La Generalitat niega a Freixenet las razones de “fuerza mayor” para su ERTE y lo articulará por razones económicas
La empresa continúa viendo necesario el ajuste por “la grave falta de uvas”
Freixenet negociará su Expediente de Regulación de Temporal de Empleo (ERTE), justificado por la fuerte sequía que está castigando los niveles de producción del cava, por motivos económicos, organizativos o de producción (ETOP, por sus siglas), tras recibir la negativa de la Generalitat a articularlo por causas de fuerza mayor.
Según explica la compañía, va a continuar con las “negociaciones constructivas sobre el ERTE con el comité de empresa y con los s...
Freixenet negociará su Expediente de Regulación de Temporal de Empleo (ERTE), justificado por la fuerte sequía que está castigando los niveles de producción del cava, por motivos económicos, organizativos o de producción (ETOP, por sus siglas), tras recibir la negativa de la Generalitat a articularlo por causas de fuerza mayor.
Según explica la compañía, va a continuar con las “negociaciones constructivas sobre el ERTE con el comité de empresa y con los sindicatos”, y “se mantiene firme en la necesidad de un ERTE”. Freixenet anunció el 22 de abril su intención de acometer un ERTE para 615 empleados, por “la grave falta de uvas y vino base para la producción de cava”, que “conduce a una reducción masiva del trabajo en los procesos de producción”.
Este lunes, la Generalitat ha rechazado que el ajuste se deba realizar por motivos de fuerza mayor, obligando a la empresa a buscar otra fórmula para continuar adelante con el mismo. La empresa defiende que existe una “sequía extrema” en las comarcas del Alt Penedès, Baix Penedès, El Garraf y Camp de Tarragona. “Mientras que la sequía ya ha acumulado un déficit equivalente a 80 millones de botellas en el sector del Cava, Grupo Freixenet está comprometido en satisfacer la demanda de los consumidores a corto y medio plazo”, dice en un comunicado.
Ante esa situación, la D.O. Cava ha puesto en marcha una serie de medidas excepcionales para poder responder a la demanda de producto. La primera, permitir ampliar la producción a las explotaciones de la D.O. que tengan capacidad hasta 15.000 kilos por hectárea, 3.000 más de los que permitidos, que irán destinados al fondo de provisión de vino base. La segunda, que el prensado de la uva pase del 63% al 75%, y que esta diferencia también vaya a las reservas. Y la última, usar para ese fondo la uva de viñas que no estén clasificadas como D.O., pero que estén dentro de los terrenos de esta denominación de origen. Algo que el Ministerio de Agricultura apoya, como dijo la semana pasada su secretario secretario general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Fernando Miranda.
Sin embargo, estas medidas son, en opinión de Freixenet, insuficientes y “no llegan a tiempo para evitar un ERTE”.
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