El Gobierno aprueba nuevas ayudas a la compra de eléctricos de 400 millones en su hoja de ruta con 25 medidas para el automóvil
El sector y el Ejecutivo lanzan el Plan Auto 2030, una estrategia inédita en Europa para el motor con el que se prevén invertir unos 30.000 millones en los próximos cinco años
Ha llegado el día. El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, ha presentado este miércoles el plan maestro para el automóvil, después de un año de intensas conversaciones y reuniones entre el motor, ...
Ha llegado el día. El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, ha presentado este miércoles el plan maestro para el automóvil, después de un año de intensas conversaciones y reuniones entre el motor, con Anfac (la patronal nacional de automovilísticas), por un lado, y el Ministerio de Industria y Turismo, por otro. Esta hoja de ruta, denominada Plan Auto 2030, está compuesta por 25 medidas para que el sector afronte la transformación hacia el vehículo eléctrico y mantenga sus niveles de empleo en los próximos años, atrayendo nuevas inversiones tanto en el campo de la fabricación de coches, como en el de las baterías e incluso en el refino de materiales críticos como el litio. Esto último es una parte de la cadena de valor en la que China domina de forma apabullante, con más del 90% de cuota, aproximadamente. La idea del sector y del Ejecutivo es invertir en toda la cadena de valor del automóvil unos 30.000 millones en los próximos cinco años, con el Estado aportando aproximadamente un 16% de los fondos.
El megaplan sectorial —ningún país europeo cuenta con una hoja de ruta de este tipo— viene acompañado de dinero fresco para un nuevo plan de ayudas directas a la compra de coches eléctricos que sustituirá al Moves, como adelantó este medio hace casi un mes, que se llamará Plan Auto+. El nuevo programa dispondrá de 400 millones de euros y su gestión correrá a cargo del Estado, tal y como sucede con el Plan Reinicia Auto+ de la Comunidad Valenciana para los que perdieron sus coches en la dana del año pasado.
Un elemento importante es que las autonomías ya no gestionarán el programa, como pasaba con el Moves, un programa muy criticado por el automóvil que tenía un tiempo medio de resolución de los expedientes de 18 meses, frente al mes del plan valenciano. “Nos hemos hecho eco de los lamentos en el sector y queremos garantizar una mayor velocidad. Hemos tenido un aprendizaje que nos ha servido para mejorar dentro de la terrible desgracia que fue la dana”, ha explicado Sánchez, que ha apremiado a “pisar el acelerador del coche eléctrico”.
A pesar de verlo como una mejora, el anhelo del sector es que se produzcan cambios fiscales que permitan que el nuevo programa de ayudas se financie solo en el futuro próximo. A su vez, el Plan Auto 2030 incluye la creación de un plan nacional de despliegue de la infraestructura de recarga. En este sentido, el año que viene el Ejecutivo lanzará el Moves Corredores, un plan de ayudas de 300 millones para incentivar la instalación de puntos de recarga en aquellas zonas de sombra de las carreteras españolas.
Más allá de los incentivos a la compra, el Plan Auto contiene una serie de medidas de calado como un “programa de crecimiento y autonomía estratégica de automoción”, con el que se busca atraer grandes proyectos de producción de baterías, componentes y también nuevas fábricas de coches, como podría ser la de la china BYD, que en los últimos meses ha puesto a España en el punto de mira como un posible destino para su segunda fábrica en terreno de la Unión Europea, tras la de Hungría —también tendrá una en Turquía, que cuenta con un tratado de libre comercio con la UE—. Para ello, el Gobierno dará continuidad a sus Perte para el Vehículo Eléctrico y Conectado, los cuales hasta ahora se han lanzado con dinero proveniente de los Fondos Next Generation europeos. El año que viene, el Ejecutivo lanzará una nueva convocatoria de 580 millones de euros.
El Ejecutivo buscará, además, atraer inversiones en I+D, para que España no sea un simple ensamblador de coches, sino que ofrezca valor añadido. “Evidentemente abrimos las puertas a inversiones extranjeras asiáticas, queremos que generen valor, conocimiento, propiedad intelectual para ayudar en esta carrera. Sabemos que hay una parte del mundo mucho más avanzada [China], seamos humildes, aprendamos y que nos ayuden a transformar el sector”, el presidente de Anfac, Josep Maria Recasens, y máximo directivo de Renault en España.
Además, el Plan Auto 2030 contempla la creación de un sello made in Spain en el corto y medio plazo, para tratar de atraer nuevas inversiones. Esto podría ser clave para intentar contar con fabricantes chinos, por ejemplo, que a día de hoy pagan un arancel por los vehículos importados desde el gigante asiático. Con estas y otras medidas, el plan busca convertir a España en un productor anual de 2,7 millones de coches, frente a los 2,37 millones que el país hizo el año pasado. Esto, aún así, no serviría para incrementar el volumen de trabajadores del sector (1,9 millones de empleados), ya que el vehículo eléctrico demanda menos mano de obra que el coche de combustión.
“Lanzamos un mensaje de que este plan aporta certidumbre y confianza, un bien tangible fundamental en un proceso de transformación, con unidad de acción. Vamos a seguir caminando juntos, a acometer una de las transformaciones industriales estratégicas en las que más se juega España”, ha dicho el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, que ha puesto el acento en que esta hoja de ruta fue una orden expresa del presidente, algo que reconocen también en el sector.
“Sabemos lo que queremos, cuándo y por qué lo queremos. Es un plan quinquenal. Escuchamos a menudo que China planifica, EE UU incentiva y Europa regula. Este plan incentiva, regula y planifica, lo hacemos todo”, ha sacado pecho Recasens. El secretario de Estado de Industria, Jordi García Brustenga, que ha abierto el acto de este miércoles, ha puesto el acento por su parte en que la producción nacional pasará de un 12% de electrificados en 2023 a un 100% en 2035. “No solo significa hacer más, sino dejar de hacer un tipo de coche para hacer otro (...) es una disrupción total del sector en toda su cadena, con un cambio irreversible e imparable”, ha señalado García, que ha añadido que el vehículo eléctrico del futuro será un “móvil con ruedas”, por lo que es clave no solo el ensamblaje sino también el desarrollo de software.
La iniciativa conjunta entre Anfac y el Gobierno se ha marcado como meta no solo mantener el valor agregado bruto del automóvil, que entre fabricantes de piezas, coches, vendedores, financiación y aseguradoras se estima que asciende a 85.000 millones de euros, sino aumentarlo hasta los 120.000 millones de euros al año. En caso de no hacer nada, el grupo de trabajo que realizó este plan estima que ese valor agregado podría caer hasta los 78.000 millones. Para verificar que el programa cumple su objetivo, el sector y el Gobierno se reunirán una vez al año para ver cómo avanza. El objetivo último es mantener a España como el segundo productor europeo, solo por detrás de Alemania, y que siga siendo entre el octavo y noveno fabricante mundial, un puesto que cada año se disputa con Brasil.