Unos zapatos de altura
La catalana Kosen diseña y vende calzado para hombre con alzas fabricado con materiales veganos
Daniel Palau, el fundador de Kosen —nombre en honor al hombre más alto del mundo en el récord Guinness de 2009—, había oído hablar de zapatos con alzas e incluso sabía que algunos de sus amigos los usaban pero casi en secreto. Empezó a investigar y vio posibilidades de negocio. “Comprobé que había demanda. Los diseños eran demasiado clásicos y que, sobre todo, se usaban como zapatos...
Daniel Palau, el fundador de Kosen —nombre en honor al hombre más alto del mundo en el récord Guinness de 2009—, había oído hablar de zapatos con alzas e incluso sabía que algunos de sus amigos los usaban pero casi en secreto. Empezó a investigar y vio posibilidades de negocio. “Comprobé que había demanda. Los diseños eran demasiado clásicos y que, sobre todo, se usaban como zapatos de boda”, concreta Palau. Un estudio que derivó en el lanzamiento de una primera colección a finales de 2020 tras tres años de recorrido con la idea.
“Me costó encontrar fabricantes. Los tradicionales no hacen este tipo de zapato porque les es difícil variar los troqueles, los patrones…”, comenta. Tras una infructuosa búsqueda por todo el país, contactó con “unos amigos de amigos” que habían tenido la misma idea, pero que no habían terminado de lanzarla. “Adquirí lo que habían hecho hasta ese momento y localicé a un fabricante en Castilla-La Mancha”. Su segundo objetivo fue rejuvenecer el diseño. “Lanzamos una colección completa con zapatos, deportivas, botas…, que hacemos con materiales veganos y sostenibles como la microfibra o el plástico reciclado”, argumenta. Una apuesta que supuso una primera inversión de 80.000 euros.
Con un precio medio de 130 euros, comercializan desde el número 39 hasta el 45 con alzas que van de 5 a 7 centímetros y que se hacen de corcho “para que pesen poco”, explica Palau. “La altura del alza no se puede escoger, cada modelo tiene la suya. Un mocasín no podría tener 7 centímetros porque perdería el diseño, pero una bota sí”, explica el fundador.
Con una venta solo online, a través de su web, se comercializan en España y fuera, sobre todo en Dinamarca, Reino Unido o Francia. “Antes pensábamos centrarnos en países donde la media de altura es más baja, como Latinoamérica, pero el norte de Europa se ha abierto como un mercado en plena expansión. Parece que el hombre bajito que vive allí demanda mucho este tipo de zapato”. También habían desechado fabricar este tipo de zapatos para mujer, pero no descartan entrar en ese segmento, aunque ahí la competencia es mayor. “De hecho, las deportivas son unisex”.
Kosen cuenta con dos empleados y una facturación que ronda los 87.000 euros, que esperan elevar a 125.000 este año. “No hemos recuperado la inversión, pero hay meses en los que tenemos beneficios”.