La CNMV da luz verde a la opa del BBVA sobre el Sabadell y abre paso a la decisión final de los accionistas
La entidad de Carlos Torres mantiene el precio de la oferta sin cambios
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha autorizado la opa hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell, según han comunicado ambas entidades en dos hechos relevantes enviados al regulador este viernes. Esto supone llevar a la transacción, 16 meses después de que se lanzase, a su fase final. En esta serán los accionistas del banco catalán los que decidan si la oferta, que crearía en el segundo banco del mercado español solo por detrás de CaixaBank, sale adelante finalmente o no.
El BBVA mantiene sin variación el precio de la oferta: 0,70 euros en efectivo por cada 5,5483 acciones de Banco de Sabadell, tal y como figura en el folleto de la oferta. La decisión del regulador apenas tiene impacto en la cotización de ambas entidades. Las acciones del BBVA suben un 0,4% y las del Sabadell, un 0,37%, lo que mantiene prácticamente sin cambios —por debajo del 10%— la prima con la que cotiza la entidad vallesana sobre la oferta.
La CNMV señala que informará del plazo de aceptación de la oferta “cuando el oferente publique el primero de los anuncios previstos en el artículo 22 del Real Decreto 1066/2007″, apunta el comunicado. El regulador entiende “ajustados sus términos a las normas vigentes” y considera “suficiente” el contenido del folleto explicativo presentado tras las últimas modificaciones registradas el pasado 3 de septiembre de 2025.
Por su parte, el BBVA estima que el plazo de aceptación de la opa comenzará el lunes 8 de septiembre y finalizará un mes después, el 8 de octubre. El 14 de octubre se publicará el resultado de la oferta y entre el 17 y el 20 de octubre se procederá a la liquidación, conforme al calendario previsto por la entidad vasca.
La autorización de la CNMV llega pocas horas después de que el regulador del mercado estadounidense, la SEC por sus siglas en inglés, autorizara ayer al banco que preside Carlos Torres a rebajar el umbral de aceptación de la operación hasta el 30%, frente al 50,1% anterior. Esta opción supondría reducir nivel mínimo en el que la oferta se consideraría un éxito.
La opa ha avanzado a trancas y barrancas hasta este momento final. Primero fue, hace un año, la autorización del Banco Central Europeo (BCE), apenas cuatro meses después de que el BBVA plantease la oferta de compra. El proceso embarrancó en Competencia. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tardó más de 10 meses en pronunciarse, tras haber decidido en noviembre del año pasado elevar el análisis a una segunda fase. Finalmente, el último día de abril, autorizó la transacción sujeta al cumplimiento de una serie de requisitos, como el blindaje al crédito a pymes, la prohibición de cerrar oficinas en determinadas zonas o el mantenimiento de condiciones comerciales, entre otras cuestiones.
El expediente llegó entonces a la mesa del Gobierno, que se ha mostrado totalmente en contra de la transacción. El Consejo de Ministros, en una decisión que ha sido recurrida por el BBVA ante el Supremo al considerar que no tenía potestad para ello, decidió añadir una condición extra, que se basa en mantener durante tres años, ampliable por dos más, la independencia de ambas entidades desde el punto de vista jurídico, de patrimonio y de autonomía en la gestión. Esto es, impide al BBVA fusionar ambas entidades, despedir o cerrar oficinas por causa de la transacción, entre otras cuestiones.
Pese a ello, el BBVA ha rechazado renunciar a la opa, si bien la ley le permitía hacerlo tanto por la decisión del Gobierno como por la decisión del Sabadell de vender su filial británica, TSB, al Banco Santander por 2.650 millones de euros, con los que ha acordado pagar un dividendo extraordinario de 2.500 millones en efectivo.