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Los líderes de CC OO y UGT anuncian una “fuerte ofensiva salarial” tras el fracaso de las 37,5 horas

Los sindicatos no pactarán la subida del salario mínimo sin no se prohíbe que las alzas sean absorbidas por los pluses

Los secretarios generales de CC OO, Unai Sordo, y de UGT, Pepe Álvarez, han anunciado este martes que los principales sindicatos del país, tras el fracaso parlamentario para reducir la jornada, lanzarán una fuerte ofensiva salarial, tanto en los sectores y empresas como en la negociación para el aumento del salario mínimo interprofesional (SMI) para el año que viene. El Gobierno tiene previsto reunir en las próximas semanas al grupo de expertos que aconseja cuánto debe subir esta renta, para posteriormente intentar acordar la subida con los interlocutores sociales.

En concreto, respecto a este último punto, ambos líderes sindicales aseguraron que “harán bandera” para vincular la subida del salario mínimo a una reforma del real decreto que regula esta renta para impedir que los incrementos de este suelo salarial —ahora fijado en 1.184 euros al mes en 14 pagas— sean compensados o absorbidos por los pluses que cobran los trabajadores. Así, Álvarez fue tajante al afirmar que “no firmaremos un acuerdo del SMI si no somos capaces de regular cómo y de qué manera afecta a los convenios”.

Así, los sindicatos han anunciado que pelearán por algo que la patronal rechaza frontalmente: que la norma que regula el SMI blinde sus incrementos, prohibiendo expresamente que una empresa sume los pluses o complementos que cobre un trabajador por distintos motivos a su salario base para llegar así a cumplir con la cuantía del salario mínimo legal (denominado compensación en el argot laboral) o incluso rebaje esos pluses en la misma cuantía que suba el salario mínimo, para pagar lo mismo al trabajador y, al tiempo, cumplir con el incremento legal de esta renta.

Pero el salario mínimo no será el único ámbito sobre el que CC OO y UGT piensan lanzar una “propuesta ofensiva muy fuerte”, en palabras de Sordo. También pretenden acudir a la negociación del próximo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) con los empresarios con unas exigencias de subidas de sueldos más elevadas que las recogidas por el acuerdo actual (cuya vigencia termina en diciembre).

El citado acuerdo es una guía para los negociadores de convenios que recoge, entre otras muchas cosas, las recomendaciones salariales para cada año. El texto vigente aconsejaba subidas de sueldos para los convenios del 4% en 2023 y del 3% en 2024 y 2025, con hasta un 1% adicional si el IPC de cada ejercicio superaba el dígito acordado para el incremento salarial. Estas recomendaciones se han venido cumpliendo de forma general desde 2023, de forma que, según los datos oficiales, el aumento salarial medio pactado en los convenios hasta agosto para más de nueve millones de asalariados es del 3,5%, un punto por encima de la inflación media acumulada en lo que va de año. De forma similar se han comportado los sueldos medidos por la encuesta trimestral de coste laboral que, sin embargo, ha mostrado cierta desaceleración en el segundo trimestre hasta el 2,7% alineándose con el avance de los precios, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) conocido este martes.

No obstante, a tenor de lo dicho este martes por Sordo y Álvarez, la referencia del IPC para negociar el alza de los sueldos se ha quedado corta. “Cada día hay más evidencias de que la negociación colectiva no es el único instrumento para mejorar la vida de la gente. Podemos aumentar el poder adquisitivo de los salarios (en los convenios colectivos) pero si te encuentras con aumento desorbitado del 12% de los precios de la vivienda, de poco sirve esa ganancia del poder de compra de los sueldos”, ha explicado el líder de CC OO. “Y ese mayor coste no solo llega por la vivienda, también por parte de los servicios públicos ineficientes en sanidad, cuidados y educación, que hacen que los ciudadanos tengan que pagarse un sistema privado”, ha añadido Sordo.

Pepe Álvarez ha coincidido plenamente con este planteamiento de cara a las negociaciones del próximo AENC y ha reclamado también el uso del observatorio de beneficios como “un instrumento valiosísimo” para orientar próximas subidas salariales. Aunque la publicación de los datos de este observatorio, por parte del Ministerio de Hacienda, se está retrasando. Según todo lo dicho por estos dos dirigentes sindicales, y aunque todavía no han cerrado entre ambas organizaciones un dígito de incremento salarial para pelear por él en los convenios, todo apunta a que será superior al 3% que están reclamando en los últimos ejercicios.

Los líderes de los mayores sindicatos del país han comparecido este martes tras una reunión conjunta de las máximas direcciones ejecutivas de CC OO y UGT, algo poco habitual, y que se ha llevado a cabo para mostrar el músculo de la unidad de acción entre ambas centrales para las negociaciones que se avecinan con empresarios y con el Gobierno.

Entre las próximas conversaciones, ambos dirigentes dieron prioridad al desarrollo reglamentario de los sistemas de registro horario, una vez que PP, Vox y Junts tumbaron el proyecto de ley de reducción de la jornada donde estaba incluida esta reforma del control en las empresas. Sin embargo, admitieron que, sin renunciar a exigir al Ejecutivo que vuelva a presentar un proyecto de ley para recortar la jornada máxima legal a 37,5 horas, aún no saben cuándo harán esta reclamación.

Tampoco tienen un plan de movilizaciones para pedir que esta norma vuelva al Parlamento, aunque sí harán “una campaña de difusión en miles de centros de trabajo; y, cuando consideremos que es el momento adecuado, exigiremos un proyecto de ley”, ha indicado Sordo.

Junto a todo esto, en los próximos meses CC OO y UGT pondrán encima de las mesas de negociación “la modificación del régimen de despido”, para reformar fórmulas indemnizatorias, así como la posibilidad de cambiar la contratación a tiempo parcial y su sistema de horas complementarias, entre otras cuestiones.

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