España es uno de los países europeos en los que más cuesta encontrar trabajo a los recién graduados
Solo el 64% de los que acabaron sus estudios con bachillerato o un grado medio trabaja, muy por debajo de la media de la UE. Los universitarios o graduados superiores están en una posición mejor (83%), pero siguen a la cola europea
Una vez terminan sus estudios, a los españoles les cuesta más encontrar trabajo que a los aspirantes de otros países europeos. Eurostat acaba de publicar la estadística de empleo de los trabajadores que acaban de terminar sus estudios y España arroja datos peores que la media: de los 33 países analizados por la oficina estadística europea, queda en vigesimoséptima posición, muy lejos...
Una vez terminan sus estudios, a los españoles les cuesta más encontrar trabajo que a los aspirantes de otros países europeos. Eurostat acaba de publicar la estadística de empleo de los trabajadores que acaban de terminar sus estudios y España arroja datos peores que la media: de los 33 países analizados por la oficina estadística europea, queda en vigesimoséptima posición, muy lejos de las naciones mejor situadas. Además, al contrario que la mayoría de países, empeora respecto al último informe.
Esta estadística de Eurostat analiza si están trabajando aquellas personas que hace entre uno y tres años que acabaron sus estudios y que tengan entre 20 y 34 años. Además, el estudio se centra en aquellos que hayan completado desde el bachillerato hasta el mayor logro académico posible, el doctorado. Con esos parámetros, en 2023 en España trabajaba el 78,7% de estas personas. Son cinco puntos menos que la media de los Veintisiete, que queda en un 83,5%.
El dato español solo mejora al de seis países, casi todos con un nivel de desarrollo menor al de España. Son Croacia (78,2%), Rumanía (74,8%), Grecia (72,3%), Italia (67,5%), Turquía (64,7%) y Bosnia Herzegovina (57,8%). La cifra española es parecida a la de Francia (80,1%) o Portugal (82,4%), pero queda lejísimos de los que ofrecen mejores datos. Son Malta (95,8%), Países Bajos (93,2%), Islandia (92,8%), Alemania (91,5%), Austria (89%), Irlanda (88,7%) y Noruega (88,2%).
Una de las peores conclusiones para España es que empeora respecto a 2022, cuando la mayoría de países mejoran en comparación con el año anterior. Retrocede una décima, cuando la media comunitaria establece una mejora de 1,1 puntos porcentuales. Además, otros países con registros negativos, en el tren de cola junto a España, también mejoran respecto a 2022: es el caso de Grecia (+6,2 puntos), Rumanía (+4,9) o Italia (+2,3).
Este registro tocó suelo en España en 2013, en plena Gran Recesión, cuando España llegó a alcanzar un récord de seis millones de parados. Entonces solo el 59,9% de los recién graduados trabajaban, a distancia de la media comunitaria de entonces (74,3%). Esta brecha se ha estrechado mucho, dada la mejora del dato español, pero aún sigue lejos del dato europeo.
El mejor registro español se dio en 2007, con un 89%, en pleno éxtasis de la burbuja del ladrillo. Por entonces, España registró su menor tasa de paro del siglo XX, de solo un 7,93% (3,3 puntos menos que ahora). Entonces el dato español era seis puntos mejor que la media europea, del 80,2%.
Diferencias en función de los estudios
Al desagregar por los estudios cursados se observan diferencias importantes. El dato español empeora por el retroceso en la proporción de empleados de los que terminaron sus estudios en bachillerato o con grados medios. Aquellos que cursaron grados superiores o estudios universitarios mejoran su capacidad de encontrar empleo respecto a 2022.
De los españoles que terminaron sus estudios con bachillerato, grados medios o certificados de profesionalidad hace entre uno y tres años y tienen entre 20 y 34 años, solo trabaja el 64,2%. Es el cuarto peor registro de los notificados por Eurostat, el segundo peor de toda la Unión Europea, solo por delante del dato italiano (59,7%). Está lejísimos de la media comunitaria (78,1%) y de los países con mejores datos, como Austria (86,6%), Alemania (89,6%) y Países Bajos (90,2%).
El 64,2% español en este registro es casi cuatro puntos peor que el de 2022 (68%). El registro se hundió en la pandemia (50,6%) y desde entonces mejora con idas y venidas. De nuevo, este dato vivió su mejor momento en 2007, con un 81,8%.
Sin embargo, el empleo de aquellos con estudios de grado superior o de carácter universitario mejora levemente en España respecto al curso pasado. Pasa del 82,5% de 2022 al 83,1% de 2023. Es un avance inferior al del promedio europeo, que crece del 86,7% al 87,7%. En este parámetro, España es el sexto país por la cola, con 27 países en una posición mejor. Está lejos del 96,7% de Estonia, el 95,2% de Países Bajos o el 92,4% de Polonia.
Líderes en desempleo
Todos estos datos son coherentes con las cifras de paro global que se anota España. Aunque el desempleo ha caído mucho en los últimos años, España sigue doblando la media comunitaria (6%) y es el país de los Veintisiete con la mayor tasa de paro (11,5%). El registro es aún más preocupante cuando se circunscribe a los jóvenes, con un alarmante 25,9% entre los menores de 25 años. De nuevo, es un registro que ha mejorado mucho en los últimos años, pero siguen siendo cifras mucho peores que las de los vecinos.
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