Los ‘otros’ bancos calientan el mercado
Tecnológicas, ‘telecos’ y fabricantes de coches irrumpen en el sector financiero con ofertas muy atractivas
La amenaza de que los gigantes tecnológicos entrasen en el mundo de los depósitos de ahorro se ha cumplido: Apple lanzaba a mediados del pasado mes de abril Savings, una cuenta exclusiva para sus clientes estadounidenses de la tarjeta de crédito AppleCard con un interés del 4,15%, muy superior a los productos de renta fija y a la rentabilidad ofrecida por la banca del país. En esta aventura, la tecnológica más valiosa del mundo ...
La amenaza de que los gigantes tecnológicos entrasen en el mundo de los depósitos de ahorro se ha cumplido: Apple lanzaba a mediados del pasado mes de abril Savings, una cuenta exclusiva para sus clientes estadounidenses de la tarjeta de crédito AppleCard con un interés del 4,15%, muy superior a los productos de renta fija y a la rentabilidad ofrecida por la banca del país. En esta aventura, la tecnológica más valiosa del mundo se unía con el banco de inversión Goldman Sachs, tras fracasar este último en su intento de acceder al ahorrador minorista con su proyecto Marcus.
Pero sin ir tan lejos, los ahorradores españoles pueden disfrutar de las generosas ofertas de otras empresas que han creado sus propios bancos. Renault Bank ofrece un depósito a plazo de dos años al 3,34% TAE y una cuenta corriente al 2,27%, rentabilidades que distan mucho de la tacañería de la banca tradicional a la hora de retribuir su pasivo y también por encima de las mejores ofertas de los neobancos nacidos al calor de internet.
También la empresa de telecomunicaciones Orange creaba su banco online con una cuenta de ahorro que renta el 1,5% para sus clientes y del 1,3% TAE para los que no son clientes. Curiosamente, estas rentabilidades se elevan hasta el 3% para los depositarios neerlandeses, haciendo una distinción clara entre los distintos mercados.
Carlos Aso, vicepresidente del neobanco MyInvestor, encuentra mucha lógica en este desembarco de las firmas de tecnología y telecomunicaciones en el mundo financiero. “Supone abrir una nueva línea de negocio que les permite crecer y diversificar las fuentes de ingresos, apalancándose en el conocimiento de sus clientes y el fácil acceso a estos. Además, algunas marcas —como es el caso de Apple— cuentan con la simpatía y altísima vinculación y confianza de sus clientes, mientras la banca tradicional suele tener una baja vinculación emocional”. Y añade: “Las aplicaciones de la banca han sustituido a las oficinas físicas y tiene todo el sentido que las empresas de telefonía y tecnología quieran apostar por el negocio financiero. Es posible que lo hagan muchas más”, concluye.
Miguel Ángel Barrio, director del máster en Finanzas Digitales e Innovación del Instituto de Estudios Bursátiles, cree que “se están difuminando las barreras sectoriales”, como evidencia el acuerdo entre Apple y Goldman Sachs. “Creo que la tendencia será buscar acuerdos o joint ventures entre empresas y bancos. Estas iniciativas demuestran que se está explorando y conociendo el posible mercado. Conseguir nuevos clientes supone un largo proceso mientras que una empresa puede abaratar todo este coste a un banco, por ejemplo”, explica el profesor.
Telefónica y Caixabank
Este es el modelo de Telefónica con Caixabank, a la sazón su primer accionista. La operadora presidida por José María Álvarez-Pallete no ha dado el salto al mundo de los depósitos, aunque sí ha apostado por el crédito. Todo comenzó en 2014 con Telefónica Consumer Finance (TCF), constituida al 50% entre Telefónica y CaixaBank Consumer para financiar terminales a los clientes. Cinco años más tarde se lanzó Movistar Money, con el mismo accionariado, como un servicio de préstamos al consumo en el que cualquier interesado, sea cliente o no de Movistar, puede solicitar de forma online y obtener en menos de 48 horas un préstamo de entre 1.000 y 10.000 euros, con un tipo de interés adaptado al perfil de riesgo del cliente. Otro ejemplo similar es el de la operadora MásMóvil, que lanzó en 2021 Xfera Consumer Finance junto con BNP Paribas, que ofrece préstamos personales desde 3.000 a 60.000 euros a través de la marca MoneyGO.
El caso de la automovilística Renault es paradigmático del interés de la empresa en el mundo financiero. Almudena Hidalgo-Redondo, responsable de Renault Bank en España, comenta que tras una trayectoria de décadas en la concesión de créditos para la compra de sus vehículos, la crisis financiera de 2008 llevó al grupo a buscar nuevas formas de financiación para esos créditos automovilísticos, fuera del mercado de capitales. Así comenzaron con la creación de un banco en Francia, y ahora cuentan con filiales en Alemania, Austria, Inglaterra, Brasil: en 2020 abrieron en España y en 2021 en Holanda. En el caso de España, a cierre de 2022, el banco había captado 800 millones de euros y las cifras globales suman 24.400 millones de euros, siendo Alemania el mercado más importante.
“En lo que va de año vamos a un gran ritmo de captación de depósitos y, sin duda, han contribuido las nuevas condiciones para el depósito a dos años (3,34%) y la cuenta (2,27%), con liquidación trimestral y mensual de intereses. Pagar estos tipos a los depositantes —está abierto a todo el mundo, no solo clientes— nos resulta aún más barato que acceder al mercado de capitales a captar ese dinero”, explica la responsable de Renault Bank.
Aunque las cifras aún son modestas respecto a la banca tradicional, estas iniciativas empresariales suponen una amenaza a futuro. Miguel Ángel Barrio apunta que la visión de que puedan desaparecer los bancos tradicionales es demasiado apocalíptica. “A ninguna empresa le interesa llevarse mal con la banca. Ahora bien, hay razones de peso para ver que son una amenaza, ya que, por ejemplo, Apple es, hoy por hoy, la empresa que lidera la valoración mundial. Es una de las marcas más reconocidas y con mayor fidelización de clientes”, argumenta.
Por su parte, Carlos Aso opina que son ya una competencia real en determinados nichos y pueden ser un competidor claro tanto para productos de activo como de pasivo. “La banca tradicional tiene los clientes, el capital, la liquidez y una experiencia acumulada muy valiosa. Sin embargo, los nuevos entrantes tienen la agilidad para adaptarse más rápido y mejor”. Y acerca el ascua a su sardina de neobancos como el suyo o de los creados por empresas: “La nueva banca no tiene una costosa estructura de sucursales, que además se encarece con la inflación, y tiene un balance que acaba de nacer y por tanto no tiene un posicionamiento ineficiente en un escenario económico de subida de tipos y recesión”, concluye.
Por último, Almudena Hidalgo-Redondo ve la competencia a Renault Bank en los neobancos. “Estamos en el mismo segmento de la banca digital y, por poner un ejemplo, nuestra competencia podría ser Pibank. No obstante, creo que cada uno busca su nicho de mercado”, indica.
Permiso
La situación es bien diferente si la empresa opta por crear una división bancaria con la que captar depósitos o solo se limita a conceder créditos. Como criterios generales, según indican desde el Banco de España, si las empresas van a captar depósitos u otros fondos reembolsables del público, deberán obtener autorización como entidad de crédito (banco). Con ello, el ahorrador se asegura que, en el caso de los depósitos, estos quedan cubiertos por el Fondo de Garantías de Depósitos con el límite máximo de 100.000 euros por entidad. Si las empresas van a dedicarse a conceder préstamos, créditos o financiación (siempre que no se trate de préstamos inmobiliarios), no precisan autorización del Banco de España para realizar esa actividad. La función crediticia es típica de los establecimientos financieros de crédito, pero no es requisito previo constituirse en uno de ellos y obtener autorización para dedicarse a esa actividad. Y, por último, en el caso de que las empresas presten servicios de inversión, deberán obtener autorización de la CNMV.
Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal