Un “tiburón” mexicano que muerde en silencio: el consejero del Sabadell que se deja querer por el BBVA
El inversor David Martínez Guzmán ha roto la unanimidad que impera en la dirección del banco catalán en relación con la opa hostil para señalar que todo tiene un precio
Cuando el inversor mexicano David Martínez Guzmán adquirió hace más de 15 años uno de los exclusivos pisos del edificio Time Warner Center de Nueva York pagó 42 millones de dólares, más de 35 millones de euros al cambio actual, por un lujoso apartamento de 1.000 metros cuadrados que ofrece vistas privilegiadas sobre ...
Cuando el inversor mexicano David Martínez Guzmán adquirió hace más de 15 años uno de los exclusivos pisos del edificio Time Warner Center de Nueva York pagó 42 millones de dólares, más de 35 millones de euros al cambio actual, por un lujoso apartamento de 1.000 metros cuadrados que ofrece vistas privilegiadas sobre Central Park. A 200 metros de altura, la vivienda es una suerte de fortaleza en las nubes, pero el multimillonario inquilino decidió, antes de entrar a vivir, reformar el espacio con remates de acero inoxidable y piedra. Martínez Guzmán, alérgico a conceder entrevistas y a que le saquen fotos, ha seguido dando muestras de tomarse la discreción y el anonimato como una prioridad, pero desde su cargo de consejero del Banco Sabadell no ha dudado en asumir protagonismo para disentir del parecer unánime del consejo y apuntar que la opa del BBVA le resulta interesante: “A mi juicio, la operación presentada por BBVA constituye la estrategia acertada para las dos instituciones”, ha especificado.
Martínez Guzmán, nacido en Monterrey hace 68 años, tiene una biografía que combina épica y misterio. Reside entre Londres y Nueva York pero apenas hay constancia de sus apariciones públicas. A falta de exclusivas, la prensa mexicana ha rebuscado en sus raíces y ha divulgado que su fortuna se empezó a cimentar entre 1985 y 1987, cuando empleó los 300.000 dólares (unos 225.000 euros) de un préstamo que le hizo su abuela para fundar Fintech Advisory, una empresa especializada en comprar bonos, valores de deuda y empresas en apuros para, después de revitalizarlas, venderlas al mejor postor.
Entró en el Sabadell en 2013, al comprar acciones en una ampliación de capital por valor de 275 millones de euros. Fue una operación gemela de la que realizó el magnate colombiano Jaime Gilinsky. Jaume Guardiola, entonces consejero delegado del Sabadell y con bagaje profesional en México y Latinoamérica, jugó un papel de enganche para atraerlos en un momento en que el banco necesitaba reforzar su capital. La entrada de ambos fue una inyección de vitaminas, pero Gilinsky se desprendió de buena parte de su paquete de acciones en 2016.
Martínez aguantó. “Ha sido un consejero leal”, se le reconoce desde la órbita del Sabadell. Posee el 3,9% del capital del banco, lo que le convierte en tercer máximo accionista, y ha sido la nota discordante del parecer monolítico de la entidad catalana en relación con las intenciones de adquisición que, desde hace casi un año y medio, tiene el BBVA. Cumpliendo con sus funciones de consejero, este año ha visitado dos veces la sede corporativa del banco en Sant Cugat del Vallès. La última visita fue el pasado día 11 de septiembre, para expresar sus discrepancias con el veredicto unánime del consejo sobre el rechazo al BBVA.
“Durante su trayectoria ha dado muestras de que su interés pasa por inversiones que considera infravaloradas para, luego, vender cuando se han recuperado. Por lo tanto, todo el mundo tiene claro qué se puede esperar de él”, detalla una fuente bancaria. Martínez compró las acciones del Sabadell a poco más de 2 euros. De vender ahora obtendría una plusvalía del 50%.
Más allá de su pasión por el arte -el New York Times le atribuye una importante colección privada en la que figuran obras del polémico Damien Hirst, famoso por su provocativo uso de animales preservados en formol; del pintor Mark Rothko y por lo menos una obra de Jackson Pollock valorada en más de 100 millones de euros-, a Martínez Guzmán se le conocen pocas aficiones lejos de rastrear mercados para encontrar una buena inversión. En 2017 fue considerado por Forbes, en Argentina, como uno de los hombres más ricos en ese país. Su fortuna se valoraba en unos 4.000 millones de euros. El año pasado, a través de su compañía Fintech compró el 7,8% de las acciones del grupo mexicano de comunicación Televisa.
Graduado como ingeniero eléctrico en el Instituto Tecnológico de Monterrey, de joven perteneció a un grupo católico próximo a los Legionarios de Cristo; estudió filosofía en Roma e incluso barajó ser sacerdote. Entró en el mundo de la economía en la escuela de negocios de Harvard, donde cursó un máster y luego trabajó en la oficina de mercados emergentes de Citigroup en Nueva York.
La opa está en plena recta final, solo pendiente de que se conozca el grado de aceptación de los accionistas, y el consejo de administración del Banco Sabadell reafirmó su desacuerdo con la operación alegando que la oferta no refleja el valor del banco. “El consejo por unanimidad rechaza la oferta y, en consecuencia, considera que la mejor opción para los accionistas de Banco Sabadell es no aceptar la oferta”, concluyó el informe. El BBVA ofrece una acción y 0,7 euros en dividendos retrasados por cada 5,5483 títulos del Sabadell. Esto supone tasar la entidad catalana en 15.300 millones de euros y el presidente del BBVA, Carlos Torres, ha repetido que no tiene intención de subir el precio.
Martínez Guzmán, si bien cuestionó la oferta del BBVA por ser demasiado baja, se preocupó de dejar claro su interés por la fusión, “estrategia acertada para las dos instituciones”, dijo, y optó por abstenerse respecto al contenido del informe. “Dado que no comparto algunas de las opiniones y argumentos expresados, prefiero abstenerme”, puntualizó. “Con respecto al precio”, dice Martínez, “solicito respetuosamente a BBVA que lo reconsidere y presente una oferta competitiva, a un precio que permita alcanzar la aceptación de, al menos, el 50% de los accionistas”.
Fuentes conocedoras de la operación bancaria detallan que el posicionamiento del inversor no puede sorprender a nadie porque el suyo es un perfil que encaja con la imagen de “tiburón de las finanzas”, que analiza las operaciones desde un punto de vista de pura rentabilidad. En una entrevista a EL PAÍS, el presidente del Sabadell Josep Oliu ha calificado a Martínez Guzmán como un “accionista profesional” y considera lógico que aplauda la posible alianza entre los dos bancos porque eso tiene capacidad teórica de generar sinergias (el BBVA cree que podrían aflorar en los tres primeros años de la transacción, 137 millones en 2027 y 235 millones en 2028). “Si hablamos de hacer contentos a los accionistas profesionales, lo que les haría más contentos sería la fusión del BBVA con el Santander. Y si pudieran fusionar al BBVA con el Santander y La Caixa, todavía mejor. Pero, entonces, desgraciadamente chocaríamos con las necesidades de los ciudadanos y la competencia”, señala Oliu.