Red Eléctrica pone por primera vez cifras al autoconsumo: 3,9 GW, menos de lo que calcula el sector
El operador del sistema contabiliza más de medio millón de instalaciones solares en toda España. Sin aparatos de telemedida en instalaciones pequeñas, conocer la generación en tiempo real es una quimera
Red Eléctrica de España (REE) se atreve, por primera vez, a poner números al fenómeno que más ha cambiado el sistema eléctrico español en el último lustro. El operador calcula que, hasta abril, los tejados y cubiertas contaban con una potencia instalada de 3,88 gigavatios (GW) repartidos en casi 529.000 instalaciones, notablemente por debajo de lo computado hasta ahora por el propio sector fotovoltaico. El ...
Red Eléctrica de España (REE) se atreve, por primera vez, a poner números al fenómeno que más ha cambiado el sistema eléctrico español en el último lustro. El operador calcula que, hasta abril, los tejados y cubiertas contaban con una potencia instalada de 3,88 gigavatios (GW) repartidos en casi 529.000 instalaciones, notablemente por debajo de lo computado hasta ahora por el propio sector fotovoltaico. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) apunta a 19 GW en 2030, una meta que obliga a quintuplicar las cifras recién hechas públicas por REE.
La cifra —recogida en el informe de conclusiones de la Mesa de Diálogo del Autoconsumo, un ente en el que, además de Red Eléctrica, también está representada la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el Ministerio para la Transición Ecológica y las principales empresas energéticas— es notablemente inferior a lo publicado hasta ahora por las principales organizaciones del sector, la única referencia que había disponible. En mayo, la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) contabilizaba casi siete gigavatios de potencia instalada de autoconsumo solar.
Tener una cifra de la potencia instalada es importante. Pero no basta con eso. El siguiente paso debe ser conocer con certeza la generación real del autoconsumo. Algo, por ahora, imposible: al tratarse, en muchos casos, de pequeñas instalaciones individuales, “no es factible conocer ni la energía generada ni la autoconsumida y, por lo tanto, la demanda que se reduce en el sistema como consecuencia del autoconsumo”, se lee en el texto.
Dar con el dato de generación real agregada de todas las instalaciones en el tejado no es ni mucho menos trivial: la propia REE —que lleva tiempo tratando de construir un modelo lo más preciso posible— le sería muy útil contar con datos fehacientes, minuto a minuto, para ajustar las curvas de oferta y demanda en cada momento. Evitaría, así, ineficiencias onerosas para empresas y hogares, dado que cualquier desviación se traduce en un coste extra para el sistema que acaban abonando los consumidores finales.
Sin medición en tiempo real
“Tanto para el operador del sistema como para los gestores de red de distribución se revela necesario disponer de la información de las instalaciones de autoconsumo conectadas en el sistema para la programación de la generación en tiempo real de la red de transporte y distribución, la mejora de los modelos de previsión de demanda y la correcta dimensión de las reservas de generación necesarias para suplir los desvíos de la generación renovable y la demanda”, reclama el documento.
La CNMC, firmante última del informe de conclusiones, también subraya su “interés” en “conocer el desglose de los datos de energía consumida, vertida a la red y generada (estimada) por periodo horario según la estructura de peajes de transporte y distribución”. Con cada vez más voces reclamando una reforma para llevar el consumo a las horas en las que más electricidad renovable se genera, este punto es particularmente importante. El motivo: el autoconsumo lleva tiempo laminando la demanda y deprimiendo los precios en las horas centrales del día, cuando quienes cuentan con paneles solares reducen sustancialmente su demanda y aumentan la oferta del conjunto del sistema. El mejor ejemplo, en definitiva, del impacto macro de muchos micros agregados.
El gran impedimento para obtener datos reales es que la mayoría de instalaciones no cuentan con una medida directa de la energía generada, dado que la normativa “no contempla la recepción de telemedidas en tiempo real para instalaciones de generación de menos de un megavatio (o de 0,5 en los territorios no peninsulares)”. Esto, añade la Mesa, “dificulta a los gestores de las redes la visibilidad de la energía generada y autoconsumida por las instalaciones de autoconsumo”.
Ante esta traba, la única alternativa para estimar la energía generada pasa por multiplicar la potencia de la instalación por un coeficiente horario obtenido con datos de instalaciones fotovoltaicas de grandes dimensiones ubicadas cerca. Una aproximación, al fin y al cabo. “Los agentes participantes en la mesa de diálogo consideran importante que, si la normativa se mantiene en estos términos, se desarrolle un criterio homogéneo para estimar la energía generada por las instalaciones de autoconsumo (...), para que el sector en su conjunto disponga de un único indicador”, pide el sector.
Individual... y con cada vez más baterías
El perfil de los autoconsumidores domésticos sigue un patrón claro, según el último Panel de Hogares de la CNMC: del 6,3% de hogares que cuenta con algún sistema de generación de energía —mayoritariamente paneles solares—, el 4,8% lo hace a título individual, frente al 1,5% que opta por la modalidad colectiva.
En los últimos años, además, están ganando cuota las baterías para almacenar los excedentes acumulados a lo largo del día en lugar de venderlos —en muchas ocasiones, por muy poco dinero— al sistema. Ya son más de uno de cada cinco (el 21%), de acuerdo con el citado panel elaborado por Competencia. La paulatina caída de precios en las horas centrales del día hace que, quienes optan por el mercado regulado (PVPC) o por una tarifa indexada al mayorista, tengan cada vez menos incentivos para inyectar la energía a la red y más para almacenarlos y utilizarlos cuando los precios se disparan.
Esta proliferación también acabará teniendo incidencia sobre el sistema eléctrico en su conjunto. En otros países, como Alemania, que ya cuenta con más de un millón de dispositivos de almacenamiento, estas baterías —con una capacidad total de retención de energía de 12 gigavatios hora (GWh), el equivalente al consumo diario de 1,5 millones de hogares bipersonales— ofrecen también un importante respaldo para el conjunto de su sistema eléctrico.
Menor peso de los gigantes eléctricos
Frente al dominio casi oligopolístico de las grandes compañías eléctricas en el mercado general de suministro de electricidad, con Iberdrola, Endesa y Naturgy copando casi el 80% de los puntos de suministro, su peso sobre el total de hogares y empresas que tienen instaladas placas solares es mucho menor: no llega al 60%. Repsol y EDP, que junto con TotalEnergies le van a la zaga, tienen, en cambio, una cuota superior. Y el resto, comercializadoras de tamaño reducido, ven casi triplicado su peso: de poco más del 12% al 33%.
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