España afronta un día crucial para su presidencia del Consejo de la UE
Los ministros de Economía y Energía se reúnen en Bruselas para intentar avanzar en las reformas de las reglas fiscales y la del mercado eléctrico
España encara este martes dos de los asuntos que van a definir el éxito o el fracaso de su presidencia del Consejo de la UE: la reforma del mercado eléctrico y los cambios en las reglas fiscales. Los consejos de Energía y Finanzas, el llamado Ecofin, ―es decir, los ministros del ramo de los Veintisiete― se reúnen en Luxemburgo con estos dos puntos destacadísimos en su orden del día. No va a ser fácil lograr avances en ambos dosieres. ...
España encara este martes dos de los asuntos que van a definir el éxito o el fracaso de su presidencia del Consejo de la UE: la reforma del mercado eléctrico y los cambios en las reglas fiscales. Los consejos de Energía y Finanzas, el llamado Ecofin, ―es decir, los ministros del ramo de los Veintisiete― se reúnen en Luxemburgo con estos dos puntos destacadísimos en su orden del día. No va a ser fácil lograr avances en ambos dosieres. En sendos casos hay, por ahora, un escollo que resulta casi insalvable en cada asunto comunitario: Francia y Alemania están muy distantes la una de la otra.
En la reforma de las reglas fiscales resulta casi imposible imaginar que este mismo martes haya un acuerdo. Todavía no hay un texto legal sobre la mesa, pero sí un documento que trata de recoger y acercar las diferentes posturas, una actualización que adelantó EL PAÍS. En él parece que se ha consolidado el consenso acerca de que el aumento del gasto en defensa pueda considerarse atenuante cuando el déficit público de un Estado miembro se dispare por esta causa y, por tanto, pueda evitar que se abra un procedimiento sancionador por tener un desfase anual entre ingresos y gastos en una cantidad equivalente al 3% del PIB.
Las reglas fiscales buscan casar unas normas que empujen hacia la reducción de la gran cantidad de deuda acumulada como respuesta a las tres crisis sistémicas en los últimos 15 años (la financiera de 2008, la pandemia y la invasión de Ucrania) con la inversión necesaria en las transiciones medioambiental y digital. Y ello sin olvidar que la guerra en marcha en la frontera del Este y la pujanza de China han abierto un flanco geoestratégico que atender.
Alemania sigue reclamando que haya un objetivo numérico de reducción de deuda cada año en los planes de ajuste para los países que acumulen mayores pasivos. Empezó pidiendo una cantidad equivalente al 1% del PIB. La Comisión no le prestó atención en su propuesta. No obstante, España está haciendo hueco a una medida que va en esa línea, recogida en el documento de negociación que planteó, aunque bastante más compleja y sin fijar todavía un objetivo numérico. Berlín, además, considera que los planes de ajuste que plantea la Comisión (cuatro años con la posibilidad de extenderse hasta siete si el país concernido se compromete a hacer reformas e inversiones) es excesivo. Esta última observación habría sido reiterada en reuniones mantenidas en los últimos días en los márgenes de la asamblea de otoño del FMI en Marrakech.
Frente a Alemania, están Italia y Francia, países bastante endeudados que buscan tener espacio para las inversiones públicas. A España le toca empujar para que el debate avance y poder tener listo un texto legal en noviembre si quiere cumplir con los calendarios marcados para su presidencia, que indican que esta reforma debe estar lista a finales de año o comienzos del que viene.
Más complicado para este martes es el reto de cerrar la posición del Consejo de la UE sobre la reforma del mercado eléctrico. La protagonista en este caso es la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y de nuevo las posiciones de París y Berlín resultan cruciales. Para dar su visto bueno a la reforma eléctrica, Francia reclama un mejor trato a la energía nuclear: básicamente, pide que los contratos con precios garantizados —algo que se hace con subsidios— también puedan beneficiar a la energía atómica, incluso cuando no se hace una inversión para extender la vida útil de las centrales. Desde Alemania, un país que está apagando las plantas nucleares desde hace años, se contempla la demanda con mucho recelo.
Las prisas para cerrar este acuerdo y que comiencen las negociaciones con el Parlamento Europeo son tantas que, apuntan fuentes comunitarias, ya hay lista una reunión para este mismo jueves si hay fumata blanca. “De no haberla, será muy difícil cumplir el calendario y que haya reforma este año”, señala la misma fuente.
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