Las razones para una manifestación histórica en Canarias: “Estoy aquí por orgullo”
Diez perfiles de manifestantes relatan los motivos que les han movido a salir a la calle para protestar por el turismo de masas en el archipiélago
Tinyumar Vera, 19 años. Estudiante de Psicología.
Tinyumar Vera, vecina del barrio de Geneto (San Cristóbal de La Laguna), se considera “afortunada” porque el sitio donde reside se encuentra alejado de los focos turísticos. Asegura, sin embargo, que la situación ha de cambiar. “Tenemos que empezar a tomar control sobre nuestras islas porque estamos llegando a unos límites en los que estamos viendo a más turistas que residentes, se es...
Tinyumar Vera, 19 años. Estudiante de Psicología.
Tinyumar Vera, vecina del barrio de Geneto (San Cristóbal de La Laguna), se considera “afortunada” porque el sitio donde reside se encuentra alejado de los focos turísticos. Asegura, sin embargo, que la situación ha de cambiar. “Tenemos que empezar a tomar control sobre nuestras islas porque estamos llegando a unos límites en los que estamos viendo a más turistas que residentes, se está priorizando su comodidad antes que el de las personas que llevan viviendo aquí toda su vida”. Y sentencia: “Es importante que se empiece a controlar y que se deje de querer destruir nuestra tierra con tal de que vengan más turistas, porque las islas son pequeñas y tenemos un límite.
Moisés Martín, 59 años, electricista.
Moisés Martín ha acudido a la manifestación junto a su esposa, Charo Pastoriza. Se muestra firmemente partidario de la implantación de una ecotasa. “Turismo sí, pero que pague una tasa”, sentencia. “Creo que los turistas han de pagar, porque crean una huella en la sociedad canaria”. Echa mano de la situación actual para desarrollar su argumentación. Necesitamos desaladoras para el agua: lo que no puede ser es que las piscinas de los hoteles estén llenas y en el norte de Tenerife haya restricciones de agua”, recuerda. “Al final ese dinero va a repercutir en ellos mismos, va a lograr que tengamos una sociedad mejor para todos”.
Cristian Hernández, 18 años. Estudiante de FP de Gestión de Empresas.
Para Cristian Hernández asistir a la manifestación del sábado era una “cuestión de orgullo”. “Esta es una lucha desde hace años. La verdad, me duele mucho el hecho de que muchos amigos y muchos familiares se han tenido que marchar para poder encontrar un futuro mejor”, relata. Y añade la defensa del medio ambiente. “En Canarias se está llevando a cabo una destrucción masiva de lo que es una reserva de la biosfera. Y, sinceramente, yo quiero que mis hijos disfruten las islas como las estoy disfrutando yo y como las disfrutaron mis padres”.
Kenneth Estévez, 41 años, administrativo en paro.
Con uno de sus hijos a cuestas, Kenneth Estévez, vecino de La Orotava [al norte de la isla], se muestra preocupado por la deriva medioambiental de las islas. “Al tener hijos, uno quiere que los sitios donde uno ha estado bañándose sigan intactos”, explica. “No es nada contra los turistas, no es nada contra los visitantes extranjeros, sino simplemente queremos que se conserve lo poco que ya nos queda. La semana pasada hubo un vertido en La Tejita [en El Médano, al sur de la isla]. Pero si uno quiere ir a Anaga [extremo nororiental de Tenerife] a dar un paseo ya no puede porque está colapsado, lo mismo que Masca [oeste]. Quizás con más recursos podemos poner más guaguas, lanzaderas…
Mercedes Vera, 60 años. Camarera de piso en un hotel
Mercedes Vera es la única de todas las compañeras con las que ha acudido a la manifestación que se atreve a dar la cara. “Vengo a representar al colectivo por la precariedad que tenemos en el sector. Estamos fatal, y ya hemos dicho hasta aquí. Basta”. Su relato es el de una sobrecarga de trabajo que hace que muchas camareras de piso tengan que coger la baja laboral. “Hasta hace poco era física, pero ya estamos llegando a los límites que de sobrecarga psicológica también. Ya es estrés y ansiedad y de todo por las cargas de trabajo”. A finales del año pasado, este colectivo comenzó a manifestarse para protestar por la situación. “Hemos hecho concentraciones reclamando, pero todo el mundo hace oídos sordos. Y recuerden que el nuestro es un colectivo sin el cual el turismo no se mueve”.
Leyla Lázaro, 21 años. Estudiante de Bellas Artes
La palmera Leyla Lázaro ha acudido a la manifestación acompañada de su amiga Delmira Pérez, de la misma isla. “No tenía pensado venir, pero conforme he ido escuchando a mis compañeros de clase me he convencido. “Todos somos turistas en algún momento dado, por lo que esto no va contra ellos”, relata. “La clave está en cómo lo gestionamos, y en cómo evitamos la masificación que estamos sufriendo”. Se muestra contraria a la construcción de más infraestructuras hoteleras. “No hacen falta más. Y, sobre todo, cuando se tiran casas porque están al lado de la playa, pero luego hacen un hotel justamente donde han tirado las casas. No puede ser”.
Antonio Bueno. 55 años. Empleado por cuenta ajena.
La de Antonio Bueno es una de las pocas banderas españolas que se pueden ver en la manifestación. “Este modelo turístico va en contra de la calidad de vida de todos los que aquí vivimos, y no es sostenible”, explica. “Es un modelo que nos lleva a soportar atascos provocados por la cantidad de residentes, tanto legales como ilegales”, razona. “Lo que no podemos hacer es seguir aumentando el número de gente aquí, ya sean turistas o residentes. Hay que parar esto de alguna forma”.
Manuel Delgado, 75 años. Jubilado.
Manuel Bueno pasea lentamente entre la multitud congregada en la Plaza del General Weyler. “Somos muchos los que estamos preocupados por la situación que se está dando con el bum turístico y el destrozo que está ocasionando. Este negocio lo lleva gente sin escrúpulos. Hay una situación de explotación”. Y profundiza:“Además de que la economía hay que diversificarla. Porque en cuanto vengan mal dadas, los dueños del negocio cogen los trastos y se van a otra parte. Ya nos pasó con el tomate…”.
María Dugarte (18 años), estudiante de FP de Administración de empresas.
María Dugarte asegura no estar en contra del turismo. Pero no cree que sea suficiente para conseguir que la sociedad canaria pueda vivir “dignamente”. “Quiero que en el futuro yo no tenga que salir del país porque aquí no haya futuro. Yo quiero vivir aquí toda mi vida”, afirma. “Creo que esta industria no está permitiendo que se desarrolle la economía convenientemente”.
Paula Rodríguez, 26 años, dependienta. César Perdigón, 34 años, coordinador deportivo.
“Al final se trata de defender lo que tenemos, de no estropearlo más. Paula Rodríguez y César Perdigón han tenido suerte y gracias a su red familiar han encontrado un sitio donde vivir en el barrio de Añaza (Santa Cruz de Tenerife). “Vemos continuamente cómo amigos o compañeros de trabajo no pueden alquilar una vivienda o no pueden independizarse porque los salarios que tienen no les da para nada. Es un drama”, explican. Han acudido también reclamando más protección a la población. “Están cortando el agua en algunos pueblos, en algunos municipios y luego encima, tienen intenciones de hacer más espacios turísticos, más hoteles y sin cuidar lo principal…”.
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