De reparar móviles a vender sus secretos

Exxita Be Circular ayuda a otras empresas a reacondicionar aparatos electrónicos tras recuperar medio millón de dispositivos cada año

Alejandro Costa, consejero delegado y fundador de Exxita Be Circular.

Alejandro Costa recuerda con cariño la tienda de barrio que abrió en 2004 en Bormujos (Sevilla). Atendía a sus vecinos para arreglar el ordenador o comprar un cartucho de tinta, pero el local era también un cibercafé donde conectarse a internet por un euro. Inquieto, su vocación de saltar el mostrador le hizo buscar empresas del pueblo a las que dar servicio. Más tarde lo haría en Sevilla, en Madrid y, finalmente, a nivel interna...

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Alejandro Costa recuerda con cariño la tienda de barrio que abrió en 2004 en Bormujos (Sevilla). Atendía a sus vecinos para arreglar el ordenador o comprar un cartucho de tinta, pero el local era también un cibercafé donde conectarse a internet por un euro. Inquieto, su vocación de saltar el mostrador le hizo buscar empresas del pueblo a las que dar servicio. Más tarde lo haría en Sevilla, en Madrid y, finalmente, a nivel internacional. Aquel local cerró en 2008, pero para entonces Costa, junto a su hermano José Ángel y su amigo Ricardo González, ya habían creado CyG IT Solutions, convertida hoy en una gran red de servicio técnico de Europa. En enero fue reconvertida en Exxita Be Circular para remarcar su nuevo modelo: vender su propio conocimiento y tecnología, negocio que se asienta en su capacidad para acumular millones de datos de las reparaciones. La compañía, que cuenta con 140 empleados y 2.000 técnicos en toda España, facturó 22 millones en 2021 y espera llegar a 25 este año.

Aquel pequeño establecimiento de Bormujos es ahora una enorme nave en Bollullos de la Mitación, también en Sevilla, que funciona a modo de hospital tecnológico. Es el servicio que ofrecían al usuario de la tienda y luego a las empresas, que les sirvió para certificarse como servicio oficial de compañías como Toshiba (Dynabook), Asus, MSI, Lenovo, Samsung o LG. Ahora tienen presencia en 60 países y trabajan para la Comunidad de Madrid, Inditex, Mercadona, Correos, FCC o Ferrovial. “Hacemos mantenimiento y también reparamos cualquier dispositivo, siempre que no le haya pasado un camión por encima”, bromea Costa, que explica que reutilizan muchos componentes de aparatos teóricamente inservibles y que, si falta una pieza, la fabrican. Cada año recuperan una media de 500.000 dispositivos. Es ahí donde los responsables de la empresa pensaron que podría estar su futuro. ¿Por qué no explotar esos datos para generar más conocimiento?

La respuesta se llamó Aitana, sistema con un centenar de algoritmos que diagnostica cada aparato. La inteligencia artificial reconoce qué falla en cada dispositivo, cuál es el mayor de los problemas de un modelo o de qué región procede. “Seguimos reparando, es nuestro negocio, pero ahora también comercializamos ese conocimiento para que empresas como nosotros puedan reparar cosas que nunca han reparado de manera sencilla”, añade. “Ahora cosemos para nosotros, pero también cosemos para la calle”, sintetiza el empresario. ¿No supone este paso dar más herramientas a la competencia? El sevillano cree que no: “Si realmente queremos ser sostenibles y tener un mejor planeta hay que generar economía local. Nuestra propuesta es que otros puedan arreglar localmente los aparatos con nuestra tecnología. Si un ordenador se estropea en Pontevedra y lo tienes que enviar a Sevilla, por mucho que lo recuperemos y alarguemos su vida, ese viaje de ida y vuelta ya lo hace no sostenible. Además, crecer en delegaciones y estructura es lento y costoso, pero exportar lo que nos hace diferentes, no”, subraya el director ejecutivo y fundador de la compañía. Aspira a llegar al millón de dispositivos recuperados al año —acumulando así más datos— en los 10.000 nuevos metros cuadrados de instalaciones que están preparando en Bollullos de la Mitación, que se prevén listas en 2023 tras una inversión de dos millones.

Aumentar la esperanza de vida de los aparatos es una de las bases de Exxita Be Circular, que tiene a Telefónica entre sus socios minoritarios. Hoy trabajan con móviles, tabletas, portátiles, televisiones o impresoras, pero mañana lo harán para equipamiento industrial, aparataje médico, patinetes o cualquier otro aparato electrónico. “Alargar la vida de dispositivos sanitarios, por ejemplo, puede tener un gran impacto social”, insiste el empresario, que ya ha firmado acuerdos con varias empresas del tercer sector —su tecnología ayuda a cualquier persona, tenga o no conocimientos en este campo, a recuperar aparatos— y también de industrias que comienzan a curvar su fabricación lineal. Otra de sus claves es el Green Tech Passport. Un sistema que permite conocer la trazabilidad de cualquier dispositivo —desde su fabricación hasta su descomposición como residuo, pasando por cada revisión o reparación— y que, en palabras de Costa, funciona como un libro de revisiones de coches pero en tecnología blockchain. Tiene planes para adquirir pequeñas tecnológicas que permitan a Exxita acelerar en su crecimiento. “Este sector es muy exigente y te quitan el sitio rápido. Hay que estar atentos”, concluye el andaluz.


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