Las empresas españolas cotizadas en Bolsa ganaron 31.685 millones de euros en el primer semestre de 2022

La fortaleza de las ventas compensa el incremento de los costes en una primera parte del año plagada de incertidumbres

Interior del Palacio de la Bolsa de Madrid.Daniel ochoa

Las empresas españolas cotizadas tienen de plazo hasta el próximo mes de septiembre para presentar sus cuentas correspondientes al primer semestre del año. Sin embargo, y como suele ser tradición, la gran mayoría de los departamentos financieros de las corporaciones han adelantado a la última semana de julio la publicación de las cifras semestrales. Con los datos ya registrados en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se puede concluir que la cosecha de beneficios entre enero y junio de 2022 ha sido, en líneas gener...

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Las empresas españolas cotizadas tienen de plazo hasta el próximo mes de septiembre para presentar sus cuentas correspondientes al primer semestre del año. Sin embargo, y como suele ser tradición, la gran mayoría de los departamentos financieros de las corporaciones han adelantado a la última semana de julio la publicación de las cifras semestrales. Con los datos ya registrados en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se puede concluir que la cosecha de beneficios entre enero y junio de 2022 ha sido, en líneas generales, buena teniendo en cuenta las circunstancias tan atípicas que han condicionado este periodo.

En concreto, durante el primer semestre del ejercicio los grupos que cotizan en Bolsa han registrado un resultado neto de 31.685 millones de euros. Se trata de un volumen de ganancias un 3,77% inferior al registrado en el mismo periodo de 2021. Sin embargo, hace un año Telefónica y CaixaBank se apuntaron unas voluminosas plusvalías que dispararon sus beneficios. Sin tener en cuenta las cifras de la operadora y de la entidad financiera por su carácter distorsionador, las ganancias de las cotizadas españolas suben un 44,5%. No está nada mal si se toma en consideración que se comparan con un ejercicio (2021) donde los beneficios batieron su récord histórico. Además, hay que tener en cuenta que en los últimos meses apareció un cisne negro con el que nadie contaba: una guerra en el corazón de Europa.

La invasión rusa de Ucrania ha trastocado todas las hojas de ruta para dar lugar a una especie de juego de suma cero en el que unos ganan a costa de otros. El clima bélico ha disparado el precio de los hidrocarburos —­engordando las cuentas de las empresas energéticas, pero disparando los gastos del resto de sectores—. Ante este entorno hiperinflacionista, los bancos centrales han respondido con subidas en los tipos de interés mucho más agresivas de las previstas —dando aire a los alicaídos márgenes de los bancos, pero elevando los costes financieros de muchas empresas y retrayendo la demanda de los consumidores—.

A pesar de este enrevesado entorno económico, la parte alta de las cuentas corporativas también da fe de que las compañías españolas han salvado el semestre con buena nota. Las ventas son el riego sanguíneo para cualquier corporación. Sin ellas, las empresas solo pueden sobrevivir reduciendo costes, pero esa es una estrategia que tiene los días contados. Entre enero y septiembre pasado, las empresas con presencia en Bolsa facturaron de forma conjunta por valor de 318.908 millones de euros, lo que supone un incremento del 29,46% con respecto al mismo periodo del curso anterior.

Durante muchos años, los negocios en el exterior de las cotizadas fueron el principal motor de su cuenta de resultados. Sin embargo, durante el primer semestre de 2022 la actividad doméstica ha sido la que mayor crecimiento ha tenido. En concreto, las ventas obtenidas en España por las empresas incluidas en el Ibex 35 mejoraron un 52% hasta los 79.053 millones. En el caso de la facturación exterior, sumó 132.938 millones, con un incremento del 31,19%. Gracias a ello, la actividad doméstica recupera algo de terreno pasando a suponer el 37,28% de las ventas totales del Ibex, frente al 33,8% de hace un año.

En cuanto a la evolución de las cuentas a nivel operativo, empieza a verse cierta pérdida de tracción debido al aumento de los costes de producción (materias primas, energía, salarios) y financieros (la subida de los tipos de interés encarece el servicio de la deuda). El resultado bruto de explotación o ebitda es la prueba del algodón de la marcha de una empresa porque refleja, grosso modo, los ingresos menos los costes (sin tener en cuenta partidas como los extraordinarios, amortizaciones o impuestos). El ebitda total de las cotizadas en la primera mitad del ejercicio sumó 47.790 millones de euros, un 11,28% mayor que en el mismo periodo de 2021.

Las empresas cotizadas de tamaño medio y pequeño son las más expuestas al mercado doméstico. Esta característica, unida al menor impacto de los extraordinarios en sus cuentas de resultados, ha hecho que este grupo de empresas lo haya efectuado en términos agregados algo mejor que los grandes grupos del parqué durante el semestre. Los beneficios del Ibex —sin contar a Inditex, Naturgy, Siemens Gamesa y Solaria, que aún no han publicado sus cifras semestrales— sumaron 27.931 millones entre enero y junio, lo que supone un descenso del 5,36%. En cambio, las ganancias conjuntas del resto de compañías del mercado continuo sumaron 3.754 millones, con una mejora del 9,95%.

Desde un punto de vista sectorial, los grandes protagonistas de la campaña de resultados han sido los valores energéticos. Repsol, por ejemplo, ganó más en el primer semestre de este año (2.539 millones) que en todo el ejercicio 2021 impulsada por la escalada del petróleo. Algo más de la mitad de las ganancias netas hasta junio (el 56%; 1.678 millones) tuvieron origen en el negocio internacional de la petrolera, sobre todo en el área de exploración y producción, la más beneficiada por los altos precios. “El mundo se enfrenta a un entorno muy complejo y volátil desencadenado por las disrupciones generadas por la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Hemos apreciado una creciente preocupación por la seguridad de suministro que ha provocado una situación de altos precios de las materias primas”, reconocía el consejero delegado de la petrolera, Josu Jon Imaz, en la presentación de resultados. “Bajo este entorno, la operación eficiente de nuestros activos, la entrega fiable y asequible de energía a nuestros clientes, junto con la garantía en la seguridad de suministro, son nuestras principales prioridades”, añadía.

Recordatorio

Por su parte, el mayor grupo eléctrico español, Iberdrola, se ­anotó un beneficio récord de 2.075 millones de euros entre enero y junio. Es el mejor resultado semestral desde que hay registros y un 36% más alto que en el mismo periodo del año pasado. Las cifras se apoyan, sobre todo, en la buena marcha de su negocio en Estados Unidos, Brasil y Reino Unido. En el lado opuesto figura el resultado adverso de su filial en España, que redujo sus ganancias un 26%. “Seguimos incrementando nuestras inversiones para reforzar la autonomía energética y acelerar la transición verde, disminuyendo la dependencia de los combustibles fósiles. Los proyectos que tenemos en marcha en España y en todo el mundo nos están permitiendo generar actividad económica y sostener 400.000 puestos de trabajo en más de 19.000 proveedores”, deslizó el presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, el mismo día que el Gobierno daba detalles sobre el nuevo impuesto a los grupos energéticos (tasa del 1,2% sobre el importe neto de su cifra de negocios).

Junto al energético, el otro sector que va a ser objeto de un nuevo impuesto dentro de la estrategia del Gobierno de generar recursos con los que mitigar el impacto de la inflación en las familias con menores ingresos es el bancario. En concreto, se les aplicará un tipo del 4,8% sobre su margen de interés y las comisiones que cobren a sus clientes. Los cinco grandes bancos (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankinter) ganaron de forma agregada 10.132 millones en el primer semestre. Esta cifra supone una caída del 8,9% frente al año anterior que se explica fundamentalmente por los extraordinarios que logró entonces CaixaBank tras la fusión con Bankia. La entidad que más dinero ganó durante el semestre fue el Banco Santander: 4.894 millones, un 33% más. “Los bancos seguimos siendo parte de la solución y, como hasta ahora, vemos el camino de colaboración entre todos los agentes económicos y sociales y los bancos como la vía para seguir apoyando a las economías y a nuestros clientes”, afirmó su presidenta, Ana Botín.

Un sector clave para la economía española es el turístico. Con la llegada de la pandemia, el negocio alrededor del ocio se paró y es ahora cuando empieza a dar señales claras de recuperación. Estas se pueden ver, por ejemplo, en los resultados de las dos grandes cadenas hoteleras cotizadas. Meliá volvió a beneficios (2,98 millones) y NH Ho­tels, aunque sigue en números rojos (-15,34 millones), logró reducir en un 89% sus pérdidas. “Si el primer semestre del pasado año podía resumirse en la palabra resiliencia, en 2022 el desempeño gira en torno a la palabra recuperación, que, con una velocidad inesperada, nos ha obligado a revisar al alza nuestras proyecciones de negocio en varias ocasiones, con una intensidad tal que ha permitido contrarrestar el impacto terrible que tuvo en los resultados del primer trimestre la agresiva variante ómicron del virus de la covid-19″, reconoce el consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer.

Junto al turismo, otro de los sectores de gran peso en el PIB español es la automoción. España es muy potente en todo lo relacionado con la industria auxiliar del automóvil. Esta actividad, tras superar el fuerte impacto de la pandemia y de los problemas de suministro, empieza a emitir señales de mejoría. Gestamp, por ejemplo, ganó 117 millones, un 41% más, mientras que el beneficio de Cie Automotive mejoró un 8%, hasta los 160 millones. “Nos enfrentamos a un segundo semestre difícil, caracterizado por una incertidumbre similar, además de las posibles restricciones de suministro de gas en Europa y un escenario de mayor inflación”, advirtió el presidente de Gestamp, Francisco J. Riberas.

El vaso medio lleno

En esta temporada de resultados empresariales era tan o más importante que conocer las cifras logradas en el primer semestre testar el sentimiento de las compañías de cara a una segunda parte del año que se prevé complicada. EE UU, la mayor economía del planeta, ya está en recesión técnica (dos trimestres consecutivos de caída del PIB), y en el resto de economías las previsiones de crecimiento se han recortado de forma notable. Todo ello en un contexto donde la inflación de doble dígito aún no parece haber tocado techo y donde los bancos centrales aún se guardan en la recámara subidas adicionales en los tipos de interés. Por si fueran pocas incertidumbres, hay que añadir el enigma ruso: todas las miradas están puestas en Vladímir Putin y en su decisión sobre si cortará por completo el suministro de gas a Europa.
Con estos ingredientes, lo más normal hubiera sido ver a los directivos de las cotizadas a la defensiva en las presentaciones de resultados, escudándose en la poca visibilidad del entorno para no hacer proyecciones a futuro. Sin embargo, a pesar de que los obstáculos se acumulan a corto y medio plazo, apenas ha habido profit warnings —alertas de resultados menores de lo esperado—. Más bien han predominado las intervenciones en sentido contrario, bien confirmando los objetivos previstos para el conjunto del año, bien mejorándolos.
“Estamos orgullosos de presentar unos resultados semestrales que están por encima o en el rango superior de nuestros objetivos marcados a pesar del complejo contexto macroeconómico. Nos sentimos muy cómodos con el ejercicio en curso y actualizamos los objetivos al rango alto del crecimiento objetivo de los ingresos y al rango medio-alto del oibda [el equivalente al beneficio de explotación de las empresas de telecomunicaciones]”, destacó el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, durante la presentación de las cifras semestrales. También confirmaron sus objetivos compañías como Cellnex y el Banco Santander. Por su parte, Indra aprovechó para mejorar sus objetivos anuales a nivel de ingresos, ebitda y generación de caja.

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