El turismo activa el negocio de cambio de divisas
“Preferimos el pago electrónico, pero también llevamos efectivo por si ocurre una emergencia”, señalan dos jóvenes a la salida de un establecimiento en la Puerta del Sol
Basta echar un vistazo alrededor de la madrileña Puerta del Sol para localizar, sin moverse del sitio, tres oficinas de cambio de moneda. La actividad de estos negocios está muy ligada al turismo y con la vuelta a la normalidad en los flujos internacionales de movilidad, su actividad ha vuelto a los cauces habituales. “En los meses de julio y ...
Basta echar un vistazo alrededor de la madrileña Puerta del Sol para localizar, sin moverse del sitio, tres oficinas de cambio de moneda. La actividad de estos negocios está muy ligada al turismo y con la vuelta a la normalidad en los flujos internacionales de movilidad, su actividad ha vuelto a los cauces habituales. “En los meses de julio y agosto se concentra el 20% de la actividad anual”, explican desde Eurodivisas, una de las 15 empresas autorizadas por el Banco de España para la compra de moneda y que posee más de 350 oficinas en todo el mundo, 54 de ellas en territorio nacional.
“Preferimos el pago electrónico, pero también llevamos efectivo por si ocurre una emergencia”, señalan dos jóvenes a la salida de un establecimiento en la Puerta del Sol. “Hemos venido a cambiar coronas porque nos vamos a Suecia”, concluyen. Desde otra de esas empresas, Ignacio Eguiagaray, jefe de sistemas de pago en Exact Change, cuenta que las oficinas físicas siguen gozando de buena salud pese al auge de los métodos de pago electrónicos: “La opción de acudir a la oficina es la más demandada, pero es verdad que los servicios online han crecido bastante”. Otra de las opciones que tienen quienes planean viajes a países con moneda distinta es solicitar el envío a domicilio de la divisa en cuestión, aunque Eguiagaray precisa que a la gente le sigue generando “desconfianza” recibir en casa un sobre con tanto dinero en metálico. “En las plazas turísticas cada vez hay más oficinas en las calles[...] antes en la zona de Sol éramos dos y ahora hay seis”, concluye.
En otra oficina cerca del Teatro Real (Madrid) dos mujeres que abandonan uno de estos coloridos locales cuentan que han obtenido libras para viajar a Londres de vacaciones. Si bien explican que prefieren la comodidad de los medios de pago digitales, llevar una cantidad en efectivo les da seguridad. “Por si hay algún contratiempo”, concluyen.
Sus respuestas casan con los resultados del estudio que la consultora Sigma Dos realizó para la compañía de cambio de divisa Global Exchange, que pertenece a Eurodivisas. Según esta, de las 12.800 personas preguntadas, un 88,5% veía necesario llevar efectivo en la moneda del país al que se viaja, frente a un 11,5% que lo consideraba poco o nada necesario. Stina y Emelie son dos de esas personas que no lo consideran demasiado importante. Las jóvenes, que navegan con dos carros y cinco maletas por el tráfico del aeropuerto de Barajas en el último jueves de agosto, cuentan que vuelven a Copenhague después de un año en España. Explican que durante su estancia solían cambiar a través de su banco y no de oficinas, por lo que han pagado más con tarjeta y móvil que en metálico. Sin embargo, antes de irse paseando por la terminal, muestran algunas monedas y un billete de diez euros. Un souvenir, bromean.
La encuesta revela que el país de origen de los pasajeros que más efectivo utilizan en sus viajes es Turquía (99%) y el que menos, Dinamarca (86%). En eso inciden desde Eurodivisas, donde apuntan que los hábitos de pago a nivel mundial cambian mucho en función de las regiones y lo más habitual es que la gente emplee una combinación de efectivo y tarjeta o bizum. Dar propinas, pagar un transporte, una comida o un regalo son las cosas en las que los encuestados afirman gastar más el efectivo, según el estudio.
Cerca de Cuatro Caminos, en la calle Raimundo Fernández Villaverde de Madrid, la encargada de la oficina de Money Exchange explica que están teniendo un buen verano, “aunque no tan bueno como el del año pasado”. Cuenta que lo que más suelen cambiar son dólares y libra esterlina. De hecho, según la Encuesta de Gasto y de Movimientos Turísticos en Fronteras (FRONTUR), Reino Unido es el que más visitantes proporciona a España. Y, por otro lado, el mercado turístico estadounidense creció hasta agosto un 17,4%, con la llegada a España de 1,8 millones de personas procedentes de Estados Unidos. Los flujos turísticos tienen, también, gran impacto en los números de estas oficinas.
Para calcular el precio del dinero que van a ofrecer al usuario, estos operadores tienen en cuenta el tipo de cambio oficial y también aplican otros costes que varían en función de la demanda y de la disponibilidad en el mercado financiero de divisa en billetes. Además, también influyen los costes inmobiliarios o posibles cánones, como los que se cobran en los aeropuertos. “Hemos estado en aeropuertos durante muchos años, pero lo malo de estos es que los alquileres son tan altos que el precio que hay que darle al cliente es poco favorable. Al final te lleva a tener clientes descontentos”, explican desde Exact Change. Aunque Eguiagaray matiza que es un servicio “importante” que debe darse.
Pero esto depende de cada empresa, en el caso de Global Exchange —presente en cinco aeropuertos españoles— la actividad en las terminales de llegada es una parte importante de su negocio y apuntan que, en su caso, perciben que “se cambia más en los aeropuertos al ser el primer punto de contacto del turista con su destino”.
Además de las 15 empresas en España dedicadas al cambio distintas divisas, existen casi 5.000 establecimientos autorizados para la compra de moneda con pago exclusivamente en euros, según los registros del Banco de España (BE). Estos últimos, cuya actividad principal no es cambiar dinero, sino que son hoteles, comercios minoristas, agencias de viaje y empresas de todo tipo, se sitúan sobre todo en zonas turísticas como Baleares, Canarias, Benidorm, Marbella, Barcelona o Madrid.
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