La Comisión planea facilitar las ayudas de Estado para las inversiones limpias

Bruselas ultima un cambio de modelo en los subsidios que reciben las empresas para impulsar la transición energética

Un parque eólico en la provincia de A Coruña.ÓSCAR CORRAL

Uno de los grandes retos europeos es la transición verde. Ahora, cuando la Unión Europea está luchando para recuperar espacio en competitividad frente a Estados Unidos y China, la Comisión Europea planea reformar y simplificar las ayudas de Estado para impulsar las inversiones limpias. El Ejecutivo comunitario prepara un paquete de medidas que faciliten a los Estados den ayudas públicas públicas a las industrias verdes y los objetivos de descarbonización. Para cumplir los objetivos “será necesario movilizar fondos considerables, principalmente de fuentes privadas, pero, cuando sea necesario, incentivados o complementados con fondos públicos”, dice el borrador de la comunicación que prepara Bruselas sobre la simplificación de las ayudas de Estado que conformará el llamado Clean Industrial Deal (el Pacto Industrial Limpio), al que ha tenido acceso EL PAIS. La meta es dar un empujón a la neutralidad tecnológica.

Ese impulso a una industria verde y competitiva es una de las grandes promesas de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La vicepresidenta de Transición Limpia, Justa y Competitiva y encargada de Competencia, Teresa Ribera, ya había lanzado que reformaría las ayudas de estado para impulsar inversiones verdes y que “no sirvan solo a intereses nacionales”.

El nuevo modelo, que el Ejecutivo comunitario tiene previsto presentar junto a todo un crisol de medidas para apoyar esa transición clave, va en la línea de las anteriores flexibilizaciones de las ayudas de Estado y puede generar controversia ya que sigue dejando rendijas para un mayor beneficio de Alemania y Francia (entre ambos países suelen dar más de la mitad de toda la Unión), algo que escamará a los países del sur, que llevan advirtiendo del impacto del sistema en el mercado anterior, y también generar tensiones en los nórdicos, generalmente contrarios a las ayudas por los riesgos que conlleva para el mercado único.

Fuentes del sector privado conocedoras de las discusiones acerca de las modificaciones previstas señalan, no obstante, que con lo planeado no se resuelve este viejo problema.

El cambio, dice el borrador de comunicación de la Comisión, “está justificado en vista de la necesidad de acelerar inversiones específicas y en vista del bajo riesgo de posibles efectos sobre el comercio y la competencia en el mercado interior”. El documento todavía puede cambiar. El Ejecutivo comunitario, que sostiene que busca contribuir a la transición limpia, justa y competitiva sin distorsionar indebidamente la competencia y preservando al mismo tiempo los objetivos de cohesión, planea presentar el Pacto Industrial Limpio el 26 de febrero.

Bruselas ve esencial atraer inversiones privadas mediante instrumentos financieros. Por ejemplo, que los Estados miembros puedan coinvertir con inversores privados en condiciones de mercado. No obstante, dice el Ejecutivo comunitario, “al mismo tiempo, determinados grupos de inversores privados, como los fondos de pensiones y las aseguradoras, siguen siendo reacios al riesgo a pesar de su capacidad para invertir en proyectos”.

De ahí que proponen que los Estados miembros puedan incentivar aún más a estos inversores privados mediante la reducción del riesgo de las inversiones en carteras de proyectos. “Estos sistemas de reducción del riesgo deben garantizar la adicionalidad, es decir, que mediante reducir los riesgos asociados a la inversión que atraen a inversores privados que de otro modo no habrían invertido en este tipo de proyectos”, apunta la comunicación de la Comisión Europea. “Para garantizar que la ayuda se traslade a los proyectos pertinentes en la mayor medida posible, los sistemas de reducción de riesgos deberían limitar por su diseño la ayuda a los inversores al mínimo necesario”, remarca.

Bruselas incluye en el plan que los Estados miembros puedan abrir la mano con subvenciones, préstamos subsidiados o ventajas fiscales. “Además de apoyar la producción de determinados productos, los Estados miembros también pueden introducir incentivos fiscales en forma de amortización acelerada, incluida la contabilización inmediata de gastos, para la adquisición de activos de tecnología limpia necesarios para la transición a una economía de emisiones netas cero”, explica el documento.

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