El G-20 se compromete por primera vez a luchar contra la evasión fiscal de los megarricos

El ministro de Finanzas de Brasil, donde se celebra la cumbre, anuncia un consenso histórico sobre la tributación internacional de las grandes fortunas

Líderes mundiales en la cumbre del G-20 en Río de Janeiro.Tita Barros (REUTERS)

Por primera vez, los países del G-20 ponen el foco sobre las grandes fortunas y se comprometen a cerrar la brecha de evasión fiscal de los megarricos en una declaración conjunta firmada este jueves en Río de Janeiro. “Al final de la reunión fue aplaudida la declaración que divulgaremos mañana [por este viernes] y que contempla varios asuntos, entre los cuales la propuesta brasileña para que se comience a pensar en la tributación internacional no solo de las empresas, sino también de los individuos ultrarricos”, ha afirmado el ministro de Finanzas de Brasil —que tiene la presidencia del G-20—, Fernando Haddad, en la rueda de prensa posterior al encuentro con sus homólogos.

Esta declaración supone un hito y puede convertirse en un antes y un después en el debate fiscal internacional. El G-20 abrió el melón de la tributación de los superricos en febrero de este año y nunca antes en una sede institucional de ese calibre se había alcanzado un consenso sobre este asunto. A la espera de que se publique el documento final, fuentes conocedoras de las negociaciones explican que el texto hace hincapié, más que en la creación de un impuesto global a los más pudientes, en la mejora de la cooperación fiscal internacional y de las herramientas para atajar la evasión y elusión tributaria de este colectivo, que suele caracterizarse por una elevada movilidad internacional.

La declaración llega después de que la presidencia brasileña del G-20 encargara al economista francés Gabriel Zucman, uno de los mayores expertos en evasión fiscal, un informe sobre cómo gravar más a los individuos con mayores fortunas. El estudio concluye que, si las cerca de 3.000 personas más ricas del mundo, con patrimonios superiores a los 1.000 millones de dólares, tributaran cada año por el 2% de su riqueza, los Estados contarían con entre 200.000 y 250.000 millones de dólares adicionales a escala mundial.

La propuesta de Zucman no plantea el diseño de un impuesto ad hoc sobre la riqueza, como podría ser el tributo español sobre el patrimonio, sino de un estándar que garantice una imposición mínima sobre las fortunas de los más ricos, con un planteamiento que se inspira en parte en el acuerdo global alcanzado en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el G-20 para que las grandes multinacionales tributen más.

“Por primera vez en la historia, existe ahora un consenso entre los países del G-20 de que se debe corregir la forma en que gravamos a los superricos, y un compromiso de trabajar juntos para lograrlo. Es un paso importante en la dirección correcta”, ha señalado el economista en un comunicado difundido por el Observatorio Fiscal de la UE, del cual es director, al concluir la reunión de los ministros de Finanzas del bloque.

“Se trata de un avance global importante: por primera vez en la historia, las mayores economías del mundo han acordado cooperar para gravar a los ultrarricos”, ha añadido Susana Ruiz, responsable de Política Fiscal de Oxfam Internacional. Hace un par de semanas, la ONG coordinó, junto al Club de Madrid, la publicación de una misiva firmada por una veintena de antiguos jefes de Estado y de Gobierno de distintos países —entre ellos, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero—, en la que pedían a EE UU y al resto de los líderes del G-20 que elevaran la imposición fiscal a los megarricos. “En la cumbre del G-20 de noviembre de este año, los líderes deben ir más allá de sus ministros de finanzas y respaldar una coordinación concreta: acordar un nuevo estándar global que grave a los ultrarricos”, ha instado Ruiz.

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