Tesla pierde 80.000 millones de dólares de valor en Bolsa por el frenazo en su crecimiento
Los resultados del fabricante de coches eléctricos y sus previsiones de ralentización provocan una caída en Bolsa del 12%
Varapalo de los inversores a Tesla. La multimillonaria valoración bursátil del fabricante de coches eléctricos descansa sobre la premisa del fuerte crecimiento. Sin embargo, los ingresos de la empresa aumentaron solo un 3% en el último trimestre de 2023 (y un 1% en lo referido al negocio de automóvil), en parte por las rebajas de precios. No solo eso, ...
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Varapalo de los inversores a Tesla. La multimillonaria valoración bursátil del fabricante de coches eléctricos descansa sobre la premisa del fuerte crecimiento. Sin embargo, los ingresos de la empresa aumentaron solo un 3% en el último trimestre de 2023 (y un 1% en lo referido al negocio de automóvil), en parte por las rebajas de precios. No solo eso, la compañía advirtió de que el crecimiento de las ventas en volumen será este 2024 “notablemente inferior” al experimentado el año pasado. Ante todo ello, las acciones de Tesla se han desplomado este jueves en Bolsa. La caída ha llegado a superar el 13% y al cierre de la sesión ha sido del 12,13%, hasta 182,63 dólares por título. Eso supone una pérdida de valor en Bolsa de unos 80.000 millones de dólares (unos 74.000 millones de euros) en un solo día.
“En 2024, nuestra tasa de crecimiento del volumen de vehículos puede ser notablemente inferior a la tasa de crecimiento alcanzada en 2023, ya que nuestros equipos trabajan en el lanzamiento del vehículo de nueva generación en la gigafactoría de Texas”. Esa fue la frase del informe trimestral de resultados que encendió las alarmas. A eso se suma que en el cuarto trimestre las ventas de la compañía estadounidense aumentaron solo un 3%, hasta los 25.167 millones de dólares (unos 23.000 millones de euros, al tipo de cambio actual). Curiosamente, el beneficio se disparó, pero por un apunte extraordinario de 5.900 millones de dólares por activos fiscales diferidos.
Josh Gilbert, analista de mercado de eToro, ha subrayado en una nota que la compañía “ha fallado en la mayoría de los indicadores clave” ya que “los beneficios, los ingresos y los márgenes brutos fueron insuficientes en el cuarto trimestre”. No obstante, en su opinión, las cuentas tuvieron una nota positiva, que fueron los márgenes brutos de automoción. Pese a estos datos, “los inversores a largo plazo todavía tienen muchos catalizadores para ser optimistas con la caída de los costes de las baterías, la perspectiva de las tendencias de la demanda de vehículos eléctricos a largo plazo, las inversiones en inteligencia artificial de Tesla y la evolución de su negocio solar”, según Gilbert.
Habrá que ver en qué medida ese crecimiento “notablemente inferior” en volumen se traduce en la evolución de los ingresos monetarios. Dependerá de la evolución de los precios. “Seguimos creyendo que Tesla tendrá que bajar los precios y experimentar menores márgenes para impulsar un volumen incremental superior al nivel de 1,8 millones del año pasado”, indican los analistas de la firma de inversión Bernstein. “Aunque 2024 será un año difícil, cada vez es más evidente que 2025 probablemente no será mejor, con una presión continua sobre el crecimiento y los márgenes”, añaden.
En la conferencia con analistas, Elon Musk ha confirmado que Tesla se prepara lanzar un nuevo modelo hacia finales de 2025. “Una vez en marcha, estará muy por encima de cualquier otra tecnología de fabricación que exista en el mundo. Es el siguiente nivel”, dijo. Tesla ha sido históricamente optimista en cuanto a los plazos estimados, que suelen retrasarse. Además, en este caso hay más riesgo porque el proceso de fabricación será “revolucionario”, según la compañía. “Creemos que la disponibilidad en grandes volúmenes del Model 2 solo podría comenzar bien entrado 2026, suponiendo que la cadena de producción no sea tan difícil como la que Tesla ha experimentado con sus otros nuevos modelos (Cybertruck, Model 3), lo que no está asegurado”, indica Bernstein.
Los comentarios de Musk sobre su deseo de tener un mayor control de Tesla tampoco gustan a los inversores. El empresario ha recibido premios multimillonarios sin precedentes en acciones. Luego ha ido vendiendo acciones para invertir en otros negocios (como la compra de Twitter) y ahora se queja de que su participación no es lo suficientemente alta y dice que aspira a tener un 25% y que si no lo consigue, se planteará desarrollar capacidades de inteligencia artificial y robótica fuera de Tesla.
Una participación del 25% le impediría ser expulsado por “activistas” o por la influencia de empresas asesoras de accionistas, argumentó. “No busco una ganancia adicional. Solo quiero ser un administrador eficaz de una tecnología muy potente”, ha dicho. “Eso es lo que estoy apuntando, una fuerte influencia, pero no el control. Si hay alguna manera de lograr eso, sería genial”, ha argumentado. “Veo el camino para crear un gigante de la inteligencia artificial y la robótica con una capacidad y un poder realmente inmensos”, ha señalado Dijo que lo ideal sería una estructura de dos clases de acciones, pero no es una idea que convenza al mercado.
Gran parte de la valoración de Tesla está ligada al desarrollo de esas tecnologías y ninguna de las opciones que Elon Musk parece haber dejado sobre la mesa son buenas para la empresa: llevarse esos negocios, lo que haría disminuir el valor de Tesla, o recibir un gran paquete de acciones, lo que diluiría la participación del resto de accionistas.
En el acumulado del año, las acciones de Tesla caen un 26% entre preocupaciones simultáneas sobre una menor demanda de coches eléctricos y una creciente competencia en el sector. Tesla cerró 2023 como líder del mercado, pero ha ido perdiendo cuota y sus márgenes se han ido erosionando con las rebajas de precios que ha tenido que acometer. La china BYD le ha arrebatado el liderazgo mundial por ventas de coches eléctricos en el cuarto trimestre. En la conferencia con analistas de este miércoles, Musk dijo que sin políticas comerciales proteccionistas, los coches chinos barrerán al resto.
Los fabricantes de automóviles, los proveedores e incluso las empresas de alquiler de vehículos han advertido de que el interés por los vehículos eléctricos está disminuyendo. General Motors y Ford están reduciendo sus planes de expansión en el segmento, mientras que Hertz está vendiendo una parte de su flota eléctrica para sustituir esos vehículos por coches de gasolina.
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