El fabricante de Roomba, iRobot, se declara en bancarrota y dejará de cotizar en Bolsa en EE UU
La compañía, con sede en Massachusetts, transferirá su negocio a dos empresas chinas
iRobot, la empresa fabricante de los aspiradores Roomba, ya no ha podido aguantar más por sí sola. La compañía ha iniciado junto a varias filiales un proceso voluntario de bancarrota que le permitirá reesructurar la deuda, bajo la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos. El acuerdo de reestructuración alcanzado con la compañía china Shenzhen Picea Robotics y Santrum Hong Kong, subsidiaria de esta, incluye la adquisición del 100% de la compañía estadounidense. Las acciones de la empresa, que dejarán de cotizar en el Nasdaq, caen un 78% en el mercado fuera de horario, según Reuters.
iRobot, que cuenta con una deuda de unos 190 millones de dólares, seguirá operando con normalidad durante la quiebra y espera completar el proceso de reorganización de la deuda para febrero de 2026. El grupo considera este acuerdo de reestructuración “un paso crucial” para fortalecer la base financiera de la empresa y posicionarla para el crecimiento a largo plazo. La firma acarreaba problemas financieros desde hace ya varios años.
Según los términos del acuerdo, Picea, principal prestamista y fabricante de iRobot, recibirá el 100% de las acciones de la empresa, lo que permitirá a esta seguir operando y mejorar su estabilidad financiera, así como reducir la deuda e impulsar la innovación en su cartera de robótica y dispositivos domésticos inteligentes.
Una vez completada la transacción, iRobot pasará a ser una empresa privada propiedad al 100% de Picea y sus acciones dejarán de cotizar en Nasdaq Stock Market. Asimismo, iRobot prevé que, si el Tribunal del Distrito de Delaware aprueba el plan de bancarrota, los accionistas de la compañía no recibirán ninguna participación en el capital de la firma reorganizada, por lo que los accionistas “experimentarán una pérdida total y no recuperarán su inversión”.
“El anuncio de hoy marca un hito crucial para asegurar el futuro a largo plazo de iRobot”, declaró Gary Cohen, consejero delegado de iRobot.
El fabricante de Roomba, fundado en 1990 y que dio el salto al parqué en 2005, ya advirtió el pasado mes de marzo de “dudas sustanciales” sobre su capacidad para continuar operando ante la incertidumbre por el impacto sobre la demanda de los consumidores de la competencia, las condiciones macroeconómicas y los aranceles. Los nuevos aranceles estadounidenses han perjudicado a la empresa, especialmente un impuesto del 46 % a las importaciones procedentes de Vietnam, donde iRobot fabrica aspiradoras para el mercado estadounidense. Los aranceles incrementaron los costes de la empresa en 23 millones de dólares en 2025, a la vez que dificultaron la planificación a futuro, según los documentos judiciales de iRobot.
En enero de 2024, el gigante estadounidense del comercio electrónico Amazon canceló un acuerdo para la adquisición de iRobot al considerar que la transacción no tenía visos de lograr la aprobación de los reguladores de la Unión Europea, que habían advertido unos meses antes de que la compra podría “restringir” la competencia.
Tras frustrarse la operación, iRobot anunció un plan de reestructuración para reforzar su base financiera y que supuso un ajuste de plantilla superior al 50%.