Las empresas españolas reclaman menos restricciones legales y más agilidad en la regulación europea
El ministro de Economía lamenta que la Unión Europea tarde cerca de 19 meses en sacar adelante medidas y aboga por una reforma del sistema de gobernanza
El ministro de Economía, Comercio y Empresas, Carlos Cuerpo, ha lamentado este lunes que la Unión Europea tarde cerca de 19 meses en sacar adelante medidas, y ha abogado por una reforma del sistema de gobernanza europeo para reducir estos plazos. Así lo ha expresado durante el cierre de la presentación del informe La empresa española ante la autonomía estratégica europea, elaborado por la firma de servicios profes...
El ministro de Economía, Comercio y Empresas, Carlos Cuerpo, ha lamentado este lunes que la Unión Europea tarde cerca de 19 meses en sacar adelante medidas, y ha abogado por una reforma del sistema de gobernanza europeo para reducir estos plazos. Así lo ha expresado durante el cierre de la presentación del informe La empresa española ante la autonomía estratégica europea, elaborado por la firma de servicios profesionales EY, en colaboración con el Real Instituto Elcano y la CEOE. Las compañías consultadas para este estudio coinciden en que necesitan que los procesos administrativos sean más rápidos e identifican que las limitaciones del marco normativo pueden afectar sus costes de producción, así como dificultar su acceso a la financiación y la captación del talento cualificado. Otro de los temores del sector son las posibles disrupciones en las cadenas de suministro. Todo esto en un contexto en el que la crisis del coronavirus y la invasión rusa de Ucrania han evidenciado el grado de dependencia energética y de materias primas del Viejo Continente. Así como, las deficiencias en la competitividad frente a Estados Unidos y China.
Cuerpo también ha pedido actuar sobre la brecha de financiación que existe en la Unión Europea, con una necesidad de inversión de cinco puntos del PIB comunitario frente a un presupuesto que alcanza solo el 1,1% del PIB. Para tal fin, ha señalado que se debe movilizar la financiación privada, pero también los recursos públicos, tanto en el ámbito doméstico como europeo. Por su parte, los miembros de las 25 grandes empresas españolas consultadas coinciden en que la regulación de cara a la transición digital y energética no va acompañada de un diagnóstico económico pertinente y tampoco toma en cuenta la opinión de las firmas. En este sentido, demandan una mayor “conciencia estratégica” de su parte y la necesidad de reforzar la colaboración público privada.
Respecto a la regulación, la presidenta de CEOE Internacional, Marta Blanco, ha mencionado durante la jornada que “el exceso regulatorio y la burocracia desincentivan la creación de empresas y su crecimiento, así como la innovación”. En la misma línea, la directora general de la Asociación Española de Banca (AEB), María Abascal, demandó un marco jurídico “estable y claro” y procesos de generación de leyes más ordenados.
Judith Arnal, investigadora principal en el Center for European Policy Studies (CEPS) y consejera del Banco de España, ha confesado que le preocupa que haya “demasiada prisa”, y ha defendido antes una “mejor regulación”, acompañada de procesos de evaluación de las normas. También ha señalado que la falta de visión común, coordinación y adecuación en la Unión Europea puede perjudicar a las empresas. Ha citado como ejemplo la falta de consenso observada durante la votación sobre los aranceles a la importación de coches chinos, que concluyó con cinco votos en contra, 10 a favor y 12 abstenciones.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, se ha hecho eco —en un mensaje pregrabado para el evento— de aquello que Mario Draghi puso sobre el tablero en su informe El futuro de la competitividad europea. “Europa está dejando de ser indispensable a nivel mundial, sencillamente nos estamos quedando atrás”, ha pronunciado. Sin embargo, ha afirmado que la autonomía estratégica no es un simple sinónimo de proteccionismo. Además, le añade el término “abierta” a la fórmula porque “no va en contra de los libres intercambios”. “No es una amenaza, sino una oportunidad para resolver las asimetrías existentes y reforzar las relaciones comerciales”, ha explicado. En tanto, el informe también identifica importantes oportunidades para las empresas españolas en este río revuelto.
Entre ellas, se destacan la diversificación de proveedores, el aprovechamiento de nuevos instrumentos de financiación y defensa comercial, y las iniciativas comunitarias de cooperación internacional. Además, el documento enfatiza que España lleva las de ganar en sectores como las energías renovables, la salud, las finanzas, la biotecnología, el textil, la defensa, la automoción, la digitalización y las infraestructuras. Para alcanzar el máximo rendimiento de su potencial, el estudio insta a la creación de un Consejo de Seguridad Económica y Autonomía Estratégica, así como al refuerzo por parte de las empresas de sus capacidades de análisis y previsión de riesgo político y geoestratégico, entre otras medidas.