La construcción y los transportes engloban las actividades con más indicadores para adelantar la jubilación
La elevada incidencia en el número de bajas y la mortalidad encajan con los índices que plantea el Gobierno para aplicar coeficientes reductores
Los niveles de siniestralidad y penosidad en determinadas actividades profesionales son motivo suficiente para que los trabajadores que se desempeñan en ellas puedan jubilarse antes de la edad legal, sin que por ello sus pensiones sean recortadas. Este es el punto de partida desde el que el Ministerio de Seguridad Social...
Los niveles de siniestralidad y penosidad en determinadas actividades profesionales son motivo suficiente para que los trabajadores que se desempeñan en ellas puedan jubilarse antes de la edad legal, sin que por ello sus pensiones sean recortadas. Este es el punto de partida desde el que el Ministerio de Seguridad Social y las organizaciones sindicales y empresariales están abordando las conversaciones para ampliar el catálogo de profesiones dentro de la mesa de pensiones que ha convocado el departamento que dirige Elma Saiz. La mesa de diálogo con los agentes sociales apenas acaba de comenzar, y muchas de las propuestas aún no han sido sometidas a una evaluación detallada, por lo que todavía no se ha planteado un marco demasiado detallado.
Definir los índices que determinen qué personas pueden acceder a estos beneficios es uno de los apartados más complicados dentro de la negociación. A pesar de que en el borrador elaborado por el Gobierno no se detallan las profesiones que encajarían dentro de este marco —y de que ni siquiera existe todavía un consenso generalizado entre todas las partes respecto a la forma de medir esta penosidad—, de acuerdo con los registros oficiales de accidentes del trabajo entre los meses de enero y diciembre de 2023, es posible encontrar qué actividades laborales han acumulado mayor número de bajas y siniestros en el último ejercicio.
Uno de los tres indicadores que plantea la Seguridad Social para llevar a cabo el cribado se extrae a partir de la división del número de bajas de un grupo de edad y género concretos en un periodo determinado entre el conjunto de trabajadores expuestos a ese riesgo. Así, por sectores, los servicios concentraron un mayor número de bajas (390.313), el 62,4%, justificado, en gran medida, por contar con más afiliados que el resto de ramas. Sin embargo, en cuanto al índice de incidencia —el cociente del total de accidentes de trabajo ocurridos durante el periodo de referencia, multiplicado por 100.000 y dividido entre la media anual de trabajadores afiliados a fin de mes a la Seguridad Social—, la construcción presenta el volumen más elevado, seguido de la industria (singularmente la manufacturera) y del agrario.
Tomando esta referencia y trasladándola a la estadística de siniestralidad que engloba a asalariados y trabajadores por cuenta propia, la división de actividades profesionales que registraron más bajas de cualquier consideración tanto durante la jornada de trabajo como in itinere (de ida o vuelta del puesto), fueron las actividades de construcción especializada, con un mayor número de ausencias médicas (más de 48.000); por delante de las producidas en los servicios de comidas y bebidas (más de 45.000) y en la Administración Pública y defensa y Seguridad Social obligatoria (28.500). En cuanto a la división por sexos, la mayoría de las bajas fueron solicitadas por hombres (67%), mientras que por edades, el colectivo más afectado fue el de trabajadores de 45 a 49 años.
Transporte terrestre
Otro de los aspectos estadísticos más relevantes para el Gobierno a la hora de determinar la penosidad de las profesiones se sustenta en el índice correspondiente al número de fallecimientos por colectivo de trabajadores. De acuerdo con el avance de los datos sobre accidentes de trabajo registrados entre los meses de enero y diciembre del año pasado, de las 781 muertes que se contabilizaron, algo más de la mitad se concentraron en el sector servicios (51%), seguido de la construcción (20%), la industria (16%) y el agrario (13%). Por actividades específicas, aquellas relacionadas con el transporte terrestre y por tubería (104), con la construcción especializada (80) y con la agricultura, ganadería, caza y servicios relacionados con las mismas (63) son las que presentaron las cifras más altas.
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