El cargador universal se hace realidad en la Unión Europea a partir de este sábado
Todos los teléfonos móviles, tabletas y cámaras digitales vendidos en la UE deberán incorporar un puerto de carga USB de tipo C
A tiempo para los Reyes Magos: la directiva que establece un cargador universal para los aparatos electrónicos vendidos en la Unión Europea entra en vigor este sábado. De esta forma, culmina un largo proceso legislativo —una década de negociaciones y dos años de adaptación hasta su entrada en vigor ahora— que pondrá fin para los ciudadanos europeos a uno de los mayores quebraderos de cabeza tecnológicos en una época en la que es casi imposible vivir sin tener varios dispositivos recargables en casa y el trabajo.
Desde este sábado, todos los teléfonos móviles nuevos, cámaras digitales, cascos y audífonos, consolas de videojuegos manuales, altavoces portátiles, libros digitales, teclados, micrófonos, sistemas de navegación portátiles vendidos en territorio comunitario deberán tener un puerto de carga USB de tipo C. A partir del 28 de abril de 2026, también los ordenadores portátiles deberán disponer de un cargador único.
“Este hito supone un paso decisivo hacia la comodidad del consumidor y la responsabilidad medioambiental”, ha celebrado la presidenta de la comisión de Mercado Interno y Protección al Consumidor del Parlamento Europeo, Anna Cavazzini. Desde este sábado, los consumidores “podrán disfrutar de un futuro donde un solo cargador funciona para toda una variedad de productos electrónicos, independientemente de su marca”, ha agregado la eurodiputada verde alemana.
Desde la aprobación final de la medida, a finales de 2022, la UE ha vendido esta legislación como una muestra palpable —de las que a veces hay pocos ejemplos prácticos— de los beneficios de contar con un marco legislativo comunitario para los Veintisiete. “Esta norma ofrece beneficios a todos, desde reducir los residuos medioambientales a ayudar a los hogares a limpiar sus cajones llenos de cargadores incompatibles o no usados”, ha señalado al respecto Cavazzini.
La directiva europea también armoniza los requisitos de carga rápida, lo que “permitirá a los usuarios cargarlos a la misma velocidad con cualquier cargador compatible”, según estipuló la UE al aprobar la nueva legislación.
Además, los consumidores podrán decidir si quieren recibir un nuevo cargador o no —dado que les deberían servir los que ya tienen en casa— a la hora de comprar un nuevo dispositivo, lo que en principio debería reducir el precio del producto y, también, los residuos medioambientales. En este sentido, los fabricantes deberán actualizar sus embalajes para indicar claramente la información sobre las características de carga y lo que se incluye en cada compra.
No es un detalle baladí: solo en 2020, se vendieron en la UE 420 millones de teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos portátiles. Cada ciudadano europeo posee de media tres cargadores para estos aparatos, de los que solo usa dos de forma habitual. La falta de armonización de los cargadores no solo es un problema de espacio, también de conveniencia: el 38% de los ciudadanos ha indicado que tiene dificultad para cargar su móvil, generalmente porque el cargador es incompatible, según datos de la Comisión Europea recopilados durante la negociación de la directiva ahora en marcha.
Más allá del exceso de basura tecnológica que supone tener cargadores de todo tipo para cada aparato (11.000 toneladas anuales, según Bruselas), la falta de un cargador único ha pesado también, y no poco, en el bolsillo de los consumidores: cada año, los europeos vienen gastando unos 250 millones de euros en cargadores que ahora no tendrán necesariamente que adquirir para cada aparato.
La nueva normativa también liberará a los consumidores europeos: al acabar con el “bloqueo tecnológico” que supone tener distintos puertos de carga, se logra que el consumidor deje de ser, como lo era a efectos prácticos hasta ahora, cautivo (como lo definía la propia UE) de un fabricante concreto en cuanto adquiere uno de sus dispositivos. En este sentido, Cavazzini ha prometido que la Eurocámara “seguirá de cerca cómo los fabricantes se adaptan a los cambios” para garantizar que los consumidores pueden elegir el producto que más les apetezca o convenga sin miedo a volver a desbordar un cajón con cargadores distintos.