El control de Pirelli provoca un pulso político entre Italia y China
Pekín, a través de la compañía estatal Sinochem, quiere reforzar su dominio en el fabricante de neumáticos y el Gobierno de Meloni estudia medidas para frenar el plan
El fabricante italiano de neumáticos Pirelli está a punto de entrar sin frenos en una zona de curvas. El volante del conocido como “Prada de los neumáticos”, con 150 años de antigüedad y considerada una de las joyas de la corona del sector manufacturero italiano, lo comparten desde 2015 accionistas nacionales, con una participación del 14%, y socios chinos, que controlan el 37% de la compañía a través del conglomerado de propiedad estatal Sinochem.
Pirelli, con un valor de mercado de cerca de 5.000 millones de euros, ha ...
El fabricante italiano de neumáticos Pirelli está a punto de entrar sin frenos en una zona de curvas. El volante del conocido como “Prada de los neumáticos”, con 150 años de antigüedad y considerada una de las joyas de la corona del sector manufacturero italiano, lo comparten desde 2015 accionistas nacionales, con una participación del 14%, y socios chinos, que controlan el 37% de la compañía a través del conglomerado de propiedad estatal Sinochem.
Pirelli, con un valor de mercado de cerca de 5.000 millones de euros, ha mantenido su sede en Milán, donde cotiza en Bolsa, y gran parte de su italianidad, con Marco Tronchetti Provera, que dirige la empresa desde 1992, como consejero delegado. Pero la sombra de Pekín es cada vez más notable. Los equilibrios de poder se están quebrando, en virtud de un acuerdo aprobado hace años por ambas partes y revisado en 2022 que puede cobrar otro significado en un momento como el actual, en el que las relaciones entre China y Occidente en materia de tecnología, comercio y política exterior han entrado en una fase de alta tensión.
El pacto para renovar el consejo de administración de Pirelli prevé que los italianos pierdan un consejero y pasen de cuatro a tres asientos, mientras que el accionista chino pasaría a tener nueve en lugar de los ocho integrantes actuales. Además, Sinochem podrá elegir al consejero delegado en la próxima renovación del cargo, prevista para dentro de tres años. En 2023, y hasta 2026, según lo pactado, el actual consejero delegado, Provera, pasaría a ser vicepresidente del grupo y dejaría las riendas al también italiano Giorgio Luca Bruno, actual director general adjunto. Cuando concluya su mandato, la parte italiana dejará de tener capacidad para nombrar al máximo ejecutivo.
Sin embargo, este pacto ahora cobra otra dimensión debido a las tiranteces geopolíticas. En 2020, Washington incluyó a Sinochem en una lista de entidades vinculadas al aparato militar chino, una etiqueta que los ejecutivos de Pirelli temen que pueda amenazar el acceso de la empresa al mercado estadounidense. Además, la Casa Blanca también ha fijado aranceles a los productos Pirelli procedentes de China.
Mecanismo especial
Italia y otros gobiernos occidentales están cada vez más preocupados por la creciente influencia china. Roma mantiene bloqueada la renovación del consejo de administración de Pirelli que debería haber entrado en vigor el pasado 19 de mayo, mientras estudia la posible anulación del pacto alcanzado por sus accionistas. El Ejecutivo de la ultraderechista Giorgia Meloni está evaluando si aplicar la llamada golden power, un mecanismo excepcional previsto para que el Estado proteja de injerencias extranjeras a las empresas locales de ámbitos estratégicos. Roma podría imponer medidas como la limitación del intercambio de información sobre tecnología sensible y estratégica, la restricción de los derechos de voto en asuntos específicos o la reducción forzosa de la participación actual del 37% de los socios chinos en Pirelli, aunque esta última opción resulta la más improbable para los analistas.
Un comité gubernamental está evaluando si la tecnología de Pirelli puede tener implicaciones de seguridad nacional. Como otros fabricantes de neumáticos, la compañía está desarrollando microchips para recoger y transmitir información sobre el uso de las ruedas, las necesidades de mantenimiento o datos de geolocalización, entre otros. Algunos analistas dudan de que esa tecnología sea suficiente para que Roma intervenga. “Se deberá demostrar que efectivamente hay una amenaza para la seguridad nacional”, explica Giuliano Noci, economista del Politécnico de Milán.
Otros expertos, en cambio, sí ven elementos para justificar una intervención. “La legislación, no sólo en Italia, es muy general y concede un amplio margen a gobiernos y políticos. En los últimos años, la covid, la guerra en Europa y la aparición de un telón de acero económico-financiero entre democracias y autoritarismos han cambiado radicalmente el contexto geopolítico: en este escenario, la nacionalidad de las empresas y, por tanto, también de Pirelli ha cobrado importancia”, apunta Bernardo Bertoldi, economista de la Universidad de Turín.
Las pulsiones nacionalistas de Meloni podrían ofrecer una salida a Provera, antiguo yerno de Leopoldo Pirelli y veterano de las maniobras empresariales italianas, que está perdiendo el control de la entidad y que, según apuntan los medios locales, ha alertado al Gobierno del “peligro” potencial que el ascenso de los socios asiáticos representa para la compañía de neumáticos.
La disputa actual está pasando factura a la empresa en los mercados y desanimando a los inversores. Las acciones de Pirelli languidecen un 30% por debajo del precio con el que salieron al mercado en 2017. Las relaciones entre los socios chinos e italianos en la gestión de Pirelli habrían comenzado a deteriorarse debido a las crecientes tensiones internacionales entre China y Occidente.
Al parecer, la interferencia del Partido Comunista Chino en la gestión de la empresa ha sido uno de los grandes escollos. Según un informe que maneja el comité del Gobierno italiano que está estudiando la golden power, citado por La Repubblica y el Financial Times, prueba que Pekín ha tratado de controlar las decisiones empresariales de Pirelli con una petición explícita para que se apliquen las directrices del plan de acción trienal de Xi Jinping “para acelerar el moderno sistema empresarial chino en las empresas controladas por Sinochem”, que están “dirigidas a aumentar el nivel de control político y la composición de los cuadros directivos”.
El comité italiano ya ha escuchado a los representantes chinos, que han propuesto medidas correctoras para evitar situaciones de injerencia. “Europa es actualmente el principal mercado de exportaciones para China, que pasa por una fase de debilidad de su economía y en este momento no puede permitirse tensiones en el mercado e intentará hacer de todo para sostener y mejorar el diálogo con Europa”, opina Noci.
Posición complicada
La posición del Gobierno italiano es complicada. Los analistas advierten de que cualquier medida que limite los derechos de Sinochem y que suponga deshacer el acuerdo existente podría provocar una reacción agresiva en China que perjudicaría notablemente la imagen de Italia y sus marcas en el gigante asiático. “No creo que aplique el veto de manera severa. El Gobierno debe tener en cuenta que el socio chino garantiza el acceso a un mercado automovilístico de extraordinaria relevancia. Un movimiento duro podría penalizar a Pirelli en el mercado asiático. Abrir un frente con China por el caso Pirelli parece excesivo. Italia tiene una relación comercial con China”, valora Noci.
En este momento, las relaciones entre Roma y Pekín se encuentran en un punto delicado, ya que Italia está barajando retirarse de la llamada Nueva Ruta de la Seda china, el proyecto de infraestructuras del gigante asiático para conectarse con Asia y el resto del mundo y ganar influencia a nivel internacional, y al que el país transalpino se unió en 2019 pese a la resistencia de Estados Unidos y otras potencias europeas.
La venta parcial de Pirelli en 2015 a la filial de neumáticos de ChemChina, China National Tyre & Rubber, no se sometió a ninguna revisión de seguridad nacional, pero desde entonces Italia ha ampliado su margen de maniobra, con su acción de oro, para poder intervenir en empresas relacionadas con los transportes, los datos sensibles y la tecnología, que ahora se consideran activos estratégicos. Con el complejo marco geopolítico actual, algunos observadores vaticinan más casos Pirelli en los próximos años.
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