en activos bajo gestión.

Pregunta. ¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?

Respuesta. ¡Cualquier plan que haga con mis hijos! No creo que haya nada que supere eso.

P. ¿Cuáles son sus aficiones cuando está fuera de la oficina?

R. Teng...

A base de adquisiciones, Beka Finance se ha hecho un hueco relevante en la industria de servicios financieros. Carlos Stilianopoulos (Madrid, 57 años) es el consejero delegado de una entidad que ya tiene 25.000 millones de euros en activos bajo gestión.

Pregunta. ¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?

Respuesta. ¡Cualquier plan que haga con mis hijos! No creo que haya nada que supere eso.

P. ¿Cuáles son sus aficiones cuando está fuera de la oficina?

R. Tengo mil aficiones. Me encanta el deporte, sobre todo el pádel y el esquí en familia. Pero también disfruto muchísimo arreglando cosas en casa porque soy bastante manitas y me atrevo con casi todo. Y también tengo aficiones más mundanas como pasear, leer, escuchar música, pintar… tengo ya una colección relativamente importante de cuadros pintados por mí.

P. ¿Cuántas horas necesita dormir para sentirse bien?

R. Seis horas. Me da la sensación de que si duermo más tiempo me estoy perdiendo algo importante.

P. ¿Qué aplicaciones son las que más usa en su teléfono móvil?

R. El correo para el trabajo y el Whatsapp para los amigos y familiares. La aplicación de la previsión meteorológica ya que, como buen motero, necesito saber el tiempo todos los días. Y Spotify, ya que la música me ayuda a evadirme.

P. ¿Qué viaje guarda con más cariño? ¿Qué destinos tiene pendiente?

R. Todos los que hice de pequeño con mis padres, y los que he hecho estos años, y sigo haciendo, con mis hijos. Me quedan muchísimos destinos. Creo que hoy en día el poder viajar es uno de los grandes lujos que tenemos con respecto a generaciones pasadas.

P. ¿Qué grupos o tipo de música no pueden faltar en su play list?

R. Todo lo que sea música de los años 80. Mis grupos favoritos de esa época son Dire Straits, Queen, David Bowie, The Police, Madness, Pink Floyd… Y obviamente también los grupos españoles de la movida madrileña.

P. ¿Recomienda algún libro que haya leído recientemente?

R. No me atrevo. Leo bastante, por lo menos una hora todas las noches, pero casi todo lo que leo son novelas de acción, de espías, policiacas, etc… De nuevo, utilizo la lectura como una forma de evasión.

P. ¿Es aficionado a las series de televisión? ¿Cuáles son sus favoritas?

R. Por desgracia, sí. Pero llevo tiempo intentando desintoxicarme porque me he dado cuenta de que prefiero vivir mi propia vida en vez de la vida de cualquier personaje de las series.

P. ¿Qué defecto le gustaría corregir de su personalidad? ¿Y qué virtud destacaría?

R. Seguramente tengo muchos defectos, pero posiblemente el que me sigue castigando, y más me cuesta corregir es saber decir “no” más veces. Posiblemente lo heredé de mi padre que era diplomático, pero yo ¡me dedico a las finanzas! Mi principal virtud es mi optimismo. Siempre busco el lado positivo a todo lo que me pueda ocurrir. Hay muy pocas cosas que me puedan hundir.

P. ¿Le gusta la gastronomía? ¿Qué restaurantes suele elegir para comidas de negocios? ¿Y para comidas con amigos o familiares?

R. Me temo que no, aquí pincho. No soy una persona que disfrute especialmente con la comida. Estuve interno en Inglaterra durante trece años y la comida no era uno de los grandes placeres que teníamos. Por tanto, no soy el mejor para recomendar los mejores restaurantes. Para una comida de negocios prefiero cualquier sitio cerca de la oficina. Y para comidas con amigos y familiares les dejo que elijan ellos.

P. ¿Qué consejo le han dado que tiene siempre presente? ¿Qué consejo le gusta dar?

R. Soy poco de recibir y dar consejos. Creo que cada uno tiene que vivir su propia vida, con sus aciertos y sus equivocaciones. Lo que a mí no me funcionó, a otra persona sí le puede funcionar, y viceversa.

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