Por qué aún no ha pasado lo peor para las criptomonedas
Las divisas digitales se estabilizan tras el fraude de FTX, pero queda mucho para su plena consolidación
El foco sobre las criptodivisas se oscureció el pasado verano, pero vuelve a brotar algún rayo de esperanza. Después de que varias empresas de monedas digitales quebraran tras la implosión de Terra los inversores están regresando. Es un signo esperanzador para una industria que promete trastocar el sistema financiero mundial, pero sigue habiendo obstáculos en el camino. Terra dio comienzo a una temporada de verano terrible cuando se vio que la jugada de comprar y vender Bitcoin y otra divisa, Luna, resultó ser menos estable que la promesa de vinculación al dólar. Lo que empezó como una leve ca...
El foco sobre las criptodivisas se oscureció el pasado verano, pero vuelve a brotar algún rayo de esperanza. Después de que varias empresas de monedas digitales quebraran tras la implosión de Terra los inversores están regresando. Es un signo esperanzador para una industria que promete trastocar el sistema financiero mundial, pero sigue habiendo obstáculos en el camino. Terra dio comienzo a una temporada de verano terrible cuando se vio que la jugada de comprar y vender Bitcoin y otra divisa, Luna, resultó ser menos estable que la promesa de vinculación al dólar. Lo que empezó como una leve caída el 7 de mayo propició el “sálvese quien pueda”. Esto hizo mella en otras criptomonedas. Unos meses horrorosos acabaron con el espectáculo de ver cómo quebraba el niño bonito de las criptodivisas, FTX. El Bitcoin perdió casi un 70% en un año que culminó con aquella quiebra. Pero el mes pasado los inversores empezaron a regresar.
Sin embargo, los trastornos de crecimiento están tan presentes como siempre. El Bitcoin sigue siendo una apuesta especulativa, y mientras los bancos centrales, incluida la Reserva Federal, suben los tipos, como ocurrió el pasado miércoles, los activos de riesgo se volverán menos apetecibles. También hay que contar con los problemas estructurales. Los clientes se quedaron sin los fondos depositados en mercados que hoy están en quiebra, pero su dinero, buena parte del cual está invertido en tokens prácticamente sin valor, es poco probable que lo puedan recuperar incluso después de que finalicen los juicios. Aparte de eso, hay mucha concentración de activos. La empresa de estudios de mercado Messari afirma que el 89% de los Bitcoin está en manos del 1% de los monederos. Esta empresa insinúa que un pequeño grupo de fieles podría estar apuntalando los precios.
Además, la incertidumbre en torno a las normativas persiste. La Administración estadounidense instó al Congreso el mes pasado a que apretase las tuercas al sector. Algunos miembros lo han intentado, sin que se haya llegado a votar aún ninguna propuesta. La incertidumbre va a frenar tanto las innovaciones como las inversiones. Y se trata de un sector poco desarrollado. Al contrario que en los mercados de renta variable y renta fija, no hay análisis independientes que aporten transparencia.
PARA MÁS INFORMACIÓN: BREAKINGVIEWS.REUTERS.COM. Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción es responsabilidad de EL PAÍS